Miré de un lado a otro, estaba sola. Una densa nube color beige y blanco decoran mi alrededor. No hay nada más, en realidad, ni siquiera supe cómo podía sostener mi peso si se supone que era una especie de nube. Caí en cuenta que estaba sola, volví a mirar, di una vuelta sobre mi eje intentando localizar a alguien, nada.
¿Dónde están mis padres? ¿Mis amigos?... ¿Tikky?... ¿Chat Noir? No sé qué hago aquí, paso una mano sobre mi cabeza peinando mi cabello algo asustada, paso a mi cadera pensando en qué hacer ahora, suspiro.
La última vez que ví a Chat Noir hace unos tres días, terminamos de hacer nuestra habitual jornada de seguridad, no había caído la noche, recuerdo que estábamos viendo el paisaje y charlando sobre la chica que le gustaba, sentí mis mejillas sonrojar al recordar que estuvimos muy cerca unos instantes que para mí, fueron eternos.
Nos habíamos acercado mucho románticamente. Hace un año descubrí que mis sentimientos por él de alguna manera se habían incrementado, seguía queriendo a Adrien que por muy extraño que suene, también nos habíamos convertido en una especie de mejores amigos. A pesar de que mis sentimientos por él parecían intactos, era confuso querer a ambos, en varias ocasiones pensé que se parecían, Adrien era diferente cuando estaba conmigo a solas, más natural, sonreía más sinceramente, más pícaro.
¿Estarán bien? ¿Los dos? Demasiadas preguntas y tan pocas respuestas, ninguna respuesta en realidad, cosa que hacía que me sintiese impotente, no hay nada aquí que dé indicios de contestaciones o salidas, no hay un sol o siquiera brisa, es un nada.
A menos que...
—No...—dije para mi misma— Okay, cálmate, Marinette.
No puedo estar muerta, es imposible. Con esa idea entro en completo pánico, clavo las uñas en la palma de mis manos, cierro mis ojos y respiro, no puedo estar muerta, intento calmarme. Miro mis manos y pies, con susto toco el lóbulo de mis orejas, aún tengo mis aretes, respiro con alivio. Camino hacia adelante, no sé a dónde voy o qué haré, pero debo encontrar a alguien.
—¿Hola? ¿Hay alguien aquí? —abracé mis codos.
Miré por doquier, hasta intenté desvanecer esa sofocante nube pero volvía a su sitio como si nunca hubiese sido tocada.
—Hola, Ladybug—habló una voz conocida detrás de mi, me encogí de hombros sin soltar mis codos, volteo lentamente para encontrarme al Maestro Fu apoyado de su bastón de madera a unos diez pasos de mi.
—¡Maestro Fu!—no sé porqué, pero corro hasta él y lo abrazo, pasa su mano por mi cabeza como un abuelo a su nieta.
—No te asustes, Marinette.
—No entiendo nada, ¿qué sucede?—pregunto con un timbre de angustia en mi voz—. ¿Dónde está mi familia? ¿Tikky? O alguno de mis amigos...
El Maestro Fu quedó en silencio ante mis preguntas, me alejo de él mirándolo con inseguridad, se dio la vuelta y literalmente en un pestañeo apareció una mesa de té china, como la que había en su negocio, hizo una seña para que me sentase en frente de él, sirvió una taza de té para mí y la tendió en mi dirección, con una ceja levantada la recibí.
—Nos salvaste a todos, Marinette—dijo luego de sorber de su taza.
—No comprendo, ¿a qué se refiere?
—Te dispararon—se me hizo un vacío en el estómago, la taza quedó medio a subir, lo miré.
—No es posible, hace unos días ví a Chat Noir, ayer creo que estaba con mis padres en la panadería...
—¿Crees?...—preguntó— ¿No recuerdas qué le dijiste? Estabas muy débil.
Me levanté se golpe y pasé las manos por mi raíz con desesperación, abrí los ojos con asombro. Es imposible. Sentí mis ojos humedecer, tragué con fuerza. ¿Qué pasaría conmigo ahora? ¿Quedaría en esta especie de nubelandia por siempre? Mordí mi labio inferior intentando contener las lágrimas.
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Promesas. {MiraculousLadybug}
FanfictionLo sellaste con una promesa, necesito que la cumplas, no puede haber solo un oscuro y frío vacío como el final de tu vida, Chat. Posiblemente no me escuches, pero quiero que sepas que estoy aquí, soy solo viento, pero aún estoy para hacerte resp...