"Todavía recuerdo el día en el que nos conocimos... fue tan tonto y esquivo, que nunca pensé que podría llegar tan lejos contigo..." -decía para sus adentros mientras se encontraba acostado en uno de los sillones de su camerino. Después de haber estado la mayor parte del día trabajando, decidió darse un pequeño descanso antes de continuar. Aún faltaban dos horas para la función de esa noche, así que tomó su celular, entró a la sección del despertador y lo programó para despertarlo cuarenta minutos antes de salir a escena. Ya tranquilo de ello, cerró los ojos, y al cabo de unos siete minutos más, se durmió, de una forma tan profunda... Que parecía que ya estaba acostumbrado a dormir en un lugar así-
El chico en cuestión se encontraba en el aeropuerto internacional, era su primera salida del país a causa del trabajo. Estaba realmente emocionado, en ese momento contaba con diecinueve años, y con todas las ganas de comerse el mundo entero. No podía sentir más que felicidad, viajar con todos sus compañeros y conocer tantos lugares tan importantes, para él en verdad era un sueño completamente hecho realidad.
Era una tarde muy lluviosa de viernes, ya llevaban más de cuarenta minutos esperando en la sala para abordar el avión, pero a causa del mal clima, el vuelo tendría un retraso de hora y media para poder salir. La gente que llenaba la sala, se encontraba entre impaciente y resignada, algunas otras preocupadas porque aun tendrían que tomar otro avión llegando allá, y existía el riesgo de perderlo con tantas demoras. Sasuke notaba que en el fondo, había un chico, que más que enojado, lucía algo desesperado, al parecer no podía dejar de hacer y recibir llamadas a los dos celulares que poseía. Giró su vista sin darle mayor importancia, y al lado de algunos de sus amigos, se quedaron esperando... sólo pudiendo observar como la lluvia caía con fuerza a la pista de aviones que esperaban también por salir volando.
La vista para Sasuke era impactante, ese tipo de lugares siempre le habían gustado, y vaya que disfrutaba el estar y ver un avión tan cerca cómo se puede hacer, mientras esperas el pase de abordar a uno; y la emoción aumenta más, cuando se va a un lugar lejano o desconocido. Las luces de esas aeronaves parpadeaban incesantes, de colores naranjas y rojos, sus motores lograban escucharse cuando algunos comenzaban a despejar.
El tiempo transcurrió rápido, y cuando menos se dio cuenta, ya estaba sentado en el lugar indicado por su boleto. Miraba por la ventana, ciertamente era el asiento que más le gustaba en un avión. De inmediato se colocó el cinturón, cerró el aire acondicionado y desenrolló la manta obsequiada por la aerolínea, que se encontraba en cada uno de los asientos, colocándosela en las piernas. En aquel entonces su forma de vestir era un tanto informal y desenfadada. Era viernes y lo ideal para un viaje de esos, era un pantalón de mezclilla color negro, con un suéter cuello de tortuga azul marino; unos tenis y sudadera a juego.
Acomodó su asiento reclinable, enderezándolo y de inmediato notó que una persona se sentaba en la misma fila donde él se encontraba. Al parecer la compañía con la que él viajaba, iría en el mismo vuelo, pero en diferentes asientos, así que lo único que deseaba, era que aquél que se sentara a su lado, no fuera una persona molesta, o alguien que tuviera un bebé en brazos. Eso era lo peor que le podría pasar a alguien en un avión.
Pasaron los minutos, y cuando pensaba que el asiento que se encontraba en medio no sería ocupado, lo vio. Era el mismo chico rubio y de ojos azules que había estado observando hace apenas un momento, hablando como loco por todos sus celulares; por lo que alcanzó a escuchar de su conversación, estaba hablando en otro idioma, pudo identificar que era francés, así que supuso, que provenía de ahí.
Notó que era algo gracioso y bastante extrovertido; cuando cruzaron las miradas algo extraño pasó. De forma educada, pero incluso "juguetona" se sonrieron, para que después el joven se sentara y lo saludara.
La sensación en el ambiente fue curiosa, a pesar de que no volvieron a decir palabra alguna. Sasuke se quedó un rato dormido, y para cuando despertó estaban a punto de aterrizar después de un viaje de tres horas y media.
En el momento en el que el avión logró estacionarse, el rubio a su lado se levantó lo más rápido que pudo sin darse cuenta de que había dejado olvidada una pequeña mochila y...uno de sus celulares. "¡Pero qué despistado¡" –pensó el moreno para después intentar hablarle, pero su sorpresa fue que el otro desapareció de inmediato, así que decidió tomar las cosas olvidadas y salir lo más rápido posible del avión. Ya en la sala de llegada buscó por todos lados, pero no lo encontró. No estaba seguro de qué hacer, cualquiera hubiera decidido quedarse con lo que el chico había olvidado, pero Sasuke prefería obrar bien y regresar las cosas a los dueños originales.
Por equivocación oprimió una de las teclas del celular activándolo y lo único que pudo observar fue, como entraba a la pantalla de inicio; es decir, no tenía ni contraseña... definitivamente era una persona despistada. Decidió inspeccionar rápidamente los contactos para así ver si podía llamar a alguno que le resultara confiable, pero conforme más leía, menos comprendía a quiénes se referían todas esas iniciales y tipos de letras diferentes.
Decidió de momento guardar esas cosas en la mochila que llevaba arriba del avión, la cual era bastante espaciosa; esperó a sus compañeros y de inmediato fueron a migración, por las maletas y después a aduana.
Ya en el hotel, mientras cada uno se instalaba en las habitaciones correspondientes, Sasuke se dedicó a hurgar más en el celular del joven que ni siquiera sabía cómo se llamaba. Desde que habían bajado de la aeronave no había vuelto a recibir ninguna llamada o mensaje, por lo tal, con toda la calma del mundo, el moreno trataba de conocer algo de información referente a él.
No era una persona a la cual le gustara ser metiche o revisar las cosas de los demás, pero de forma increíble, una curiosidad con respecto al rubio lo embargaba en su totalidad, ¿quién era? ¿Cómo se llamaba? ¿Por qué lucía así? Ni siquiera él sabía el porqué de su actitud, dado que nunca le había pasado; pero tampoco era como si le importara demasiado.
Fue a la galería de fotos, y pudo ver todo un repertorio de éstas en diferentes partes del mundo. Ubicaba algunos lugares, pero otros le parecían totalmente desconocidos, miró la música, aplicaciones, videos... lo que generalmente se revisa en un celular. Hasta que llegó a los mensajes...
"Así que te llamas... Uzumaki Naruto" –se decía, conforme avanzaba en su lectura. Al parecer con la información recolectada de ellos, Naruto, como se llamaba, era una persona bastante importante y ocupada. La mayoría de los mensajes estaban relacionados, o eran acerca de cosas de una empresa... la empresa de su padre por lo que pudo entender. Notó también que prácticamente ese celular no era para contactos personales, sino más bien para el trabajo; era increíble que con esa cara de bobo ya ocupara por lo que observaba, un cargo importante.
Después de entretenerse un rato, decidió investigar más en la pequeña mochila de mano. No encontró gran cosa, más que objetos de cuidados personales, un reproductor de música y... un pequeño montoncito de sus tarjetas de presentación. La cual contenía los números en donde localizarlo, el nombre de la empresa y su cargo- "Con que eres el secretario administrativo... ¿será que te encargas en verdad de todo eso?" –hablaba para sí mismo con algo de sorpresa pero de forma incrédula a la vez. La persona que vio en el avión no le parecía en lo más mínimo, que pudiera ser capaz de mantener un cargo así... y menos a su edad. Pero, bueno... ¿cómo estaba seguro de su edad? Optó por abrir el internet desde su propio celular y tecleo el nombre del rubio, algo tendría que salir... y salió. Sasuke quedó impactado.
Uzumaki Naruto tenía veintitrés años, ¿cómo era posible eso? Pensaba que era de su misma edad... en ese sentido, le ganaba por cuatro años; y además era uno de los mayores herederos menores de treinta años conocidos a nivel internacional. Descubrió detalles insignificantes y se puso a pensar en qué sería lo mejor. Notó que sólo tres contactos estaban diferentes de los demás, así que supuso que ellos serían los importantes. Llamó a cada uno, pero sin respuesta alguna. Siguió haciendo sus cosas, y al cabo de la casi madrugada volvió a intentarlo, pero su sorpresa fue que el teléfono ya no tenía siquiera línea, ya estaba bloqueado; dado de esa forma, decidió dejarlo olvidado e imaginar que hasta ahí todo había quedado. Trató de obrar bien, pero no hubo suerte, puesto que hasta llamó a los números de la tarjeta, pero sin respuesta alguna, parecía ser que ya estaban dados de baja. Continuó con su vida y con la gira que darían en Los Ángeles durante cuatro meses consecutivos, y enterró el aparato y la mochila en lo más profundo de su maleta; sin saber, que el hecho de haberlo conservado, desencadenaría toda una historia que sería imposible de olvidar.
Cuando terminaron en Los Ángeles, fue tal el éxito, que un nuevo promotor los contactó para invitarlos a dar otros espectáculos por España, Francia e Italia, a lo cual, después de dos meses de descanso, prepararon de nuevo las maletas para ir a su próxima parada. España.
Nunca nadie jamás creyó, que las cosas se dieran de una forma como esa.
Ya instalados en un nuevo hotel, decidieron ir de inmediato al teatro donde se presentarían por un mes completo; definitivamente era mucho más grande y hermoso que en el que habían estado, pero de cualquier forma había sido un gran logro llegar hasta ese punto. Todo lucía mucho más nuevo, moderno e increíblemente elegante, Sasuke estaba maravillado.
Se la pasaron una semana entera preparándose y acostumbrándose a ese país, hasta que llegó el día del estreno. Para ese entonces, el chico había pasado de un papel secundario, a su debut como protagonista en una obra que ahora era de tipo internacional; lo que involucraba la presencia de la prensa y de gente importante de todo el medio.
Se encontraba relativamente nervioso, pero antes de salir a escena su hermano mayor, Itachi, pudo pasar a verlo tras camerinos para platicar con él y darle algo de más confianza. Siempre que podían estaban juntos, puesto que las agendas tan apretadas de cada uno muy raramente concordaban, el poco tiempo que lograban verse, no lo desperdiciaban.
Desde que ambos eran pequeños, incursionaron en el mundo del espectáculo, sus padres les habían heredado eso. Su padre fue productor y director de grandes cintas que aún eran recordadas por todo el mundo; mientras que su madre, al ser bailarina y actriz, hicieron por mucho tiempo, la dupla perfecta. Y cuando al fin decidieron que era momento de formar una familia, se encargaron de incluir a sus hijos, en el tipo de vida, que ofrecía el espectáculo. Ambos tomaron clases de diferentes artes para saber cuál medio sería el que cada uno tomaría... fue así que Itachi, saliendo de un programa de talentos se convirtió en cantante y músico, mientras que Sasuke era llamado, y bastante bueno, en todo lo referente a la actuación. Comenzó con presentaciones pequeñas hasta que encontró un papel secundario con el cual trabajó algún tiempo; hasta que por fin, después de todo el esfuerzo dado, consiguió su primer protagónico... con el cual, esa noche en Madrid, brillaría.
Es por ello, que su hermano logró zafarse por un rato, de la gira que también estaba dando por Europa, para poder ir, y desearle suerte.
Las cosas después de eso se dieron mucho muy bien; y de hecho con esa actuación, es que la vida actoral de Sasuke, emprendería vuelo. Cuando las ovaciones al muchacho al fin terminaron, dio las gracias acompañado de todo el elenco, pero cuando lo hizo y levantó la mirada para ver a todo el público de pie, entre las butacas, logró divisar a alguien conocido.
-¿A quién miras Sasuke? –le susurraba-
-Pensé haber visto a alguien Karin, no es nada
-Bueno...estuviste maravilloso
-Tú también preciosa –volteaba a mirarla con cariño. Cuando al fin se metieron atrás de bastidores para celebrar, todos se encontraban hechos locos, Sasuke no podía creer lo bien que habían salido las cosas, incluso Orochimaru le dijo que su presentación había estado perfecta; todo comenzaba a verse de maravilla.
Uno de los chicos, de entre las cosas sacó una botella de champán, acompañado de las copas, y después de destaparla dejando salir la espuma, brindaron con suma emoción; los vestidos con lentejuelas y los trajes clásicos se movían de un lado a otro, el glamur con el festejo llenaban el lugar.
El director estaba admirado con el performance de esa noche. Pero al notar que alguien lo llamaba, salió un momento, y cuando regresó, todos guardaron silencio.
-Chicos, quisiera presentarles a alguien. –Aguardaba a que todos se colocaran en el contexto adecuado, después de dejarlos hacer su relajo durante un rato- Esta, es una noche excepcional, maravillosa... ha sido una de las mejores funciones que hemos realizado. Y en verdad desde lo más profundo de mi corazón, quisiera darles las gracias... -sonreía- por todo el esfuerzo, empeño y sacrificio que le imprimieron a este proyecto; que no fue fácil, pero aun así nunca se rindieron, dieron lo máximo de sí... y hemos sido un completo éxito. Felicidades a todos ustedes por este maravilloso trabajo...
Y en especial, yo quisiera decir, que en lo personal, el que se lleva los aplausos de esta noche, tanto del público, como míos... eres tú, Sasuke-kun –lo miraba profundamente- creo que en verdad esta noche hiciste algo, de otro nivel, algo... casi irreal; me has dejado sin palabras después de esta actuación. Yo, me siento orgulloso, y a la vez, feliz de los avances que has tenido desde que entraste a la compañía... aquí enfrente de todos, te digo... con toda la sinceridad del mundo; que llegarás muy lejos, mucho muy lejos. Por ello, quisiera agradecerte también, el estar aquí hoy, y que además de ser un gran compañero de trabajo para todos nosotros, también eres, uno de los amigos más preciados... muchas gracias hijo, muchas gracias –todos comenzaban a aplaudir, estaban un tanto impactados, pero sobre todo conmovidos con las palabras de Orochimaru- Quise dar todo este repertorio, justamente porque quién está aquí –tenía sujetado del hombro al chico- es alguien muy importante. Ciertamente tal vez ya sepan algo de él o su familia, pero les daré la introducción.
Este joven hombre –sonreía leve- ocupa un cargo muy importante, en una de las mayores empresas a nivel internacional existentes hoy en día... se encarga de muchísimas cosas, y demasiadas responsabilidades, para su corta edad. Y quise presentárselos, porque gracias él, es que estamos esta noche, pisando un escenario cómo este.
-¿Qué dice Orochimaru-sensei? –Le contestaba un chico parecido a Sasuke, se trataba de Sai-
-Si queridos míos... Uzumaki Naruto, se enteró por medio de uno de sus amigos, de la existencia de esta compañía. Para nuestra suerte, ese muchacho fue a ver una de nuestras funciones en Los Ángeles, y al gustarle, le habló a Naruto-kun de nosotros... fue tanta su curiosidad de conocernos, que logró que su padre, fuera nuestro promotor para la gira que estamos dando por estos países de Europa... es gracias a este chico, que levantamos las copas, y que por esta noche, hemos tocado el cielo... Gracias Naruto-kun, como director te lo digo...muchas gracias
-Sasuke estaba en shock, todo había pasado muy rápido, tanta coincidencia no podía ser normal, había algo más ahí, estaba seguro de ello; que estaba feliz, claro que sí, era su noche, y nadie podía quitársela, pero saber que justo ese hombre que estaba frente a él, era el dueño ilegítimo de todo lo que estaba sucediendo, no lo hacía sentir muy contento que digamos-
-Bueno, creo que Orochimaru-sama me ha lanzado muchas flores, pero en realidad, el éxito no es mío... todo es de ustedes –sonreía ampliamente- como dijo hace un momento, todo es gracias a su valor, esfuerzo y sacrificio, yo sólo les di un pequeño empujoncito... pero la verdad es que todo lo bueno que haya salido de esto, es plenamente de ustedes –miraba a todos con una calidez infinita, y cuando sus ojos se cruzaron con los de Sasuke, por un momento, el mundo se paralizó- por cierto... Orochimaru-sama también ha acertado en algo más –entre sus manos mantenía estático un pequeño pero elegante y atractivo ramo de rosas rojas- has estado... maravilloso –comenzó a caminar hacia la dirección del menor, que en realidad parecía no presentar emoción alguna y cuando estuvo frente a frente, no podía imaginar que lo que estaba ocurriendo era real. Enserio... las flores que llevaba en las manos... eran para él- Sasuke... ¿cierto? Que nombre tan bonito... ya he escuchado hablar de ti; y realmente me has sorprendido, no cabe duda que llegarás muy lejos, sigue así –no podían evitar perderse en las miradas tan profundas que cada uno tenía. De nuevo, la vida se detenía, sólo para los dos el mundo se movía, no había más-
-Ah, yo... -desviaba ligeramente la mirada- gracias, es decir, no tenías que haberte molestado con algo así
-No es ninguna molestia, -se pausaba- mi amigo ya me había mencionado que el papel que hacías llamaba mucho la atención; pero en verdad no esperaba tanta admiración –reía leve- es decir, tienes talento, tu actuación fue perfecta, me hiciste sentir tantas cosas con tu personaje, la interpretación, personificación... todo estuvo excelente, te juro que has sido uno de mis actores favoritos –seguía mirándolo- espero poder verte alguna vez, en otra obra, película, lo que sea –hablaba con emoción- pero verte... me has dejado sin palabras
-Agradezco mucho tu amabilidad
-Pero, las verdades, nunca se agradecen
-El chico no sabía que responder en ese momento, lo había tomado completamente por sorpresa – De cualquier forma, podría aceptar pasar por alto los halagos, pero no la amabilidad, es algo que hoy en día no se ve a diario... ciertamente es importante valorarlo...
-Sí así lo pones, de acuerdo, será a tu manera entonces... me encantó conocerte...-Estaba a punto de contestar pero fue interrumpido cuando el rubio iba a despedirse- no sabes, el gusto que me da haberte encontrado... no creas que lo olvidé, aunque no mentiré que en el aeropuerto te veías algo diferente –soltaba una risita divertida- no lo tomes a mal... quisiera platicar más contigo. Buenas noches –se despedía de todos, abrazándolos y besándolos alegremente. Antes de desaparecer, le dedicó una nueva mirada, esta vez, le señaló las flores... cuando éste las vio, lo encontró-
-"Su tarjeta... -la sujetaba con la diestra- me entregó su tarjeta"
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-¿Sasuke-kun? –la chica tocaba la puerta sin encontrar respuesta. Lo volvió a intentar, pero al seguir todo en silencio trató de entrar. La puerta estaba con llave así que le hablaba con más fuerza; después de unos minutos al fin Sasuke contestó-
-¿Qué, qué pasa? –Hablaba aun adormilado-
-Sales en casi cinco minutos, ¿estás bien?
-¡¿Qué?¡ -el chico se levantó lo más rápido que pudo, no podía creer que en verdad no hubiera escuchado el despertador; mandó todo al demonio, y como pudo de inmediato se maquilló, para después cambiarse la ropa.
Salió corriendo del camerino y a pesar de que la escena sufrió una demora de tres minutos, Karin se las arregló para que el público no se diera cuenta.
La obra continuó su curso, no sin antes recibir una reprimenda de la chica con la mirada; eso jamás había pasado, y resultaba realmente extraño; incluso impactó a Orochimaru que los observaba desde su oficina. La obra terminó, dieron las gracias, y cuando se metieron tras bambalinas, inició la sorpresiva entrevista que Sasuke ya veía venir
-¿Entonces?
-Me quedé dormido –hablaba a secas-
-¿Me estás tomando el pelo acaso? –La chica no podía creer lo que escuchaba-
-¿Por qué piensas eso? Es la verdad, no entiendo que pasó. Me sentía cansado, así que decidí dormir un rato, pero dejé prendida la alarma del celular para evitar que algo como esto sucediera
-No te sientes bien, ¿cierto?
-Karin, no empecemos... -sonaba atosigado-
-Es todo esto por Naruto, ¿no?
-Créeme que ahora mismo tengo cosas más importantes en qué pensar
-¿Qué, te cuesta aceptarlo?
-Este no es el lugar...
-Afronta las cosas Sasuke... -hablaba con voz seria, demostrando por debajo un enojo un tanto grande, dada la situación- si te sientes deprimido por la relación con Naruto, deberías de...
-¿No se cansan de meterse en lo que no les importa? –La actitud y tono de voz del chico cambió drásticamente- he tratado todo este tiempo de ser lo más educado posible con todos ustedes... pero en verdad me tienen harto –golpeaba la pared- ¿No saben lo que es privacidad? ¿No entienden que quiero estar solo? ¿Qué no quiero que nadie pregunte?... ¡Ver sus estúpidas caras de lástima me enferma¡
Estoy seguro de que tienen cosas más importantes que hacer, ocúpense de ellas, yo no necesito su tristeza ni sus patéticos consuelos que empeoran todo cada vez más. Yo sabré que hacer con mi vida, y sabré analizar qué es lo que me conviene... ¿Has entendido? –cuando terminó, fue que se dio cuenta, de que todo ese discurso había sido escuchado por todos, incluso por el director. Después de ver sus miradas de preocupación, hizo un ruido de molestia con la boca, y salió corriendo. Lo único que quería era ir a casa... a casa.
Tomó sus cosas y fue al estacionamiento del teatro, ya estaba oscuro, pero con sus lentes negros y bufanda pasaba inadvertido. Prendió su auto para salir de ese lugar a toda prisa. Manejó cerca de media hora, para al fin divisar su vivienda. Se estacionó y sin muchas ganas entró al lugar, creyendo que no había nadie.-
-¿Sasuke? –alguien le hablaba desde el fondo del lugar mientras dejaba las llaves en la mesa del recibidor y la bufanda en el perchero. La verdad es que se encontraba sorprendido, pero hacía falta mucho más que eso para tratar de arreglar las cosas-
-Estás en casa –hablaba bajo- ¿no tuviste mucho trabajo?
-La verdad es que decidí reprogramar las cosas que tenía para hoy –Naruto salía de la cocina con una sonrisa, pero en el momento en el que lo vio todo eso se esfumó- ¿Qué pasó? –Preguntó con algo de preocupación-
-Tú también... -hablaba fastidiado-
-¿Yo qué? No he hecho nada... sería muy bueno y grato que me saludaras, ¿sabes?
-No estoy de humor para esas cosas –pasaba al lado de él, para ir a la habitación. Al notar eso, el rubio optó por seguirlo-
-¿Sucedió algo en la compañía? –esperaba una respuesta mientras observaba al menor terminar de dejar sus cosas en el buró, cuando se encontraba sentado en la cama. Sólo miraba al suelo, sin dirigirle la mirada- Son... muy molestos a veces
-¿Te dijeron algo? –Naruto ladeaba el rostro tratando de entender a qué se refería-
-Siempre dicen muchas cosas... pero sus rostros de lástima realmente me irritan
-¿Por qué de lástima?
-El chico tardó en contestar, dudaba en hablar- por nosotros –acto seguido, el mayor se acercó lentamente a él, hasta poder estar de cunclillas frente al moreno- ven aquí Sasuke –trataba de acercarlo con ambos brazos; el otro accedió, recargando su frente en el hombro- te he causado muchos problemas –el rubio suspiraba- perdóname
-¿Estás haciendo un acto de redención?
-Si así lo quieres llamar...
-Me quedé dormido... mi despertador no sonó, casi pierdo la escena –se apoyaba con mayor presión en él, tratando de encontrar algún tipo de consuelo-
-Vaya... -realmente no sabía que decir. En verdad que a todos les tomó por sorpresa que algo así sucediera. Pero tampoco era para morirse, a cualquiera le puede pasar objetivamente hablando-
-Pero la verdad es que no quería despertar...
-¿Por qué? –le hablaba suave-
-Por lo que estaba soñando... o mejor dicho, recordando
-¿Se puede hacer eso en los sueños? –Hacía la pregunta con cierta incredulidad-
-Ya vez que sí –alzaba los hombros con delicadeza, acentuando lo que decía-
-¿De qué se trataba? –Le hablaba con algo de curiosidad-
-De nosotros... -dejaba la frase al aire-
-Nosotros...
-Cuando te conocí...
-Entiendo –no podía evitar sentirse nostálgico-
-La presentación en Madrid, ¿la recuerdas? –Sasuke se alejaba un poco para ponerse de pie, y caminar por la habitación- con el tiempo me dijiste, que esa noche no fue coincidencia... yo nunca creí que lo fuera, pero –sonreía leve para sí mismo- no dejó de ser maravilloso... que hayas movido medio continente, con tal de encontrarme, y saber quién era
-Naruto se movía de su lugar para acercarse de nuevo a él. Acarició una de sus mejillas con sus dedos y después prosiguió- y lo volvería a hacer, si llegara a perderte
-Yo... -se detenía un momento. No dejaban de llegarle a la mente otros recuerdos nada agradables- lo siento... aun no puedo...
-Sasuke... -agachaba la mirada-
-No puedo creerte –cerraba los ojos con fuerza- lo he intentado tanto... pero en verdad, yo no...
-Por favor...
-Esto no nos está haciendo bien, a ninguno de los dos
-Pero...
-Yo... -no podía evitar poner una cara de tristeza tan grande...- tenemos que pensar bien que vamos a hacer
-¡Sasuke¡ -en ese instante el mayor se hincaba a sus pies- ya sé que hemos hablado mucho de esto, pero creo que necesitamos ayuda profesional
-¿Qué estás...
-Haré todo lo que tú quieras.... –la voz se le entre cortaba, estaba a punto de llorar- pero por favor... no me dejes
-Naruto... -el contrario lo observaba desde abajo notoriamente desesperado- te lo ruego... no me dejes...
-Tú...
-Te lo suplico... lo que quieras –le tomaba las manos besándolas- por favor
-Consigue al mejor terapeuta, esto va a costar y mucho... -desviaba la mirada-
-Lo que sea que quieras –trataba de buscarle la cara- lo único que te pido es eso, yo sin ti... no puedo vivir –el escuchar algo tan agradable como eso, le hacía apretujar su corazón; a pesar de ser un acto tan atractivo para la mayoría, para él, era como si le lanzaran puñales directo al corazón, como si lo aplastara. Para Sasuke, escuchar eso, no le producía más que dolor. Mucho dolor-
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Mi amigo, mi esposo y mi amante
FanfictionAunque la vida laboral de Sasuke se encuentre en uno de sus picos más altos, ¿será capaz de perdonarle lo imperdonable a Naruto?