Capítulo 23:"Adicción-obsesión"

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-Puede que el tiempo haya pasado, pero seguiste siendo mi hermano y te conozco. Sé cuándo mientes y cuándo planeas algo. Sabía que tenías acciones entre manos, pero ¿cómo imaginar esto? Sin embargo te entiendo. ¿Cómo reprocharte algo? Aunque esté molesto, ¿qué puedo decir a mi favor? Lastimé a todos ¿cómo enojarme contigo? fui el causante de todo tu dolor, todo el daño ¿cómo evitar que quisieras mitigarlo por cualquier medio posible?

A pesar de todo no puedo negar que tu idea era brillante. Realmente no tenías grietas o puntos débiles en tu historia. Era tan sólida, pero ¿qué sucedió al final? ¿Querías que te encontrara? No. Ino quería que los encontrara. Ella sabía que me daría cuenta de las pistas que nos dejó a tus espaldas.

Las mandalas. Antes de que conocieras a Naruto eran un pasatiempo que tú disfrutabas mucho de dibujar, colorear y clasificar. Para ti servían para llegar al centro del universo de una persona. Supongo que con el tiempo olvidas muchas cosas y estoy seguro de que nunca hubieras pensado en que yo encontraría la relación entre los dibujos y tu plan.

Una mandala era igual a una persona, dependiendo de cómo estuviera coloreada significaría el uso que le darían, ¿no es así? Los trazos formaban números, los números fechas, fechas que les servían para saber cuándo, cómo y dónde actuar; debió de ser muy difícil las primeras veces poder practicar un lenguaje tan complicado para evitar cualquier tipo de comunicación que después sirviera para incriminarlos, ¿cierto? Lo que no me queda claro, es la manera en la que lo practicaron; supondré que durante los ensayos donde te quedabas tan tarde lo aprovechaban también para eso. Increíblemente estaba muy bien ideado, aunque también significó mucho tiempo para ambos. No dudo en que lo pensaron desde hace ya años, seguro no me equivoco, ¿no?

La que estaba en el cuarto de Ino, significaba todo ¿verdad? Era la más grande e incompleta de todas. Esa última mandala eres tú, por eso no estaba terminada. Las últimas dos estrellas sin llenar eran la de Naruto y mía; las direcciones donde perdiste el rumbo, donde tú brújula perdió el camino. Me costó mucho trabajo darme cuenta, pero supongo que cuando me recordaste aquello "creo que somos estrellas en el cielo, que pueden ser asesinadas o salvadas por las estrellas que se encuentran a su alrededor ya que dependen de ellas para sobrevivir... la simbología que expresan con respecto a la vida que llevamos como humanos, me resulta abrumadora" tuvo sentido.

Hay dos cosas que me estremecen dentro de todo esto, Sasuke. La primera es todo el daño que fuiste capaz de causarte para que la policía te creyera. Ya han llegado tus estudios; son pruebas infalibles de que fuiste víctima de un secuestro por demás horroroso, pero ¿es enserio? Golpes, cicatrices, residuos de hipnóticos y ansiolíticos... huellas de violación... ¿Qué te hiciste? ¿Por qué llegaste hasta ese punto por nosotros? No valemos lo suficiente como para que te hayas causado tanto dolor.

La segunda cosa más impactante seguro sabes cuál es. ¿Qué le hiciste a Gaara? ¿Fuiste capaz de hacerlo tú o Ino lo logró? Independientemente de quién haya sido, en tus planes estaba eliminarlo ¿cierto? Porque te encargaste de conseguir la cantidad necesaria del cabello de Naruto para poder incriminarlo; el bate que usaban para jugar en el parque... fuiste capaz de hacerlo desaparecer para ocuparlo en ese instante ¿realmente cuánto tiempo pasaste planificándolo? Tuviste la suficiente minuciosidad como para no borrar sus huellas y no poner las tuyas; para transportar el cadáver, para montar las escenas, simular los ataques sexuales... y eso sin mencionar todo lo demás que hiciste.

Tanto esfuerzo por Naruto y por mí. Demás está decirte que no debiste hacerlo, y aun así, ¿quién soy yo para reprocharte esto? Simplemente no puedo cuestionar lo que has hecho. Creo que realmente no tenemos el derecho de criticarte a pesar de que hayas rayado más allá de la racionalidad. Con qué cara decirte que estuvo mal si yo mismo lo provoqué.

Mi amigo, mi esposo y mi amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora