los motivos del sir Loran.

106 22 5
                                    

Transcurre algún tiempo y las quejas no se hacen esperar en el pueblo. Llegan hasta la corte del reino.

—¡Las aportaciones monetarias están fallando, los ingresos a los servicios públicos han disminuido, las escuelas y el hospital de nuestra jurisdicción se quejan de no estar recibiendo para sus insumos!— Protesta un miembro del comité del reino del sur.

—No se ha traído el aceite de Londres, por lo que el alumbrado no es tan eficiente—dice otro.

—El pueblo no está contento su majestad—El rey está angustiado, las cosas están marchando mal, eso pone en peligro la estabilidad de ambos reinos.

—Sir Frederick, dé informes de las cuentas—dice dirigiéndose al tesorero.

—Su majestad, esto es todo lo que tenemos, las aportaciones han bajado, ya no son regulares.... Creí que usted estaba al tanto—Le dice señalándole las cuentas grabadas en papel.

—¿Qué tiene que decir Sir Loran ante semejante situación?—El sir loran hace un silencio.

—Tengo proyectos su majestad, para el bien de ambos reinos, le aseguro—dice luego con voz muy calmada.

—¿Qué proyectos son esos?— Le pregunta de brazos cruzados y con una mirada profunda.

—Déjeme eso a mí su majestad, usted tiene suficientes responsabilidades, le aseguro que a la larga me lo agradecerá—dice frotando sus manos.

—¡Es mi responsabilidad que el pueblo esté feliz, y que reciban los recursos necesarios para serlo!

—Lo sé, y así será—dice Sir Loran saliéndose por la tangente.

—En tres días debe darme un informe, quiero saber que se está haciendo con los tesoros del reino— El Sir Loran asiente, tres días le alcanzan para fraguar una historia convincente, o hacer una de sus tretas...

El pueblo está suspirando, quejándose de la falta de atención de parte del rey, cuando el rey sale con su carruaje o a caballo, el malestar de la gente no le pasa inadvertido, la verdad es que Sir Loran está empezando a darle curso a su venganza. Y por ende las consecuencias empiezan a sentirse también en el reino del oeste, puesto que al unir los reinos, unieron también los recursos.

....

Mientras puede escapar de sus deberes con el rey e ir a prisión Sir Loran se encarga de envolver a Layla con una fatídica historia.

—Desde que la vi siento que me he enamorado de usted, es en verdad una mujer encantadora. Se que no me ama, es a ese príncipe insípido a quien usted ama , pero no suelo dejarme vencer por mis obstáculos princesa. Se que aceptará mi propuesta.

—¿ Que quiere de mi Sir Loran?

—Su reino se está debilitando y es solo cuestión de tiempo para que Cristian termine siendo odiado por el pueblo. Un príncipe que no puede atender las necesidades de su gente no merece la corona. Alicia sabe volverlo loco y hacerle perder el juicio. Pero eso es mejor que tener que asesinarlo. ¿ No quieres eso verdad princesa?

—No se le ocurra tocarle un cabello a Cristian. La pagará muy caro si osa una afrenta tan atroz.

—Está en tus manos acabar con la maldición que ahora lo está volviendo una piltrafa y salvarle la vida.

—¿ Cómo? Solo dígalo.

—Solo que se case conmigo, será fácil. Si lo hace yo seré el dueño de todo su reino y sus padres y su enamorado seguirán viviendo —ella abre la boca con impresión ante tanta desfachatez de su parte.

— ¡ Nunca! ¡ Nunca haría algo así!—grita Layla. Entonces Sir Loran le da una seria advertencia.

—No quería hacer algo así , pero me estás obligando — entonces toma a Layla, y con la ayuda de dos guardias la obliga a subir a un carruaje y se la lleva a la fuerza de allí. Sir Loran se lleva a Layla a su propio castillo y la encierra en una de las habitaciones hasta pensar que hacer con ella. Entonces pide a uno de sus sirvientes más fieles le lleve comida tres veces al día. Si no estará con él por las buenas será por las malas.

Layla está desesperada. Sir Loran es un hombre insensible. Estar cerca de él le produce aberración. Prefiere la sucia celda que vivir en su castillo.

Los días pasan y Sir Loran trata a Layla cómo una criada y la obliga a trabajar arduamente en el castillo. Ella intenta escapar varias veces pero es imposible burlar a los guardias que se mantienen vigilantes.

Son muchas las atrocidades que le hace vivir. La obliga a mirarlo mientras come y solo recibe un trozo de pan o las sobras. Disfruta pensando en lo mucho que sufrirían los padres de Layla si supieran lo que él ha hecho con ella. Ha logrado convertir a la hermosa princesa en una mujer asustada, en una sirvienta que debe lavar el piso por dónde él pasa. Si fuera su esposa , sería más fácil para ella, pero Layla jamás llegaría a un trato con un criminal como él.

Es de noche y Layla pone agua para que Sir Loran lave sus manos luego de cenar un delicioso banquete del que solo le permitió comer un poco de sopa y una ración de vegetales. Pero las naranjas dulces, los pasteles, las manzanas, las tartas, el cerdo y los panes frescos solo pudo observarlos y oler sus deliciosos aromas. Pero no probar medio bocado. Ella lo observa mientras él lava sus manos luego de cenar .

—¿ Por qué tanto odio hacia la corona Sir Loran?— él la observa sorprendido. Nunca antes le había preguntado algo así.

—¿ De verdad no lo sabes?—ella hace una negación mientras él seca sus manos. Es un hombre alto, fornido, Layla nota que siempre lleva una espada. A veces se da cuenta el odio que transmiten sus ojos cuando él la observa calladamente desde su asiento. Se pregunta si la odia tanto ¿por qué desea casarse con ella?

—Siempre fui ambicioso si, siempre queriendo poder, más de echo. Yo hice daño, lo acepto, llevé a reinos a la ruina, pero cuando busqué apoyo en tu reino pues quería una oportunidad y no ir a la horca tus padres me negaron esa oportunidad, ellos pudieron ayudarme, permitirme cambiar, pero más pudo su desconfianza, yo merecía morir,  ¿pero que culpa tenía ella?

—¿ Ella?—pregunta Layla .

—Marie , mi bella Marie. Mi hija. Fue colgada, tenía solo veinte y murió junto con mi amada esposa , fuimos condenados por traición , todo es culpa de tu padre y ahora él debería sentir lo que yo siento. Lloro impotente al recordar a mi pequeña—dice y su voz se quiebra.

—¿ Por qué no fuiste colgado junto con ellas?—pregunta curiosa y a la vez conmovida, abrazándose a si misma.

—la iglesia intercedió, pero ya ellas habían muerto. Era tarde para ellas, cuando yo era conducido a la horca la noticia del perdón llegó , yo implore me mataran junto con ellas y no lo hicieron. Ellas estuvieran vivas si tú padre hubiera firmado una carta de perdón. Pero no quiso hacerlo . Así que es hora de vengar a Marie , sus reinos quedarán arruinados , solo así moriré en paz—dice y la toma del brazo, corre con ella hasta encerrarla y dejarla sola y muy afectada con la horrible historia que le acaba de contar Sir Loran. Se imagina a esa pobre joven siendo ejecutada por un delito que no cometió. Sus padres son justos, no pueden ser los culpables, él es el único culpable de haber llevado a su familia por un camino tan doloroso... Piensa sintiendo mucha pena por un hombre que no merece su compasión.

El brillo de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora