Manteniendo la fe

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Resulta curioso pensar que cuanto menos deseas enfrentarte a una situación pareciese que el tiempo avanza más rápido. Pedir perdón era un ejemplo. Pedir disculpas implica que uno admite que no es perfecto, que se ha cometido un error. Y en el proceso se ha lastimado a alguien apreciado.

En el segundo que Stiles recordó que debía hacer las pases con Lydia supo que sería incómodo. En el camino, había tratado de buscar el preámbulo apropiado para pedirle disculpas. Había pensado en:

"¿Qué onda?"

También en:

"¿Cómo va todo?"

Y por supuesto, el clásico:

"Vaya clima el que tenemos hoy, ¿no te parece?"

Y todos habían sido desechados dos segundos después de haberlos formulado en su cabeza.

Pero ahora que tenía a Lydia frente a él, sujetandola del brazo, sólo había dos palabras en su cabeza:

-Lo siento.

Stiles sintió que se quitaba un gran peso de la espalda.

A Stiles le hubiese gustado saber porqué Lydia estaba tan molesta. O porqué había visto a varias chicas con el cabello mojado salir como un rebaño en dirección al gimnasio. Pero aquello sería salirse por la tangente y quería hacer las pases de una vez.

Contó todo lo que había escuchado desde el pasillo. Le contó finalmente de la criatura azul. La chica relajo su preocupado rostro y se aventó a sus brazos y lo abrazó. Incluso hizo algo que nunca había hecho antes: lo beso en la mejilla.

Sin embargo Stiles no reaccionó de la manera como se suponía debía reaccionar un chico cuando una bella chica lo besaba. No se estremeció, no se le enrojecieron las mejillas. Más no aminoró el sentimiento de alivió que sentía de estar en buenos terminos con su amiga.

-Esta bien- contestó Lydia.

Stiles quería hablar con ella un buen rato. Lydia le preguntó si podía ser más tarde.

-¿Porqué?- quiso saber él.

Lydia estaba por explicarselo; pero el profesor Wheeler apareció de la nada y le recordó a Lydia, con un tono más autoritario del usual, que tenía que ir al gimnasio.

-Será más tarde, entonces- comentó Stiles.

Precisamente más tarde, Lydia lo estaba esperando fuera de su clase de Biología. Lydia parecía un tanto menos molesta.

Resultó que la clase de deportes de Lydia había ganado detención después de clases indefinidamente, porqué Melanie y su séquito de brujas le jugaron una broma pesada con cucarachas a una chica. Pero Lydia no tenía forma de demostrar que habían sido ellas.

A Stiles no le sorprendió escuchar que Melanie había hecho algo tan bajo como eso.

Durante el tiempo que Stiles estaba enfadado con sus amigos, sintió que Lydia, Scott, Allison y él eran barcos que se movian en direcciones totalmente diferentes. Y que cada segundo se alejaban más el uno del otro. Pero en aquel momento, Stiles sentía que susodichos barcos iban hacia el mismo lugar. Si uno se hundía los otros no dudarían en detenerse y darle una mano.

Estaban allí.

Estaban bien.

Eran amigos.

Dos horas después, durante el almuerzo, Lydia iba sujetada del brazo de Stiles en dirección a la cafetería.

Aquel gesto, era muy propio de ellos. Si bien con Aiden, o Jackson en aquel entonces, iba tomada de la mano. Stiles era el único chico con el caminaba de esa manera.

-Deberías venir con nosotros al cine- le propuso ella.

Ir al cine en grupo era una buena idea. Ir al cine como la tercera rueda con ella y Aiden no era una buena idea. Quizá porque Stiles casi podía visualizarlos besándose mientras él trataba de ver la película. Aunque Lydia le aseguró que esa no era la idea.

Tomaron un atajo para llegar al comedor. Habían quedado con el resto de verse en la cafetería y comer todos juntos.

La idea de que la manada se había reconciliado en su totalidad aún no entraba del todo en el entendimiento de Stiles; quizas en parte porque era demasiado buena para estar sucedienles a ellos, quizas porque Allison era la única que lucia aún peor que Stiles, o también por la naturaleza desconfiada de Stiles que siempre lo mantenía a la espera de lo peor.

Lydia seguía tratando de convencer a su amigo cuando entraron al último pasillo antes de llegar a su destino. Pero había un grupito de chicas que ocupaba casi todo el pasillo. Estaban dándoles la espalda para contemplar algo en un casillero, estaban tan pegadas las unas de las otras que no dejaban ver el objeto que toda su atención.

Pero a Stiles no le hizo falta saber qué veían. Sabía exactamente en que pasillo estaba, había estado ahí tan sólo un día antes. Aquel objeto tan fascinante era sino el casillero de Willow, que había sido vandalizado por un autor anónimo.

Aunque Stiles no se detuvo para contemplar al casillero, si pudo detectar que el mensaje ya no estaba, y parecía un casillero común y corriente.

Justo cuando pasaron al lado del casillero a Stiles le pareció que una de las chicas decía:

-Estoy segura que use el marcador permanente.

Pero pudo haber escuchado mal. Su nariz detecto el olor de comida chatarra que provenía de la cafetería frente a ellos, el delicioso perfume que usaba Lydia y el raro olor a petricor que provenía de la sala de arte al final del pasillo.

Pero no le presto tanta atención. Porque cuando entró a la cafetería, vio a su manada, sentada en una de las mesas de fondo.

Scott sentado al frente de Isaac, quien tenía al lado a una cansada Allison Argent, cuyo cabello castaño oscuro estaba desarreglado. Incluso los gemelos y Danny estaban ahí.

Eran una manada muy peculiar, pero una manada a fin de cuentas. Y juntos, podían superar cualquier obstáculo.

Todo mi amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora