Capítulo 23: Seré la reina. Serás el rey.

230 8 0
                                    

Narra Liam

Grace estaba dándose una ducha con alguna canción que no supe identificar en su reproductor a todo volumen mientras yo seguía el ritmo tumbado boca abajo en la cama. Se había levantado un tanto misteriosa y no sabía muy bien el por qué. Sólo sabía que ni siquiera me había saludado al despertarse.

Oí la puerta del baño abrirse y giré mi cabeza para ver a mi chica salir con solo una toalla cubriendo su cuerpo. Noté algo en mí que se alegraba de las vistas y sonreí en su dirección. Sin embargo ella me ignoraba. ¿Qué demonios le pasaba?

-¿Grace?-llamé.

-¿Sí?

-¿Qué te pasa?

-¿A mí? Nada.

-No es cierto.

-¿Y tú que sabrás?- me respondió de mal humor.

-Grace.- dije tratando de sonar apaciguador.

-¿Qué Liam? ¿Qué pasa?

-No, ¿qué pasa contigo? Te levantas y ni siquiera saludas. Y llevas ignorándome desde que has salido del baño.-repliqué enfadado. Ella me miró y arqueó una ceja. Se acercó a la cama y se sentó a mi lado.

-Lo siento.

-¿Vas a contarme qué te pasa?

-Mañana es el cumpleaños de Maggie y yo no estaré allí. Va a cumplir 16 años, Liam. Es uno de los días más importantes de su vida y no estaré con ella.

-Pues vámonos hoy. Démosle una sorpresa.

-¿Cómo?

-Cojamos el avión del grupo.

-¿En serio?

-Totalmente.

Se abalanzó sobre mí y empezó a chillar. Hacía tiempo que no la veía tan feliz. “Desde que vio a su padre la última vez” me recordó mi subsconciente.

Narra Grace

La mano de Liam se aferraba a la mía mientras bajábamos del avión hasta el chófer de mi padre. Digamos que John y yo nos compenetrábamos bien en cuanto a sorpresas a mi familia. Lo conocía desde que tenía creo que diez o tal vez ocho años. Era como mi segundo padre.

Subimos al coche después de saludarle y emprendimos el camino a casa. A casa. Tantos meses sin estar aquí y ahora estaba de camino con Liam. Sabía que mi padre lo aceptaría, pero ¿y mi madre? ¿Cómo lo encajaría ella?

-Yo también estoy nervioso.- dijo Liam con un hilo de voz. Oh vamos Liam. Si alguien no lo acepta será culpa mía. Llegamos  a casa tras media hora de camino y entramos con la pequeña llave que siempre dejábamos bajo la maceta. No había ni un alma en casa. “Estarán en el colegio y trabajando.” Recordé.

Dejamos las maletas en mi habitación y bajamos a la cocina a preparar algo de comer, estaríamos solos durante al menos dos o tres horas. Alrededor de las ocho oímos cómo se abría la puerta.

-¿Habéis dejado la puerta sin cerrar? ¿Estáis locos?-oí que decía mi madre. Sonreí y susurré a Liam un “Levántate”. Me acerqué a la puerta y esperé a que se diesen cuenta de lo que pasaba.

-Mamá, deja el drama, es mi cumpleaños que con que Grace…- se interrumpió Maggie. Abrió mucho los ojos y corrió hacia mí. Sonreí mientras la abrazaba y unas pequeñas lagrimitas se escapaban de mis ojos.

-Hola pequeña. Feliz cumpleaños.-susurré en su oído. Ella alzó la cabeza y me miró a los ojos. Había crecido.

-Grace, sabemos que es el cumpleaños de tu hermana, pero tus padres estamos aquí también.- dijo mamá.

-¡Y yo también! ¡Mags no acapares!- gritó Audrey.

-No te enfades Auds. Ven aquí enana.-dije mientras abría mi brazo libre para que mi hermana pequeña se refugiase en él.

Después de abrazar a mis padres miré hacia la puerta del salón y me di cuenta de que Liam estaba apartado de nosotros. Me acerqué a él y le tomé de la mano. Él la apretó y me miró.

-Todo va a ir bien.- murmuré.

Me giré hacia mis padres y agité nuestras manos entrelazadas. Ellos sonrieron y entrelazaron las suyas. Espera, ¿qué?

-Creo que sabemos lo que nos vas a decir, Grace.- dijo mi padre sonriendo.

-Papá…

-No he terminado. Nosotros queríamos decirte que hemos decidido darnos una segunda oportunidad.-finalizó sonriendo. ¿Mis padres habían vuelto? Solté a Liam y salté a sus brazos. Era la mejor noticia que podían darme.

Esa misma noche estaba con Audrey, Maggie y Liam en mi cama viendo una película. Yo no le prestaba mucha atención, estaba más concentrada en mis hermanas abrazando a Liam. Los tres parecían a gusto juntos. Los miré con ternura y me levanté para dirigirme al pasillo. Oía las voces de mis padres riendo y hablando como si siempre hubiesen estado enamorados. Volví a mi habitación y abrí un cajón que hacía mucho tiempo que no abría. Saqué la cámara réflex que me habían regalado mis hermanas en mi decimoquinto cumpleaños y la encendí. La única foto, que por algún tipo de razón no había borrado, con Dan que me quedaba iluminó la pantalla. La observé durante unos segundos y apreté con decisión el botón de “Eliminar”.

Memoria vacía.

Ya nada me ataba a Dan. Nada en absoluto. Levanté la cámara, enfoqué hacia la cama y disparé la foto.

-¿Vas a volver a hacer fotos, Grace?- me preguntó Audrey.

-Es probable, Auds.

-¿Haces fotos, reina?- inquirió Liam

-Solía, se me daba bien… ¿Reina?-dije alzando una ceja.

-Bueno, odias que te llame princesa. Así que las princesas pueden ser tus hermanas. Tú serás la reina y yo el rey.-respondió Liam. Vi como a Audrey se le iluminaba la mirada.

-¿Ah sí? ¿Y de qué reino?- pregunté sentándome a su lado.

-Del que tú quieras.-dijo dándome un beso en la mejilla.

-Pues entonces esta familia real se merece una foto.- sentenció Maggie. Me quitó la cámara de las manos y puso el temporizador. Sonreímos y el flash nos cegó por un segundo.

Después de una hora y media más de risas, cosquillas y muchas fotos estaban todos dormidos menos yo. Papá se asomó a la puerta y sonrió. Le había echado de menos.

-Buenas noches niñas. Os quiero.-susurró. “Aún estoy despierta, papá” pensé. Esperé a que sus pasos se alejasen un poco de la puerta y solo entonces hablé:

-Yo te quiero más, papi.

Good morning from the paradiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora