Querría haberme quedado sentada en el suelo durante días. Y casi lo consigo, pero Neil y Gabe me acabaron llevando a casa a la fuerza.
Mi humor hace que mis energías estén a cero, me cuesta tanto levantarme e ir a la Universidad, donde él estará, con su indiferencia y su feliz vida de pre-profesor de psicología en la Universidad... Y yo, en cambio, aquí estoy, con mis moños rápidos y las sudaderas como mejores amigas.
Siento que un mundo se me ha caído encima.
Aunque han pasado ya dos semanas, no me olvido de lo que ha pasado, sigo con los mismos pinchazos en el corazón al escuchar su nombre, al verlo por el campus (aunque mis amigos y compañeros me han ayudado muchísimo avisándome o haciendo más de una vez que cambie mi ruta "disimuladamente") o cuando pienso y sueño con él. Me sigue doliendo pero el tiempo va haciendo su función y poco a poco vuelvo a ser la de antes.
Mis compañeros me han cuidado como a una niña pequeña con gripe estos días. Incluso me han traido alguna vez el desayuno a la cama.
Los chicos por su parte han aportado no hablando del tema y dejando mi espacio. Siguen siendo tan amigos como eran antes, lo que me relaja.
LUNES 24/10/2016 13:00 h.
Por primera vez en estas dos semanas puedo estar en clase sin sentir ganas de llorar y voy a volver a comer con Neil.
No me entendáis mal, pero no estaba segura de querer ver a ninguno de los chicos y exponer mis sentimientos de nuevo.
He comprendido con el tiempo que ellos no son así, al menos por ahora, se han comportado genial entre ellos y conmigo. Lo que me hace pensar que es porque había más rabia por James que amor ("amor") hacia mi, lo cual me cabrea y alegra a la vez.
Pero ya es hora de dejar todo eso atrás.
Salgo de la clase con prisa por ver a Neil, cuando siento un brazo agarrándome. Me quedo quieta por la impresión.
Que no sea James.
Genial, el universo hace caso omiso a mis súplicas.
— Qué quieres —digo cortada.
— A ti.
— Me alegro —me giro con intención de irme pero sigue con su mano en mi brazo.
— Vamos, Grace, solo escúchame —dice James sincero. Yo asienso ligeramente— Solo quería que supieras que... Lo siento muchísimo —dice mirando al suelo—. Estoy avergonzado de lo que hice y respeto tus decisiones.Vaya, parece que ha entendido las cosas.
— No te voy a mentir, James. Por ahora no puedo perdonarte, pero acepto tus disculpas e intento comprenderte —le soy sincera—. No te preocupes por lo que yo piense.
— Sí, creo que debería trabajar en mi posesividad. —asiento con la cabeza mirando al suelo, él me suelta al fin el brazo—. Espero verte algún día, sin esta presión.
— Quién sabe... —suspiro— Debo irme, adiós.
— Adiós, Grace.Respirando hondo y asimilando lo que acaba de pasar salgo de la facultad donde veo a Neil y Mandy hablando. Ella me mira y se acerca a mi con alegría.
— ¡Mi niña! —me abraza— Te he echado de menos en el finde, tenemos que quedar pronto eh.
— Claro ¿Este finde? Ya estoy más de humor, pero nada de fiesta por favor —digo acercándome a la columna/punto de encuentro habitual.
— ¿Cena de amigas? —sonríe.
— Perfecto —poso mi mirada en Neil, con quien debo comer hoy— Hola.
— Hola, G —me sonríe tiernamente.
— Bueno... Me voy —dice yéndose lentamente— recuerda eh Neil.
— Lo recuerdo —responde él.¿Qué tiene que recordar?
— ¿Qué tienes que recordar?
Bien Grace, más directa y no naces.
— Nada, preciosa —dice poniendo su brazo sobre mi hombro para llevarme hacia la cafetería.
— ¿Ya se te ha olvidado? Pobre Mandy... —ambos reímos.En la comida todo parace volver a la normalidad, más específicamente al primer día que comí con Neil, todo es idéntico, hablabdo en la cola para coger algo de comer, contando anécdotas, hablando de música, riendo...
Por fin, reír sin parar, lo echaba tantísimo de menos.
— Me alegra volver a reír contigo, G.
— Y a mi, Neil —le abrazo, parece que me haya leido la mente.No puedo separarme de sus brazos, un calor enorme inunda mi pecho y mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas.
No, ahora llorera no.
Respiro hondo y me quedo acurrucada en el hombro de Neil, quien sin preguntas ni reproches, me abraza en silencio.
—Te quiero.

ESTÁS LEYENDO
Grace y su vida universitaria
عاطفيةGrace nunca pensó que le sería tan difícil tomar la decisión de estudiar su pasión y es que, después de dos años, ha conseguido entrar en la universidad ¿El problema? Está a 562 kilómetros de casa. Ahora la vida de Grace cambiará al mudarse a un apa...