Promesas. {MiraculousLadybug}

Capítulo Especial: El cielo melocotón.

—Me gusta una chica.

—¿En serio?—preguntó sorprendida Ladybug con una mirada burlona.

—Es maravillosa—la heroína miró a su gato dulcemente, sus labios se elevaron en una media sonrisa.

París era hermoso. Cada cierto tiempo (casi todos los días, en realidad) los héroes patrullaban la ciudad y al terminar siempre elegían un lugar para descansar, pero terminaban gastando el tiempo charlando de cosas sin importancia y haciendo bromas entre ellos. Mucho había cambiado para bien. Ladybug era más relajada y abierta con él y lo ponía feliz sólo como ella sabía hacerlo.

El cielo estaba cayendo en un glorioso atardecer, una vista melocotón y un clima cálido. El tejado sobre el que estaban era perfecto, daba en la altura óptima para poder visualizar toda la ciudad de manera ancestral. 

—¿Cómo es?—preguntó la ojiazul apoyando la barbilla en sus rodillas.

—Inexplicablemente preciosa, en todos los sentidos—el gatuno bajo la mirada algo avergonzado pero no evitó la sonrisa.

—¿Desde hace cuánto? No pareces del tipo enamoradizo sino más bien del "enamorador"—hizo comillas con sus dedos.

—Hey, claro que no—se hizo el ofendido y la empujó ligeramente con el hombro, se miraron con complicidad—. Desde hace tiempo, no es muy reciente que digamos.

—Te lo tenías bien guardado, gato.

—Ni tanto, soy bastante predecible.

—Claro que sí, no te hagas...

—Tienes razón, miento. Soy irresistible—subió ambas cejas y se mordió el labio. Fue esta vez Lady quien lo empujó.

—Tonto—soltó una risa que hizo que el corazón de Chat se acelerara.

—No te hagas...—dijo imitándola— Sé que te parezco sexy.

—Estaría loca si lo pensara. Tú lo piensas de mí, no digas que no—bromeó.

—Eso no lo negaré, eres una mariquita sensual—Ladybug rió, no había cosa que más lo llenara que hacerla reír.

No había sido fácil acercarse a ella, pero la estudió, no era difícil mirarla. Sin esa máscara de intermedio y con ella sabía que era hermosa, por dentro y por fuera. Se tenían confianza, ella le había hablado del chico que le gustaba, de algunas cosas que quería hacer (le dolía lo del chico, pero él no se rendiría tan fácil). A veces se le olvidaba que tenía una identidad secreta, una vez confesó que a ella también se le olvidaba.

—¿Ves? ¡Yo no lo niego! Aprende de mí, Bogaboo—mostró sus impecables dientes.

—Bien, bien. Quizás tengas tu algo.

La miró sin quitar la sonrisa, sus ojos se cruzaron y no se quitaron la mirada de encima. La observaba como si fuera lo más bello que pudiera existir, tus cabello oscuro y rebelde resaltaba con el cielo melocotón. 

Sus mejillas sonrosadas, lo único que cruzaba por su cabeza era cómo no amarla, cómo alguien tan hermosa no podía quedarse en el corazón, clavarse hermosamente como un cuchillo al pecho, sin el dolor que conllevaba, sólo el dulce sentir de una brisa fresca de verano. 

El gato se acercó con lentitud hacia ella para no espantarla, sus narices se juntaron tiernamente y Ladybug subió una de sus mejillas sonriendo. Sólo se quedaron así, estáticos, los dos los disfrutaban, no pensaban en sus máscaras, en su deber como héroes o en qué pasaría luego. Concentrados en ellos, en sus respiraciones mezcladas y sonrisas de complicidad, en lo bien que se sentían al estar así de cerca sin entender el porqué. 

Chat hizo que sus narices rozaran y besó la punta de la diminuta nariz de su compañera, ella no pudo detener el enrojecimiento que se esparció por su rostro, se sintió más bien como Marinette en ese momento. Se alejó con lentitud y le sonrió, pero no era una de esas pícaras sonrisas que lo identificaban sino más bien sincera y real.

—Eres linda, Bogaboo. En exageración.

 Tras esa confesión, volvió a enrojecer, no comprendió que le ocurría, era la misma sensación que sentía cuando Adrien le hablaba, pero extraño de manera buena, saber que a Chat le parecía linda. No sólo linda, según los pensamiento del rubio, era un ángel tallado personalmente por Dios. 

Lo que no sabía era de que la chica de la que hablaban, era ella.

N.A

Hola jiji.

Espero que le gusten estos capítulos cortos, son para mantener vivo el romance entre ellos. Son cortos porque son momentos pequeños que ellos han tenido en mi historia, les juro que los va a emocionar.