lunes, 03/10/2016 6:30 a.m.
No puedo dormir más, la última dosis de calmantes ha sido al rededor de las siete y media de la tarde, cuando obligaron a todos a volver a casa, después de "el beso".
James se ha quedado toda la noche, aunque vino cuando yo ya estaba indispuesta. Está sentado en el sillón al que se le ha otorgado su propiedad, al parecer venía a última hora para quedarse conmigo toda la noche (supongo que por eso no hablaba mucho), Gabe venía por la mañana, cuando James se iba y todos tenían que ir a sus respectivos quehaceres, y los demás aparecían por la tarde.
No he estado sola ni un minuto, aunque no lo recordaba todo y sé que James no sabía que Gabe faltaba para venir a verme a mi "Y sí, verme, porque no se acercaba a mi, ni me tocaba, ni lloraba, ni me peinaba, nada, solo daba vueltas y vueltas".
Eso es en lo último que tengo que pensar ahora, puesto que mi corazón me ha jugado una mala pasada.
James duerme plácidamente en ese sofá de polipiel gastado, su espalda debe dolerle muchísimo después de una semana.
La marca violaceoamarillenta, vamos: un moretón, se puede diferenciar fácilmente en su piel pálida.
Querría preguntarle sobre qué pasó, y si fue con Gabe puesto que este tenía también algún que otro signo de pelea, pero no puedo decir palabra alguna.
Después del casi sollozo del nombre de Gabe no he conseguido decir una palabra, sigo con las vocales, a las que les he adjudicado palabras que no entenderán a=sí, e=no (son las que con más facilidad digo), i=te quiero, o=imbécil, u=basta. No sé porqué esas son las palabras que quiero decir, son las primeras que han pasado por mi mente.
Después de el largo rato de pensamientos James abre los ojos, esos ojos verdes cristal que tanto me gustan, al verme despierta me dedica una cansada y sincera sonrisa.
-Buenos días, bella durmiente -dice retorciéndose en el sillón.
"bella durmiente, Gabe"
Tiene gracia cuando eres tú el que se acaba de levantar pero bueno -ojalá pudiese hablar, lo intento con una mirada algo fulminante aunque llena de ironía. El se ríe, no sé si ha llegado a entenderlo todo con mi mirada.
- Eres una dormilona con muy mal humor por las mañanas -dice besando mi frente, respiro profundo- deberías alegrarte, tu hermano vendrá a recogerte en poco tiempo.¿Solo a mi?
-Yo he de ir a la universidad -aclara.
Un buen novio lo dejaría todo por venir a verme...
¿Pero qué dices, Grace?
Sale del baño en unos dos minutos y ya está perfectamente peinado y vestido para irse.
- Te echaré de menos, pequeña -dice volviendo a besar mi frente- Te quiero mucho -besa mis labios abrochando su americana.
- i.
- ¿I? -me mira extrañado.
- i... -repito, no puedo decir más.Como si de un jeroglífico se tratara, James pasa unos diez minutos diciendo palabras para entender lo que decía.
"Me está agobiando" pienso. Al final decido besarle antes de que comience con frases compuestas para una simple letra.Cuando por fin nuestros labios se apartan apoyo mi frente sobre la suya.
- Creo que quiere decir que me quieres. -hago un sonido de alivio "por fin" pienso.- Iré a tu casa por la tarde-noche ¿sí?
Asiento con la cabeza mientras James se va.
Me he quedado sola, a las pasadas siete de la mañana, en una habitación vacía y triste.
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Grace y su vida universitaria
RomanceGrace nunca pensó que le sería tan difícil tomar la decisión de estudiar su pasión y es que, después de dos años, ha conseguido entrar en la universidad ¿El problema? Está a 562 kilómetros de casa. Ahora la vida de Grace cambiará al mudarse a un apa...