— Hola G ¿Ya habéis llegado?
— Sí, acabamos de llegar, la casa es increíble Neil —digo alejándome de Gabe, hacia el "jardín".
Para mi sorpresa, Neil no tiene muchas ganas de hablar, aunque me ha llamado él, comienza a excusarse sobre tareas pendientes.
— Pásalo bien preciosa, te quiero —dice al otro lado del teléfono.
— Y yo a ti, Neil —cuelgo.
Entro en la casa aún un poco desconcertanda por la llamada repentina de Neil y veo a Gabe viendo algo en la tv. Me siento a su lado.
— ¿Qué quería? —dice mirando el televisor.
— Solo saber si hemos llegado bien, supongo —me encojo de hombros y él ríe— ¿Qué pasa?
— Eres tan inocente, Grace —dice posando su mirada en mi.
— ¿Por qué? —digo poniendo cara de cachorro.
— No hagas eso —dice entrecerrando los ojos.
— ¿El qué? ¿Esto? —vuelvo a hacerlo.
— Para o te quitaré ese pucherito.
— ¿Ah si? —digo riendo.
— No me tientes Grace —una media sonrisa se forma en sus labios.
Vuelvo a hacer un pucherito y salgo corriendo cuando veo que viene a por mi.
Me alcanza demasiado rápido, sin darme cuenta me tiene rodeándome con sus brazos y no puedo moverme, aunque sigo riendo y jadeando por los nervios.
Me gira haciendo que le mire directamente a los ojos.
— Te lo advierto, Grace —dice respirando cerca de mi. Al instante sonrío y muerdo mi labio sin ser consciente.
Sus labios chocan con los míos, nos sumergimos en un increíble beso, su lengua juega con la mía ligeramente.
Noto como una de sus manos agarra mi muslo haciendo que salte y rodee com mis piernas su cintura. Sin dejar de besarme, comienza a caminar hacia el sofá de nuevo.
Ambos caemos a la vez soltando un ligero gemido.Acaricio con mis manos su pelo y le miro directamente a los ojos. Gabe acaricia mi mejilla rosada por el momento y se acerca de nuevo dándome un dulce beso, para pasar a tirar de mi labio inferior.
Dijimos que elegiamos la patada en sus partes, Grace. Me digo a mi misma.
Entonces, mirándole a los ojos hago un pequeña mueca y me incorporo en el sofá, sin volver mi mirada hacia él.
Ante mi movimiento Gabe se levanta rápidamente y se va a la cocina.
Vuelve a ser como si no hubiera pasado nada.
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Grace y su vida universitaria
РомантикаGrace nunca pensó que le sería tan difícil tomar la decisión de estudiar su pasión y es que, después de dos años, ha conseguido entrar en la universidad ¿El problema? Está a 562 kilómetros de casa. Ahora la vida de Grace cambiará al mudarse a un apa...