Promesas. {MiraculousLadybug}

Capítulo VIII: La verdad.

Marinette. 

Marinette era Ladybug. 

Ladybug se sentaba todos los días detrás de él, la veía todos los días. Ladybug le sonreía cada día. La mujer que había amado profundamente estuvo delante de él y jamás se dio cuenta.

Se volvió con lentitud a Plagg. Él lo miró con seriedad, los ojos de Adrien se tornaron oscuros, la sensación de remolino en su interior se iba intensificando cada segundo que pasaba, el televisor seguía encendido, vio como Nadja Chamack tapó su boca con sorpresa y los ojos se le cargaron de terror. 

Apareció Marinette en pantalla, la misma foto que tenía en la mensajería, el cabello sutilmente sobre su rostro, la encantadora sonrisa que la caracterizaba. 

Ella, la torpe chica que siempre llegaba tarde a clases era la que salvaba la vida de personas inocentes, la que como él siempre estaba durmiéndose por el evidente agotamiento. La que apoyaba a todos así se estuviese muriendo por dentro, todo el tiempo fue Marinette. Estuvo enamorado de Marinette durante todo este tiempo... Loseguía estando.

—Adrien, ¿Estás bien?—preguntó el kwami, no obtuvo respuesta, estaba paralizado.

—Esto no puede ser real—se levantó de golpe, caminó en línea recta con las manos en su cabello.

Por su cabeza pesaba cada momento en el que había estado con Marinette, se dio cuenta las cosas que ella había hecho para hacerlo feliz, ¿por qué hasta ahora no se había dado cuenta? Se odió, se detestó por no decirle cuánto la amaba, que era la chica más impactante que jamás había conocido en su vida, debió hacerlo...y Yahora no hay manera de hacérselo saber, es demasiado tarde.

—¿Cómo no me di cuenta de esto?—dijo más para si mismo.

—Los miraculous no lo permiten, Adrien—le respondió Plagg con un timbre de cautela en su voz.

Pasó los dedos por su raíz con desesperación, en sus ojos no brotaba ni una lágrima, porque ni él mismo entendía lo que sentía.

—¿Qué hay de los akumatizados entonces? Nada de esto tiene sentido.

—Su energía negativa. Es mucho más evidente, los miraculous están diseñados para ocultar la verdadera identidad del portador. Al ser usados para el mal, su energía positiva decae, y de alguna manera, toma el control de la persona que lo use—se negaba a asimilarlo, era demasiado información.

—¿Lo sabías?—preguntó con ira.

—¿De qué hablas?—la criatura revoloteó para estar a su altura.

—¿Sabías que Marinette era Ladybug?—Plagg no respondió—. ¡Lo sabías! ¡Sabías que la amaba y jamás me lo dijiste!

—No lo tenemos permitido, pueden haber grandes consecuencias.

—¡Ella está muerta!—señaló con el dedo índice a la pantalla donde aún se hablaba de ella—.¡¿Qué peor consecuencia que esa, Plagg?!

—Lo siento, Adrien.

—¡No! ¡No lo haces! ¡A ti jamás te importó!—Plagg arrugó lo que tenía por ceño con tristeza, claro que sí lo sentía.

—No puedes entenderlo ahora, no lo sabes todo.

—¿Sabes que sí sé? —su rostro se enrojeció de cólera—. Que todo lo que alguna vez pude amar, estaba en ella. Era Marinette—su voz se quebró y tragó con melancolía—. Y ahora no está. Está muerta. En una tumba bajo tierra siendo consumida, tragada... Yolvidada para siempre. Y ahora yo estoy solo aquí ¡Por tú culpa!

Tomó un jarrón y lo estrelló con fuerza en el suelo con ira, tiró de su cabello aun mirando el suelo, cayó de rodillas al suelo, clavándose unos pequeños trozos del jarrón roto, sus ojos seguían secos. Plagg miraba la escena con profunda tristeza.