Capítulo quince

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-Bueno, me lo pensaré. Llámame algún día.

-Vale, adiós.

Me alejo el móvil de la oreja y después de caminar unos minutos, llego a mi casa. Cuando abro la puerta, un frío infernal me azota en la cara sin piedad. Frunzo el ceño y cierro la puerta tras de mí. Al respirar, noto como una nube de vaho sale de mi boca.

-¿Qué cojones? ¿Karlota? ¿Por qué hace tanto frío?

-Buenos días, ¿quieres una taza de té? –grito que no y un chorro de té ardiendo se derrama sobre mi cabeza –Hace un poco de calor, ¿no crees?

Reacciono y corro hacia el centro de control y desenchufo a Karlota antes de que le de por intentar asesinarme con un cuchillo jamonero. Antes de tocar nada más, me doy una ducha y me pongo ropa de abrigo para intentar arreglarlo.

Tardo un par de horas y por fin Karlota vuelve a funcionar con normalidad, pero sigo sin entender cuál es la causa de su avería. Karlota es una inteligencia artificial practicamente irrompible,  y no se pudo estropear ella sola. Alguien ha tenido que haberlo hecho.

Suspiro y me meto en la cama, y cuando por fin mis dientes dejan de castañear, me duermo.

A la mañana siguiente, no hago nada, solo como y trato de investigar algo sobre Seven, pero todo lo que podía haber encontrado, ya lo tengo. Solo me queda hablar con él, y si se hace el duro también puedo sonsacar algo a sus amigos. Seguro que Yoosung me dice algo sobre él.

Y luego está lo de la fiesta. No me apetece mucho ir, porque odio cualquier tipo de fiesta, pero a lo mejor logro averiguar algo sobre él o puedo robar algún documento y ver si hay cosas importantes ahí.

Cuando son las doce de la noche, me despierto de la siesta y enciendo la Play para jugar algún juego. Cojo el COD , unas Honney Budha chips y una monster y me tiro en el sofá a jugar.

Estoy a punto de morir y suena mi teléfono móvil, así que juego con una mano y con la otra alcanzo el móvil, descuelgo la llamada y me pongo el móvil entre el hombro y la oreja.

-¿Sí?

-Eeeeeh ¿Tú eres Daniela?

-Quién va a ser si no.

-Soy Seven.

-¡MIERDA!

Tiro el mando al suelo y apoyo la cabeza con fuerza en la pared. Me quito con una mano los pelos de la cara y cojo el móvil, que se cayó al suelo también.

-¿Te parece que estas son horas para llamar?

-Bueno, es que me desperté hace un rato.

-Yo también la verdad. ¿Qué pasa?

-¿Estás ocupada?

-No, tranquilo. Solo estaba jugando a la play, pero ya perdí.

-Vale, era para lo de la fiesta, que no puedes ir sin conocer a V y eso.

-Ya, ya lo sé.

-Y también tienes que saber algunas cosas sobre la fiesta, sobre los invitados... ¿Habrá sido esto buena idea? A lo mejor deberíamos decirle a V la verdad.

-No te preocupes, Seven, puedo hacerlo.

-No es cuestión de que puedas o no, sino de que yo quiera o no.

-Lo dices como si solo contase tu opinión.

-Déjalo. Supongo que tendrás que hacerlo.

Guerra de hackers [Seven Mystic Messenger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora