Todo mi amor

Cicatrizar para lograr avanzar

Stiles casi había olvidado por completo el asunto del misterio de la carpeta con su fotografía. Pero en el momento en que llegaron al hospital Stiles lo recordó como si hubiese pasado tan sólo minutos atrás.

-Supongo que me finalmente me explicarás el asunto de la carpeta.

Su padre asintió.

-Todo este asunto de la falta de sueño me tiene preocupado- comentó su padre con pesar.

-Papá, sabes que es por...

-Stiles,- pidió su padre- estoy al tanto de las razones por las que estamos en estas circunstancias; sin embargo no puedo evitar pensar que esto bien podría ser otra cosa.

-¿Qué supones que podría ser, papá?

Noah no contestó. Stiles no lo presionó.

-¿Podrías dejarme preocuparme por ti, sólo esta vez?

Stile asintió.

-Ven aquí, hijo- pidió Noah al tiempo que rodeaba a Stiles con su brazo.

Stiles le devolvió el abrazo y permitió que su padre le sobaba la espalda.

Cuando entraron al hospital, tanto Stiles como su padre se sintieron bastante incómodos. Trataron con mucha fuerza de no ver a ningún paciente. Especialmente a la chica con cabello extraño y mirada de lunático.

Entre los muchos temas de conversación de las enfermeras estaba el misterioso frío que invadia a Beacon Hills.

El proceso les llevó menos de una hora, pero a Stiles le pareció una bendita eternidad. Y no ocultó su fuerte deseo de irse de ahí pitando.

Resultaba ser que aquello a lo que su padre tanto temía era la posibilidad de que Stiles tuviese Demencia Frontotemporal como su madre. Su padre no tuvo que decirselo, Stiles lo dedujo por su cuenta.

Para colmo de Stiles, no sólo habían ido a hacerle un examen; sino también para ayudarlo con su falta de sueño. Lo cual implicaba que Stiles no podría ir con el resto de la manada a ayudar a Scott.

-Papá, tu mismo me diste la idea de que debía apoyar a Scott para que podamos apoyarnos el uno al otro y ahora me dices que...- dijo Stiles alterado desde su cama.

-Sé lo que dije Stiles, pero esto también es importante. Lo que te esta pasando podría ser algo más que un ritual druida. Podría ser...- el señor Stilinski no se atrevía a pronunciar ese termino enfrente de su hijo, el solo imaginarlo le hacía temblar de pavor.

Una de las enfermeras que estaba participando en la conversación del pasillo entró a la deprimente habitación, como las de la mayoría de los hospitales. Ojeó unas hojas en su tabla y le dirigió a los Stilinski la mirada más tranquila que pudo. Tenía el cabello recogido en una cola de caballo que terminaba en un color rosa pastel, aparentemente se había hecho unas mechas californianas.

-Bien, los resultados nos llegarán en un par de semanas, aquí en Beacon Hills no tenemos el equipo suficiente como para llevar el proceso completo, así que enviaremos las pruebas a los laboratorios especiales de Nueva York y nos los harán saber lo más ponto posible.

Se puso unos guantes de látex nuevos y tomó un frasco y paso su contenido a una jeringa.

-Ahora bien,- dijo aún con tono tranquilo- tu padre nos dijo que has tenido problemas para dormir, así que te inyectaré un calmante, pero tranquilo - se apresuró al ver como Stiles se ponía tenso- es uno muy "suave", sólo te ayudará a dormir un buen rato y no hará ningún daño, mañana en cuanto te despiertes podrás irte con tu padre a casa- aseguró la enfermera.