CAPÍTULO 11 (II). SALVADA DEL INFIERNO

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—leer capítulo 11 (I) antes—

VIERNES    07/10/2016    22:13 h.

El conductor posa su mirada en mi, lo veo a través del viejo y gastado casco.

Date por muerta, Grace Hunter.

Cuando se quita el casco espero un "¿Estás sola, muñeca?" o algo por el estilo, pero mi corazón da un vuelco cuando veo esos ojos miel mirándome sin expresión alguna, yo en cambio apestaba a miedo.

— ¿Vas a subir o vas a quedarte mirándome todo el día? —dice ofreciéndome el casco.

Consigo reaccionar. Habré pestañeado unas veinte veces, pero ya por fin creo que es real, creo.

— Pero no me lleves a casa —sé que James aparecerá después y no quiero verle.

Siento como arranca la moto y mis nervios vuelven a invadir mi cuerpo. Apreto con fuerza el pecho de Gabe cuando comienza a conducir.

Se me había olvidado hablarle... Aunque no tenía muchas esperanzas en que me contestaste, Neil me ha dejado en visto, él hubiese hecho lo mismo. Pero está aquí.

La moto se detiene y yo sigo apretada al pecho de Gabe con fuerza, entonces recuerdo las palabras de Lily "si logras ver sus costillas...".

— Grace, suéltame y baja —su voz suena seria, fría.

Le hago caso, y observo donde estamos.

Otro sitio que no me suena, debería comenzar a dar vueltas por los alrededores.

— ¿Donde estamos? —pregunto observando como se acerca a una de las casas.
— En casa de mi padres —dice abriendo la puerta— Pasa.
— Pero... ¿Ellos están...? —él niega con la cabeza y yo entro vacilando.

El interior es precioso, muy acogedor, me sorprende porque parece lujosa. Pequeños detalles inundan la habitación con una delicadeza opulenta.

Como un suspiro, un "wow" escapa por mis labios.

— ¿Te gusta? —masculla.
— Es preciosa —digo aún dando vueltas anonadada— Tus padres tienen suerte.

Entonces su cara pasa de inexpresiva a desencajada, algo en mi dice que le ha dolido demasiado lo que he dicho.

— Ellos murieron hace un año y medio —dice sentándose en el sofá.

Genial, Grace, te has lucido.

— Lo siento, yo... —no consigo articular palabra.

Su mirada fría se posa en la mía, esos ojos miel hacen que un escalofrío recorra mi cuerpo. Me siento en el otro lado sofá, intentando ser más cercana, puede que consiga más de unas cuantas frases con tono indiferente.

Pero nada, llevo minutos mirando su perfil sin conseguir que una palabra salga de su boca, de nuevo, para Gabe soy invisible.

Pienso una y otra vez qué decir, pero no consigo decidir una frase adecuada.

Miro mi móvil, ya son pasadas las 22:30 por lo que James ha salido de la Universidad, sé que ha ido a casa y al no verme siempre me llama.

Siempre queriendo saber donde estoy para nada, solo para controlarme.

La vibración del móvil me quita de mis pensamientos, su nombre aparece en la pantalla y no puedo evitar sentir rabia, cuelgo al instante.

Gabe me ha visto colgar, pero no dice nada, ha vuelto a mirar la chimenea, apagada.

Grace y su vida universitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora