Capítulo III: Culpable.

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Sorprendidos. Estáticos.

No había otras palabras para describir como estaban, sus miradas asombradas se encontraron, no había una explicación clara de cómo logró liberarse ¡Tenía casi medio edificio encima! Era imposible.

Sacaron sus armas con rapidez, atentos a cualquier posible ataque sorpresivo, era bastante fácil escuchar con el silencio sepulcral que se posó sobre las calles de París al primer disparo de Armored y uno de ellos tenía habilidades de gato.

Sus espaldas se pegaron, no faltaban las respiraciones aceleradas sedientas de acabar con todo este desastre, los corazón de los héroes bombeaban descontroladamente, al pisar el suelo se oían el crujir de vidrios y desechos que habían volado con las peleas.

El sol ya se estaba escondiendo para dar fin al día, pero no daba para marcar el final del enfrentamiento tan agotador con el que habían tenido que lidiar los héroes y Armored no daba indicios o señales para acabar. 

La cabeza de Chat maquinaba intentando buscar la respuesta al por qué había sido tan complicado vencer a Armored, era sólo un akumatizado más, una persona más, víctima de los egoístas deseos de una persona con sed de hacer el mal, aunque con el paso del tiempo ellos se habían vuelto más fuertes y ágiles, el villano que les había vuelto la vida cuadros, de cierta manera sus akumas más poderosos.

Se escuchó caer las posibles paredes de lo que podía quedar de un edificio, el sonido se había escuchado sólo como a veinte pasos de ellos, Chat miró a la ojiazul para intentar saber cuál sería su siguiente movimiento, pero no hizo más que dar unos cuantos pasos en dirección a la ruina.

En la cabeza de Lady se cocinaba una idea, una que debió ocurrírsele desde un principio, pero al fin y al cabo no lo habían vencido del todo aún y decidió decírsela a su compañero, se detuvo en seco y su compañero la miro extrañado.

—Sígueme...—le dijo casi en susurro la azabache.

La siguió hasta dar detrás de un camión lleno de tierra en el que se agacharon quedando bastante cerca para que el rubio pudiese escucharla, la heroína no quería arriesgarse a que Armored descubriera su plan y quedarse sin nada.

—Tengo una idea...—en sus ojos había brillo— Acorralémoslo.

—¿Qué...?

—Pe, pe—hizo una seña de silencio, en la cara de Chat reinaba una mueca de desagrado, esto no olía nada bien—. Déjame terminar. Él es fuerte y pesado... Pero nosotros somos dos, hay más agilidad e inteligencia—le sonrió al ojiverde con complicidad—. Su akuma está en el cinturón en donde tiene algunos paquetes de balas, se las quitarás mientras yo hablo con él, lo distraeré, lo desintegrarás con...

—No—respondió con firmeza a la idea de Lady—. ¿Estás loca, no? ¡Tiene un arma del tamaño de tus dos piernas juntas!

—Es solo una pistola, Chat.

—Sí, una pistola del tamaño de tus dos piernas... Y juntas—apretó la cuadrada mandíbula con fuerza.

— Pero él es solo fuerza bruta, ya lo comprobamos... Intentémoslo, ya hemos probado con todo, aún te queda tu cataclismo, no creo poder resistir sacar el lucky charm—los dos se levantaron sin distanciarse, Lady cruzó los brazos.

—No—el gatuno imitó su acción y le regaló una mirada amordazante, pocas veces se encontraba así.

Cerca de ellos, Armored seguía destruyendo. Muchos vidrios hechos trizas cayeron de las alturas de las edificaciones, los héroes corrieron con los brazos sobre la cabeza hasta el edificio donde se encontraba el villano y se escondieron en una rincón con una pared decorada de rosas pintadas que ahora estaba recubierta con una capa de polvo. 

Promesas. {MiraculousLadybug}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora