una gatita ladrona.

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P.o.v. Layla.

Debo salir de aquí, debo ver cómo están mis padres, cómo están Cristian y sus padres, pero escapar del Sir lloran se traduce en más que solo simples deseos. Hay que ser muy astuta para poder escapar de un hombre tan malvado como él. Estoy sobre la cama, con hambre, añorando aquellos tiempos dónde me paseaba por el castillo y disfrutaba de los mejores manjares, dónde no le daba la importancia debida a comer, a beber, a disfrutar un paseo, eran cosas tan obvias que las daba por sentado y no me detenía a pensar en cuan buenas eran. Cuan delicioso quedaba aquel guisado, y los panes calientes con mantequilla, las ciruelas y las uvas que traían en barco, suspiro pensativa mientras miro mis manos sucias de tanto limpiar y sin poder darme lujos de baños diarios. Extraño a Cristian sobre manera. Cómo era capaz de mostrar amor y ternura solo en su mirada, cuando me sonreía sentía que no estaba sola. Tan diferente del rostro amargado y hostil del Sir Loran que miro cada día. Con ellos era feliz. Ahora estoy aquí encerrada por este hombre que no tiene una pizca de sentimientos. A su servicio. Al servicio de un canalla. Entonces comienzo a pensar como salir de aquí e ir por un poco de pan.

Me acerco a la puerta en vano , no la dejaría abierta. " No la dejaría abierta " me digo con ojos brillantes. Seguro brillan muchísimo pues Sir Loran olvidó cerrar la puerta. Mi estómago ruge y temo pueda ser escuchado por mi raptor. Pero debo arriesgarme a ir por un poco de pan o moriré de hambre esta misma noche. los pasillos están despejados, las velas aún alumbran un poco. Si me apuro podré correr hasta la cocina, robar algo para comer y volver. Miro para ambos lados y los hombres de metal que están apostados uno al lado del otro por todo el pasillo intimidan mi andar. ¿ Que tal si uno solo de esos está vivo y me atrapa ? Haría enojar mucho a Sir Loran y lo menos que quiero es hacerlo enojar. Intento no mirarlos, no puedo distraerme.

Por fin llego hasta el borde de una escalera. Miro al piso de abajo. Parece solitario. Respiro hondo y cobro valor. "Soy la princesa Layla del distrito suroeste y una de las cualidades que debe poseer una princesa es valor". Me digo y empiezo a caminar hasta el piso de abajo. Agarro aire y oigo cada mínimo ruido como una amenaza potente. Entonces a tres escalones para llegar al piso de abajo algo salta sobre mí haciéndome gritar aterrada. Es cuando veo que es un gatito y entonces me detengo intentando recuperar el aliento. Entonces sigo caminando. Ahora tengo un minino que me persigue. Tal vez el pobre al igual que yo tenga muchísima hambre. Lo tomo en brazos y una vez abajo corro por el pasillo izquierdo y cruzo en la segunda esquina, ahí está la cocina. Las velas de las lámparas están apagadas, eso puede significar que no hay nadie. No he visto muchos sirvientes en este lugar. Unos dos o cuando mucho tres. Tomo una vela del pasillo y entro. Enseguida el olor me invita a degustar. Veo sobre la mesa una bandeja que está cubierta con una tela y al levantarla es delicioso cerdo. Enseguida tomo un trozo que como con desespero. Entonces consigo un plato y pongo trozos de carnes, enseguida veo la canasta con panes, tomo los que puedo en los bolsillos de mi vestido. Tomo una manzana y creo que es suficiente. No podré llevar mucho más que esto. Es una lastima, hay muchísima comida que seguro se echará a perder y Sir Loran la arrojará a los cerdos. Entonces el gatito empieza a buscar su propio alimento y cuando voy a salir de la cocina para ir a mi celda veo que alguien se acerca. hay claridad por el pasillo. Enseguida apago la vela y me escondo bajo la mesa. Veo zapatos de hombre conduciendose hasta mí y el pánico me invade.

" Hola linda gatita ladrona, se que te escondes " dice esa voz masculina. Pero no es la de Sir Lloran. Es de alguien más joven. Parece la voz de un jovenzuelo. Pero temo que me vea y corra a decirle a mi raptor que escapé de mi prisión y vine a robar sus alimentos.

—Ah, la linda gatita ladrona no quiere salir de su escondite, ¿ Que diría Sir Loran si se entera que su prisionera no es más que una ladrona ? —muerdo mis labios temblorosas. Entonces él se asoma por debajo de la mesa y me alumbra con su vela para luego mostrarme una amplia sonrisa maliciosa. Lo miro temerosa.

—¡ Alejandrino ! ¿ Que haces aqui?—La voz molesta de una mujer me sobresalta. Él enseguida deja caer el mantel sobre la mesa para cubrirme.

—Señora Phatma , solo tenía hambre y vine por un trozo de pan , ¿ Cuál es el problema?—pregunta el joven. Contengo mi aliento temblorosa.

—Es mejor que salga de la cocina, al Sir Loran le molestan los ladronzuelos, las ratas de cocina—dice la mujer con tono hostil.

—Me iré, pero por favor, no le diga nada , no volverá a pasar— el jóven sale tras la mujer y luego de un rato. Tomo lo que había apartado y con el mismo cuidado, precaución y miramientos salgo de la cocina sigilosa. Como un rayo llego a la habitación donde me encierran y escondo las cosas bajo la cama. Entonces me acuesto pensativa. Dando chance a calmar mis emociones para no comer mientras estoy tan nerviosa. La comida podría caerme mal. Respiro hondo mientras me pregunto quién es el joven que me salvó de un severo castigo. Momento después tomo la carne y los panes y como con ansias. No como, me atraganto de alimentos. Me como toda la carne y un trozo de pan, los demás serán mi desayuno. Entonces busco el recipiente con agua que ponen en mi puerta cada día y tomo suficiente agua para pasar los alimentos. Estoy satisfecha. Sonrío imaginando la cara de Sir Loran si llegase a enterarse de que dejó mi puerta abierta y hurté sus delicias.

El brillo de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora