Capítulo 1: El complicado despertar

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Me desperté con un dolor de cabeza un tanto irritante en  una cama que sabía que no era la mía. Recordaba perfectamente haberme quedado dormida en la cama de Eleanor y Louis la noche anterior. No había sido con ánimo de echarles a ellos de su habitación, ni nada, de hecho Taylor y Julia habían dormido aquella noche conmigo.

Me di la vuelta para bajarme de la cama y toque una especie de sustancia pastosa. Abrí los ojos de mala gana y me di cuenta de que era gomina y que la gomina me estaba estropeando el pelo que me había lavado la noche anterior. Cuando me di cuenta de ese pequeño detalle uno de mis famosos rugidos nació en mi garganta:

-¡¡TOMMO!!

Oí  unas risas en el piso de abajo y me levanté de mala gana. Me miré al espejo y vi que tenía todo el maquillaje corrido y el pelo hecho un desastre. Cogí uno de los moños que tenía Eleanor en el tocador y bajé a vengarme de aquel payasete. Una vez salí por la puerta empezó a sonar All I Ask Of You por todos y cada uno de los altavoces de la casa. Gruñí,  quejándome por mi dolor de cabeza y seguí bajando la escalera.

-Me da igual que hayas puesto mi canción favorita del Fantasma de la Ópera, sigo cabreada contigo.- le gruñí.

-Bueno, la canción en realidad la ha puesto Louis. Acaba de ir a esconderse al jardín-

Me quedé un momento algo embobada mirando a Tom. Estaba preparándose el desayuno sin camiseta. Tuve que apartar la vista y volver a gruñir para disimular. Era más que evidente que entre él y Julia había algo, no se sabía exactamente qué, pero algo. Aunque no era culpa mía. Tom era nadador. Tenía un cuerpo escultural. Y yo hacía más de un año que no tenía nada con nadie. No me había atrevido a intentar nada desde Dan. Me había hecho demasiado daño. Y me había hecho perder demasiado tiempo. Un año. Las chicas me habían dicho que no era buena idea salir con él, pero yo estaba enganchada.

Salí al jardín y Noelia estaba tomando el sol. O eso podría haber dicho quien no supiese la macrofiesta que habíamos tenido la noche anterior. En realidad se acababa de despertar. Sonrió y señaló el cobertizo. Arqueé una ceja y ella soltó una carcajada.

-No te preocupes, Eleanor está arriba. Tommo está solo.

Sonreí y le di un beso en la mejilla. Cuando les dije que me venía un tiempo a UK y que papá me dejaría invitarles ellas prometieron que se comportarían. Y hasta el momento lo habían cumplido. Supongo que el hecho de que fueran amigas del legendario Tim McGraw las había apaciguado un poco. Yo les agradecía profundamente que fuesen tan correctas, porque sabía lo duro que era estar tan cerca de tus ídolos y comportarte. Estaba delante de la puerta del cobertizo y se me ocurrió una idea. Cogí la manguera y le pedí perdón a mi vestido.

-¡LOUIS TOMMLINSON! ¡SÉ QUE ESTÁS AHÍ DENTRO! Y esto puede acabar bien o mal. Tú decides- grité conteniendo la risa.

Oí risas dentro y oí SU risa. Aquella risa era inconfundible al menos para mí. Louis no estaba solo. Liam estaba con él. “Chico listo” pensé. Aunque recordaba la camiseta que Liam llevaba puesta. No, definitivamente no me importaba empaparle.

-Apártate de la puerta, Grace. Vamos a salir.- dijo la voz de Louis con evidente risa contenida. Me aparté rápidamente y se abrió la puerta bruscamente. No me dio tiempo a encender la manguera cuando me cayeron tres litros de agua encima. Caí de culo y empecé a retorcerme pero cayó encima de mí una mole pesada que no dejaba de hacerme cosquillas. Empecé a dar patadas y puñetazos al aire y a quien quisiera que estuviese encima de mí. Oía a Noelia y a Ed gritando por detrás que me dejaran en paz que me iban a partir la espalda. Cuando por fín se levantaron los miré con odio y entré en la casa. Entré chorreando y me juré a mí misma que eso no lo iba a limpiar yo.

Tom me llamó en un intento de hacerme entrar en razón pero mi dolor de cabeza sumado al hecho de estar empapada no ayudaba a su causa. Entré en mi habitación y sonreí con ternura. Niall estaba abrazado a Naiara. Ambos estaban vestidos pero yo estaba segura de que la noche anterior no se habían limitado a dormir. Naiara parecía un oso panda y me limité a apoyarme en la puerta a esperar a que se despertaran. Nai se movió y abrió los ojos. Me miró y frunció el cejo como preguntándome que qué hacía en la puerta hasta que se dio cuenta de lo que pasaba. Sonrió y se sonrojó.

-Niall. Niall. Nialler tío vámonos, que estamos invadiendo la habitación de Grace.

-¿Eh? ¿Qué? ¿Grace? ¡Ah! ¡Hola Grace! Oh, es tu cuarto cierto… bueno nos vamos.

Solté una carcajada y les di un abrazo a los dos. Me miré al espejo y maldije a Louis y a Liam e hice una mueca. El pelo me chorreaba y el vestido estaba aun más desastroso que cuando me desperté. Decidí darme una ducha y bajar a comer algo, así podría tomarme una pastilla para el dolor de cabeza sin problemas. Me metí en la ducha y abrí el grifo dejando que saliese el agua durante un rato hasta que cogí el champú. La noche anterior había sido una fiesta increíble y ya ni siquiera recordaba el por qué.

Cuando salí de la ducha me sequé un poco el pelo y me lo recogí en una cola de caballo. Volví a bajar las escaleras y entré en la cocina. Irónicamente la cocina era la habitación más limpia de toda la casa después de la noche anterior. Cogí una taza y me serví café. Comí un par de galletas y me tomé la pastilla para combatir el dolor de cabeza. Volví a salir al jardín y Noelia seguía en la misma tumbona en la que estaba cuando me fui. Ed estaba justo a su lado tocando la guitarra para intentar despertarse del todo. Me senté con las piernas cruzadas en las piernas de Noelia y me estiré para darle un beso a Ed en la frente. Él sonrió y siguió tocando, cambiando la melodía aleatoria que estaba tocando a UNI. Sabía que era mi favorita. Alcé la vista y respiré profundamente. Era uno de esos días que no eran propios de Inglaterra. Esos días en los que el sol brillaba y corría una brisa veraniega. Sentí unos brazos en mis hombros y abrí los ojos bruscamente.

-Grace, no te enfades. Lo siento, perdóname-. Liam sonaba sincero. Alcé la vista y el sonrió. No podía decirle que no a su sonrisa. Solté la taza que todavía tenía en las manos y levanté los brazos para abrazarle. Él rodeó mi cintura e intentó levantarme pero me resistí. Estaba totalmente colada por él pero sabía que su ruptura con Danielle le había dejado afectado y no quería meterse en relaciones tan pronto. Me dio un beso en la mejilla como agradeciendo que le hubiese perdonado y se sentó al lado mío Apenas veinte minutos más tarde empezaron a salir todos de la casa y se fueron uniendo a nosotros.

Era sábado y esa noche era la típica en la que las parejitas salían por ahí y los que estábamos solos nos quedábamos viendo películas o comiendo pizza en casa. Me apoyé en el brazo de Liam y él se revolvió un poco acomodándose para que ambos estuviésemos cómodos. Poco a poco y según habían llegando los chicos íbamos saludando hasta que estuvimos todos fuera. O casi todos.

-¿Dónde están Harry y Taylor?- Preguntó Zayn.

Estaba tumbado con la cabeza apoyada en el regazo de Perrie y la miraba con los ojos brillantes. Llevaban juntos más de un año y parecían igual de enamorados que el primer día.

-Seguro que están arriba dándose los buenos días. –dijo Louis burlón. Me miró con cara pícara y yo le hice una mueca. Seguía enfadada con él por lo de esa mañana. En aquel momento se abrió la puerta corredera del jardín y salieron Taylor y Harry ambos sonrojados. Taylor nos miró a todas y cada una de las chicas a los ojos y el color de sus mejillas subió hasta convertirse en un rosa brillante.

-Chicos tenemos que deciros algo muy importante. 

Good morning from the paradiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora