seré la esposa del sir Loran.

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Al abrir mis ojos suspiro aterrada. Estoy en una habitación diferente. Es una más acogedora, pero temo que sea solo una ilusión y que Sir Loran solo esté buscando sorprenderme con una desagradable sorpresa. No sé que se trae. Estoy sobre la cama y mi pierna duele. Pero alguien la ha vendado. Enseguida la reviso para saber cómo luce. Tengo mucho miedo. Entonces empiezo a llorar llamando a mamá, a papá y a Cristian. Quiero estar con ellos. Una mucama abre la puerta. Frunzo el entrecejo curiosa. ¿ Quien es y que hago aquí? Ella trae una hermosa taza de cerámica. Sus bordes parecen de oro puro. Me recuerda a las tazas del castillo. La taza posa sobre una bandeja de plata , hay una cuchara dorada y un tarro con azúcar, y en la taza hay un humeante té Negro. La mucama me mira y me sonríe tenue. Pone la bandeja a un lado en una mesa al lado de la cama y me ayuda a incorporar.

-Le he traído té, el señor solicitó la tratase cómo a la madame.

-¿ La madame? ¿ Cuál madame?-pregunto muy confundida.

-Madame Julieta, la difunta esposa del señor.

-¿ Acaso habla usted del Sir Loran?-ella sonríe.

-Si. El sir Loran. Él fué quien arregló traerla para acá, es muy bueno-dice. Entonces empiezo a temblar. No puede ser. ¿ Que hago en la habitación de ese monstruo? Si fué capaz de tirarme a los cerdos salvajes, no puedo imaginar de lo que sea capaz ese hombre tan despreciable al meterme en su habitación.

-¿ Dónde está ahora el señor?

-Como siempre está cumpliendo con sus encargos. Trabaja mucho. Vendrá en la noche y dice que la espera para cenar -La oigo aterrada y muy confundida. ¿ Acaso soy la nueva esposa del sir Loran ? ¿ Acaso me obligará a cumplir un papel que aborreceré por siempre ? La mujer se marcha y miro la taza con el té. Lo pruebo y termino tomándolo. Está delicioso y estoy sedienta. Entonces intento levantarme, pero la pierna está hinchada y me duele mucho. De todas maneras intento levantarme y camino tratando de no apoyarme mucho en esta pierna, es cuando noto que llevo ropa de dormir, transparente. Enseguida busco mi vestido y no está. Busco la cobija para cubrirme y de pie en la puerta grito a la mujer que vuelva. Ella vuelve enseguida.

-¿ Le sucede algo madame?

-¿ Dónde está mi vestido? Estoy prácticamente desnuda.

-Ah, que tonta he sido, enseguida enviaré a Adela con ropa para la madame-dice y sale de prisa casi que a las carreras. Al poco rato una joven mucama entra con algunos vestidos. Los pone sobre la cama. Así mismo como entra se marcha, pero antes le pregunto de quién son esos vestidos. Ella se detiene.

-Son de la hija del señor.

-¿ Su hija muerta?-pregunto curiosa y algo nerviosa. Ella siente y se va. Respiro hondo preocupada. No tendré más remedio que usar uno de estos vestidos. Tomo uno de los vestidos y me lo coloco. Entonces me miro al espejo. Me queda bien. Pareciera de mi medida. cepillo mi cabello y respiro hondo. Entonces camino de nuevo hasta la puerta. La abro y salgo. Este no es el castillo en ruinas donde estaba con sir Loran. Es uno más bonito y elegante. Tiene hermosas lámparas que iluminan todo bajo ellas. Así es que camino al barandal y miro hacia abajo. Hay muchos sirvientes y también soldados. Respiro hondo preguntándome qué es este lugar y por qué Sir Loran me trajo aquí. Quiero bajar pero la pierna me duele tanto que no me será posible hacerlo sola. Entonces veo que al lado de la alcoba dónde estaba hay escaleras. De modo que hay un piso más arriba. Me acerco a esas escaleras para intentar ver qué hay arriba. Cuando oigo un grito desgarrador venir de más arriba. Mi piel se eriza. Entonces una voz tras de mí me hace exaltar. Es la mucama.

-¿ Desea algo señora?-Me pregunta.

-No, estoy bien, y no me diga señora, aún no me caso -digo con decisión. No aceptaré que me traten como si fuera esposa de un canalla.

-¿ Le da curiosidad que hay arriba?-Me pregunta ignorando mis palabras.

-Si. Un poco. Oi gritos.

-Mejor ni se acerque a ese piso madame, allí asustan, de noche no vague por los pasillos de esta casa, de día es muy bonita pero de noche espantan, yo me encierro en mi cuarto a las nueve, a veces oigo quejidos, lamentos y golpes, es terrorífico de verdad, créame, no salga de noche por los pasillos y nunca, pero nunca suba a ese piso-dijo y me parece haber oído una historia de terror. La miro con desconcierto. aquella historia me sobrecoge, y me invade una especie de temblor y recelo. Ella me sonríe.

-Mejor vaya a su alcoba, a las siete vendrá un sirviente y la ayudará a bajar para ir al comedor como dijo el señor-respiro hondo y regreso a la habitación llena de dudas, preguntas y con consideraciones de estar en una casa embrujada.

Justo a las siete tocan a la puerta.

-¡ Si! -grito desde adentro .

-He venido para llevarla al comedor madame.

-¡ Adelante!-digo a viva voz. El hombre entra, me sorprendió su tamaño. Es muy alto y fornido. Un hombre de tez oscura y semblante tímido.

-Dice Rina que usted debe ser llevada al comedor, cómo usted no puede caminar debo alzarla. ¿ Está bien?-pregunta. Asiento. Él se acerca y al intentar cargarme lastima mi pierna y me quejo. Me deja en la cama de nuevo y lo intenta momento después con más cuidado. Entonces me lleva con ligeresa en sus anchos brazos hasta abajo. Miro con curiosidad el primer piso. Todo es muy acogedor. Hay bonitos muebles y cortinas muy elegantes. Hermosos cuadros en las paredes y muy bonitas lámparas. pero veo que la casa está rodeada de guardias. Sus aspectos dan miedo. El hombre que me lleva en brazos me deposita con mucho cuidado en una silla del comedor. Entonces frente a mi miro al Sir Loran. Todo esto es demasiado bonito para ser verdad. Ni por un millón de piedras preciosas aceptaría vivir con un hombre tan despreciable cómo él. Ni aunque viviera sumida en la peor de las pobrezas. Ni aunque tuviera que comer algarrobas por vivir en extrema necesidad haría un trato con este hombre que está frente a mi. Él me mira con su peculiar aspecto hostil. Una sirvienta pone vino rojo en su copa. Él no deja de mirarme con aspecto sombrío. La mujer se va y quedamos solos él y yo. Pareciera maquinar cómo se va a deshacer de mí finalmente.

-Hola Layla, ¿ Te gustó nuestra habitación?-muerde una manzana. Respiro hondo.

-¿ Que es lo que pretendes Sir Loran?

-Nada. Necesito una esposa, y tú eres la indicada, dormirás en mi alcoba, en mi cama ... Tranquila, no suelo acostarme con una mujer lisiada, dejaré que tu pierna cure y entonces tendrás que pagar el debito conyugal. Y sé que no te resistiras, verás que soy más cariñoso que los cerdos, ah... Y por si se te ocurre la estúpida idea de querer escapar, estamos rodeados de guardias, cada uno tan fiel como la misma muerte, y si pudieras acabar con unos cincuenta o sesenta soldados, el lago infestado de cocodrilos será difícil de cruzar sin ayuda. Así que come querida, y luego nos iremos a dormir-lo miro espantada mientras oigo sus amenazas.

-¿ Por qué haces esto?

-Porque odio a todos los que amas, porque deseo que tus padres sufran tanto como yo, y porque cuando Cristian sepa que te revolcabas conmigo en mi lecho te despreciará y sufrirás tanto que querrás morir. Allí estaremos iguales y habré cumplido mi venganza

El brillo de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora