Miedo a unos ojos solitarios

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-¿Stiles?- preguntó Scott desde el otro lado de la llamada, con un poco de estática.

-Hola, Scott- respondió Stiles lentamente.

Stiles finalmente había tomado el valor para hablar con Scott. En parte porque ahora que Derek ya no estaba ahí para él, ya no había nadie a su alrededor.

-Tiempo sin saber de ti- admitió un poco apenado el moreno.

-Un eternidad diría yo- comentó Stiles.

La lluvia hizo acto de presencia tan sólo minutos después de la partida de Derek del hogar Stilinski. Stiles estaba ansioso, y su estómago comenzaba a revolverse del estrés. No era una condición tan extraña como la sensación que le había causado un ataque de nervios momentos atrás, pero si era incómoda.

-¿Qué tal van las cosas?- preguntó Scott para romper el incómodo silencio.

-Bien, supongo...- la voz de Stiles hizo una especie de eco distorsionado.

-¿Sucede algo?- cuestiono el alfa.

-No, claro que no- negó Stiles.

Hubo un silencio por parte de Scott, como si tratará de escuchar algo a fondo.

Stiles se impaciento y comenzó a caminar alrededor. Stiles siempre caminaba cuando hablaba por teléfono.

Mientras esperaba se dio cuenta que la ventana de los Thompson, que estaba alineada con la suya, estaba cerrada y las cortinas bloqueaban la vista. Aquello se le hizo raro, la señora Thompson siempre tocaba el piano con las ventanas abiertas. O al menos corría las cortinas. De facto, no había visto a la señora Thompson desde que la lluvias llegó. Scott habló nuevamente.

-Stiles, no soy precisamente el más brillante de la manada...

-Esa es Lydia- comentó ágilmente Stiles.

-...pero creo que puedo reconocer si mi mejor amigo está pasando un mal rato.

Inmediatamente, Stiles rebuscó entre su cerebro para poder decirle a su mejor amigo la razón de su llamada después de semanas de ausencia. Y una vez que las halló, respiró lo más profundamente que pudo, y estrujó todo el valor que tenía para soltar el cañón, y dijo:

-Es sólo que...- Stiles hizo una pausa esperando a que la estática pasará y pudiese hablar con claridad- no he sabido de ti en un par de semanas, y cuando traté de hablar contigo sobre algo importante comenzaste a preguntar por los deberes , y comenzaba a creer que tú...que yo no te...- Stiles soltó un bufido.

Stiles se sentía extraño, y no era por las fuertes ganas de vomitar. Sino porque en ese momento se dio cuenta de algo: desde el sacrificio, Stiles ya no hablaba tanto. Su Trastorno por déficit de atención con hiperactividad siempre lo había hecho el más hablador del grupo. Y ahora se encontraba en una inusitada situación: No podía hablar.

No encontraba la manera de expresarse, especialmente con su mejor amigo, y le dolía.

-Esta bien, entiendo,- dijo Scott en vista de que su amigo no podía terminar su oración.

Ante aquello, Stiles sintió un gran alivió, y sus náuseas se esfumaron. Cuán maravilloso era que su mejor amigo pudiese entender a lo que se refería sin tener que decirlo enteramente.

-Me he sentido así últimamente, y creo que ha sido mi culpa- Scott sonaba un tanto triste al decir eso.

-No intentaba decirte que...- se apresuró a decir Stiles al sentir que había hecho mal.

-Esta bien, Stiles, ambos sabemos que es verdad, y lo siento, de verdad. He descuidado mucho las cosas, y por un momento me olvide que esto también te afectó.

Todo mi amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora