Capítulo17: En medio del bosque.

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Silencio. Frío. La nieve cubría hasta las copas de los árboles. Podía notar la llegada del invierno. La mano de Liam se deslizó en la mía y por unos segundos detesté la pequeña distancia entre nuestra piel que creaban nuestros guantes. Me abrazó y apoyé mi cabeza en su hombro. Era feliz.

-Sé que prefieres disfrutar la llegada del invierno tú sola. Pero no quiero que te congeles.- me susurró en el oído. Sonreí.

-Estoy bien Leeyum. Pero gracias.

-Te quiero, Grace.

-Y yo a ti, Leeyum.

Hizo amago de irse pero apreté su mano impidiéndole irse. Pude sentir su sonrisa a pensar de tener los ojos cerrados. Me abrazó un poco más fuerte y me hizo darme la vuelta. Su pulgar enguantado acarició mi mejilla y sus labios se posaron en los míos. Sonreí y me dispuse a devolverle el beso cuando una de las puertas de las caravanas se abrió dando un sonoro golpe contra la carrocería.

-¡NIEVE, TE HE ECHADO DE MENOS! Oh, perdonad chicos no sabía que estabais ahí.- dijo Noe irónicamente. Abrí los ojos y los puse en blanco. Liam se rio por lo bajo y pasó un brazo por mis hombros conduciéndome a la caravana. Esta noche nos tocaba cocinar a nosotros. Habíamos pensado en cocinar el plato favorito de Noe.

Digamos que la salsa carbonara no era mi especialidad, pero solía ser yo quién se la echaba a los espaguetis. Liam no tenía pulso para eso. Y Noe no podía estar cerca mientras lo cocinábamos porque estaría probando durante todo el rato. Así que, ella tendría que cocinar cuando le tocase a la caravana de Eleanor, Louis y Ed. Sonreí ante la idea. En la intimidad Louis y Eleanor eran muy pastelosos, demasiado para mi gusto. Así que Ed y Noe tendrían que hablar ellos solos. Y bueno, sería bastante incómodo. ¿Cuándo se darían cuenta de lo geniales que eran juntos?

Deseché esos pensamientos de mi cerebro y me limité a abrir el grifo para llenar la olla de agua. Liam abrió el paquete de espaguetis y sacó de la nevera la nata y el bacon. Empezamos a hacer la salsa y los espaguetis en silencio hasta que no aguanté más. Dejé el bacon que estaba cortando y me acerqué a la minicadena. “¿Es que no hemos traído discos variados esta vez?” pensé con frustración. Cogí un disco al azar casi sin mirar el título y presioné el botón de play. ¿Mirrors? ¿Desde cuando teníamos un CD de Justin Timberlake en la caravana? Esos CDs los solía tener Taylor. Liam se dio la vuelta como movido por un resorte. Él estaba tan asombrado como yo. Me encogí de hombros y seguí ayudando a Liam a cocinar.

Para cuando habíamos terminado la cena ya estaba oscureciendo y el bosque se hacía cada vez más tenebroso. Sonreí. Me gustaba el bosque cuando estaba así. Normalmente no era muy fan del campo, pero esto era diferente. Louis siempre decía que me gustaba el bosque nevado porque me recordaba a Crepúsculo. Yo siempre reía ante sus ocurrencias pero quizás había algo de verdad en la broma. Alcé la vista y vi que los chicos habían encendido una pequeña hoguera. Abrí la puerta con dificultad impidiendo que la cena se me cayera y dejé los espaguetis en la mesa que estaban poniendo Julia y Nai. Un grito como de indio nos hizo mirar hacia Niall. Los demás y él habían empezado a dar vueltas alrededor de la hoguera mientras cantaban estupideces sin sentido. Creo que todas nos caímos al suelo riéndonos de las ideas de los “hombres de la casa.”

Cuando acabamos de cenar y apagamos la hoguera nos metimos en las caravanas. Liam me lanzó su camiseta y yo sonreí mientras me la pasaba por la cabeza. Busqué unas mallas en mi mochila y me puse las primeras negras que encontré.

-¿Vas a ponerte eso para dormir?- dijo Liam haciendo un puchero.

-Hace frío Leeyum.

-Pero estarías más cómoda solo con mi camiseta.

-Hay formas más directas de decir que quieres que coja una hipotermia, Payne.

-No vas a tener frío. Aquí tienes al radiador humano por excelencia.- dijo mientras abría los brazos y movía las caderas como queriéndose parecer a Shakira. Reí y le abracé mientras él besaba mi mejilla.

-No lo digas muy alto que Harry se ofende.- le repondí. Él se limitó a besarme y a colocarme en sus caderas. Yo ahogué un grito de la sorpresa y le devolví el beso mientras sentía la pared golpear mi espalda. Las manos de Liam bajaron furiosamente al borde de las mallas y las bajaron rápidamente. Me separé de él y arqueé una ceja.

-Te dije que no las necesitabas.- dijo con voz ronca, mientras mordía mi clavívula.

-¿Liam?- respondí. Eso no era propio de él.

Liam simplemente volvió a besarme mientras trasteaba con sus pantalones de pijama. Mordió mi labio con fuerza y noté la sangre en la lengua. Una lagrimilla escapó de mis ojos cuando le acerqué más a mí. Oí como se rompía un plastiquito y en menos de lo que puedas decir “¿qué demonios?” le sentí con más fuerza que nunca. Grité y acto seguido me arrepentí de haberlo hecho. Noe. Liam sonrió contra mi boca y volvió a mí. No tengo ni idea de cuanto tiempo tardamos en caer rendidos con un golpe sordo. Solo sé que cuando lo hicimos él me abrazó y noté lágrimas en mi hombro. Agarré su pelo y tiré de él hacia atrás. Estaba llorando.

-¿Liam? ¿Qué pasa?- pregunté asustada.

-No quiero perderte.- dijo temblando. Mi estómago, mi corazón, todo mi cuerpo dio un vuelco.

-No vas a perderme.

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometo por mi padre, mi madre y mis hermanas.

Le abracé y el tardó unos minutos en dejar de temblar definitivamente. Acaricié su cabeza y le hice levantarse mientras miraba mis mallas. Él siguió el recorrido de mi mirada y rió por lo bajo. Las cogió y empezó a darle vueltas en sus manos. Arqueé una ceja, pero el no me hizo caso. Me levanté y empecé a avanzar hasta él, pero levantó una mano indicándome que esperase. Gruñí y me crucé de brazos. Él sonrió y me devolvió las mallas.

-No tienen agujeros. Póntelas que salimos.

-¿Ahora? Liam, son las tres de la mañana.

-¿Y?

-Que habrá lobos.- dije sin mucha convicción. La verdad es que no me apetecía nada de nada salir a las tres de la mañana a un bosque a menos de diez grados.

- Grace, ya deberías saber que pase lo que pase siempre voy a protegerte. Con mi vida si es necesario.

Pasó un brazo por mis hombros y me dirigió a la puerta. Cogí una sudadera suya y él cogió su anorak. Nos pusimos las botas de agua sin calcetines y salimos. Liam entrelazó sus dedos con los míos y me dirigió entre los pinos cubiertos de nieve. Estaba empezando a nevar suavemente y yo no dejaba de mirar atrás. Caminamos durante al menos media hora hasta que Liam se detuvo en seco. Se puso a mi espalda y me tapó los ojos. Siguió avanzando con su mano aún en ellos durante al menos diez minutos más. Cuando paramos me dio la vuelta lentamente y con la mano aún en mis ojos susurró:

-¿Confías en mí?

-No confío en casi nadie. Pero debes saber que parte de esa poca confianza la he depositado en ti.

-Pues te prometo que voy a ganarme esa confianza todas las veces que sean necesarias.- dijo mientras apartaba su mano de mis ojos. Los abrí y sonreí. Estábamos en una pequeña colina donde podíamos ver el cielo estrellado en casi todo su esplendor. Le miré y él me rodeó y me atrajo hacia si.

-Te quiero.

-Te quiero.

Good morning from the paradiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora