-¿Y bien, cómo hiciste que aceptara? –El chico de cabello rojo le preguntaba de manera casual-
-Si me lo preguntas, es porque Sasuke necesita y quiere saber...
-¿Qué crees que haga cuando se entere? –Lo miraba a través del espejo retrovisor de la camioneta-
-¿Qué harías tú? –Ante eso, el otro optó por guardar silencio unos instantes-
-Es claro que quisiera matarlos... a ambos –daban vuelta por una de las transitadas calles. Se dirigían al aeropuerto-
-Tal como lo pensé... -suspiraba levemente- ¿de cuántas horas es el viaje?
-De tres...
-¿Veremos a Deidara allá? –Tomaba un poco de agua-
-Sí –el otro asentía- tuvimos algunos problemas con el contrato de la disquera, pero descuida, él se quedará para arreglarlos. Nos alcanza en dos días
-De acuerdo... -se colocó los lentes oscuros como de costumbre y cerró los ojos, al menos hasta que llegaran a su destino. En ese momento la cabeza lo estaba matando.
Habían pasado dos semanas, las suficientes para preparar todo lo que concernía a las locaciones, sets, equipos y staff para dar comienzo con las grabaciones de la película. Una vez que Sasuke aceptó, Orochimaru al lado de Jiraiya se adelantaron para dirigir todo eso. Los Uchiha llegarían después con el resto del elenco.
En cuanto a la obra que estaba en circulación, simplemente se quedaron los actores de reemplazo y la vida siguió su curso. La idea era grabar en un lapso de casi un año, y no habría mayor problema, así la audiencia disminuyera abruptamente.
En otro lado de la ciudad, a una distancia de quince kilómetros, otra camioneta se dirigía al mismo destino. Era una ruta diferente, dado las ubicaciones de cada uno de los chicos; en este caso, el joven también se encontraba casi acostado en el asiento del automóvil. Tenía puestos los lentes oscuros que recién se había comprado; una bufanda gris, sudadera negra, pantalón de mezclilla y tenis negros. Acababa de tomar algunas pastillas para el dolor de cabeza-
-Tal vez esta película haya caído en el mejor momento, ¿no crees? –El chico de cabello largo café le hablaba usando el espejo retrovisor, así como su homólogo pelirrojo-
-No lo sé... quiero pensar que fue la decisión correcta. Sólo espero no arrepentirme después
-Aunque lo hagas, no es como que dejes todo tirado... -lo miraba divertido- ese no es tu estilo
-No tienes que recordármelo –se retiraba un momento los lentes, para regresarle una mirada severa- de cualquier forma, puede que el estar lejos un tiempo nos ayude
-¿Estás diciendo que nunca vendrá a visitarte? –Arqueaba la ceja-
-No estoy insinuando nada... -desviaba el rostro hacia la ventana, viendo hacia fuera- tengo la esperanza de que logremos reflexionar...
-Comprendo...
-Pero eso no quiere decir que no venga a verlo –suspiraba molesto- a pesar de todo es un desastre sin mí... -se cruzaba de brazos, tomando una actitud incluso un poco infantil-
-En verdad lo quieres, ¿verdad? –Su tono de voz se volvía un poco más suave, esperando la respuesta del otro con ligero nerviosismo-
-Es inevitable mentir o actuar en eso... hasta yo sé que soy un idiota por tener aun ilusiones de que esto se puede salvar. Pero, ¿qué más puedo decir? La verdad es que no quiero perderlo...
-Bueno, nadie mejor que tú sabe por qué... -le sonreía amablemente- pero, ¿y cómo lo tomó?
-¿Este viaje? –Fruncía levemente el ceño- Supongo que normal, dentro de lo que cabe. Ciertamente podría decir que Naruto está un tanto acostumbrado... no es el primer viaje que hago por trabajo. De hecho ya tenía mucho que no salía... quisiera pensar que va a extrañarme... al final no es cualquier retiro, ¿no?
-Verás que desde ahorita ya te extraña –seguía sonriendo a la par que doblaba en una de las esquinas- ¿va a estar muy ocupado en su trabajo?
-Hasta donde tengo entendido no... -sacaba por un momento su celular, lo observaba detenidamente, como si dudara en hacer algo- pudo firmar con un buen inversionista que los sacará del apuro prácticamente todo este año. En ese sentido, creo que tendrá un leve respiro...
-Comprendo. ¿Y qué pasó con el viaje que él haría?
-Fue hace una semana... -dudaba por un momento- pude ir con él
-¿De verdad? –Trataba de evitar su admiración- ¿por qué no nos contaste?
-Porque era obvio el escándalo y revuelo que eso causaría. Además no quería que apareciera en las primeras páginas de la prensa. Aun no hay nada seguro como para que nos empiecen a acosar de nuevo
-Siempre eres muy acertado. Ojalá todos se manejaran así...
-Lo sé –dejaba salir una leve sonrisa triunfal y arrogante- pero, ¿a qué viene eso? Generalmente nunca preguntas esas cosas...
-Bueno, tú sabes que la curiosidad no se puede evitar...
-Tal vez –el chico tomó algo de fuerza, se levantó y se empujó para acercarse al otro desde la parte de atrás. Se colocó en la orilla del asiento para hablarle más de cerca- aunque, ¿sabes? Tengo un pequeño secreto que contarte...
-¿Cuál es? –Lo miraba de reojo-
-Creo que estamos mejor... -sonreía ampliamente- sólo estuvimos los dos, y creo que nos dio el tiempo suficiente para conocernos de nuevo y marcar un nuevo inicio. Además después de hablar con la terapeuta, al menos yo me siento más tranquilo
-Esas son excelentes noticias... -el menor volvía a su posición inicial; detrás de esos lentes se asomaba un deje de tristeza y vacío. Puede que no estuviera mintiendo en cuanto a la psicóloga y que acompañó a Naruto. Pero donde la historia se distorsionaba era en la parte dónde más secretos del rubio salieron a la luz-
-Ya sé... -contestaba de forma serena- "¿Por qué me mintió con respecto a Gaara?" –Se decía dentro de sí- "¿por qué tuve que descubrirlo ahí? Probablemente lo mismo haya pasado con Sakura alguna vez, ¿qué debería hacer? Maldito cobarde... -se mordía el labio con fuerza- tantos años sabiendo la verdad... y no tienen el valor de decírmelo... he estado esperando por años... como me enferma" –pensaba a la par que apretaba uno de sus puños- ¿ya casi llegamos?
-De hecho... -se preparaba para enfilarse en la hilera que llevaba a una de las entradas del destino final- estamos llegando. Karin y los demás ya deberían estar esperando
-Le mandaré un mensaje entonces... -hacía lo propio mientras encontraban un lugar en donde estacionar.
De lo que nadie se dio cuenta, era que sólo a diez metros de ellos, la primera camioneta se encontraba buscando lugar también.
Ambos estacionaron al mismo tiempo. Itachi y Sasuke bajaron de sus autos, abrieron sus cajuelas y comenzaron a sacar sus maletas con ayuda de Sasori y Neji respectivamente. Una vez todo el equipaje listo, comenzaron a caminar hacia la entrada de las salas de registro y de espera. Los dos llevaban sus lentes oscuros puestos, uno con un agua y el otro con un refresco en la mano; en la misma mano de hecho. Mientras que Sasuke iba vestido de negro y gris, Itachi llevaba puesto una combinación de negro y rojo muy parecida.
Neji iba al lado izquierdo de Sasuke, mientras que Sasori del lado derecho de Itachi. Una vez que estaban en la entrada, debido a todo el flujo de gente no se percataron de que estaban prácticamente uno al lado del otro; o al menos eso fue hasta que una de sus tantas fans, los reconoció.
Una vez que la chica gritó a todo pulmón sus nombres, la gente corrió para verlos, incluida parte de la prensa amarillista que rondaba por ahí esperando la llegada de uno u otro.
En cuanto a sus acompañantes, tuvieron que fungir de guardaespaldas para lograr atravesar ese mar de gente que se hizo en segundos, y proteger a ambos de las típicas preguntas molestas de los periodistas.
Como pudieron y sin mirarse, llegaron a la zona de registro, entregaron sus maletas y se fueron corriendo a la sala de salida para abordar el avión.
Una vez pasados los filtros de seguridad y lejos de la gente desquiciada pudieron dar un respiro y avanzar más lento. Fue hasta ese momento en el que se dedicaron sus típicas miradas amenazantes y prepotentes que incluso detrás de los lentes, parecían muy poderosas.
Abordaron el avión sin mayor relevancia. Saludaron a las personas que los pudieron llegar a identificar, y para su mala suerte, en sus boletos de avión había un ligero problema
-¿Qué te hace pensar que voy a sentarme contigo? –Escupía Sasuke viendo el papel que tenía en la mano-
-Supongo que lo hicieron a propósito –se jalaba un poco el cabello- no puedo creer que sean tan infantiles... -revisaba su boleto también- no puede ser que nos tengamos que sentar juntos...
-¿Sucede algo Sasuke? –Karin, la chica de cabello rojo se levantó para ver cuál era el problema. Al percatarse, sólo les pudo dedicar una mirada de sorpresa- pues... puedo cambiarme de lugar contigo Itachi –desviaba la mirada- si gustas, claro...
-¿Sasuke? –El mayor le hablaba al menor esperando una respuesta-
-De todas formas sólo podrían cambiar conmigo, los demás dudo que quieran hacerlo. Además el avión está lleno...
-¿Saben qué? –El menor tomaba su lugar- me da igual... si quieres quedarte aquí, hazlo –se quitó las gafas, dedicándole una mirada fría-
-Si así lo quieres... -Itachi repitió las acciones del menor, se quitó los lentes y lo miró de la misma manera. Mientras Karin un poco abrumada regresó a su lugar- "¿Qué les picó hoy a estos?" –se preguntó.
Durante toda la mitad del vuelo, ambos chicos se la pasaron sin comentar nada, hasta que el mayor decidió romper el hielo-
-¿Crees que ya estemos en los periódicos? –Hablaba sin mirarlo, esperando una respuesta-
-Tal vez... -el otro dudaba en seguirle la plática. Conocía a Itachi, al final eran hermanos. Comprendía lo que intentaba hacer, pero no sabía si debía seguirle el juego o no-
-Aunque fue divertido correr, tratando de esquivarla –en esta ocasión giró el rostro para ver el de su hermano-
-Sí. Un poco –sonreía leve. Debía admitirlo, siempre era entretenido hacer esas cosas-
-Me pregunto... ¿qué irán a decir ahora?
-Posiblemente que nos hemos reconciliado... -agachaba la mirada. ¿Qué era lo que le estaba pasando? Por alguna extraña razón de repente tuvo la necesidad de abrazar a su hermano. ¿Habrá sido por todo lo que descubrió en su salida con Naruto? ¿Será por tenerlo tan cerca después de tanto tiempo? ¿Por qué el aniversario luctuoso de sus padres estaba cerca? ¿Por qué hasta el comenzaba a dudar de su estabilidad emocional?
-Bueno, tienes razón –suspiraba suavemente- es muy probable...
-¿Itachi? –Susurraba lo suficientemente bajo como para que nadie, más que el chico en cuestión lo escuchara-
-Dime Sasuke –a pesar de que parecía que no emitía emoción alguna, por dentro estaba muy nervioso-
-¿Todavía... extrañas a papá y mamá? –Ante la pregunta, Itachi se descolocó un poco más, pero al ver la expresión corporal de su hermano, no pudo evitar sentir tristeza y melancolía-
-Claro... -se colocaba en la orilla de su asiento para acercarse un poco más al menor- todos los días. Cuando me levanto y cuando me voy a dormir, mi primer y último pensamiento... son ellos –sonreía levemente- pero por eso trato de esforzarme al máximo en mi trabajo. Para darles aunque sea un poco de orgullo...
-Comprendo... -dejaba la oración a medias. Seguía debatiéndose en su mente qué hacer- "Una vez que te perdones a ti mismo, podrás perdonar a los demás" –recordaba lo que le había dicho la terapeuta- "Tu hermano es lo único que tienes, ¿de verdad vale la pena dejarse de hablar por siempre? Ambos están necesitados de amor... puede que hayas tenido tu propio infierno, pero ¿tienes idea del infierno de Itachi? Desde la pérdida de sus padres... él se encargó de ti. ¿Alguna vez lo viste triste o llorando? Puede que siempre tratara de verse fuerte para ti... ¿puedes ser capaz de ver su sufrimiento también? No sólo el tuyo... el de tu hermano cuenta igual...-
-¿Todo está bien? –El mayor hablaba con suavidad, como siempre. A pesar de todo lo que había sucedido, de nuevo lo miraba de la misma forma que antes. Era como si el tiempo hubiera retrocedido y tuviera a Itachi de regreso...antes de que todo saliera a la luz-
-Cuando ellos se fueron... -se pausaba un poco- y tuviste que cuidar de ambos... ¿cómo lo hiciste?
-Bueno –levantaba el rostro, recostando el cuello en el asiento reclinable- ni yo mismo lo sé. Cuando recibí la noticia lo primero que pensé fue en cómo protegerte... Y hacer que salieras a flote una vez que supieras lo que pasó... y todo lo que vendría con la prensa...
-Ya veo –se quedaba un momento pensando- pero... al igual que yo –recordaba las palabras de aquella mujer- sufriste mucho, ¿verdad? –Al fin Sasuke giraba su rostro para ver el de Itachi-
-¿De verdad quieres tener esta plática aquí? –Lo decía en un tono burlón pero seguía siendo delicado- veo que mi hermanito sigue siendo tan raro como siempre –volvía a colocarse a la orilla de su lugar- por supuesto que me dolió mucho perderlos –sonreía leve- pero aun estabas tú. Creo que eso me dio las fuerzas de levantarme cada día...
-Tú... -Lo miraba con los ojos un poco acristalados-
-Al principio fue muy difícil. Tenía que tomar el papel de padre y madre al mismo tiempo contigo... y pues, naturalmente a esa edad no tenía idea de qué hacer. Si no hubiera sido por la ayuda de Jiraiya no sé cómo hubiéramos sobrevivido; pero tal vez la vida nos ayudó un poco después de eso... y por otro lado, a pesar de que me sintiera mal, tenía que mostrarme fuerte por ti. Es decir, si los dos nos poníamos a llorar, ¿quién te daría su apoyo? –Desviaba levemente la mirada- por más triste y mal que me sintiera quería sonreír por ti y para ti... así tal vez tu dolor disminuiría aunque fuera un poco...
-Siempre te sacrificaste por mí... –susurraba-
-En realidad si eras feliz yo también lo era. Mi deber como tu hermano mayor siempre ha sido ese... y la idea era apoyarte todo lo que pudiera para que salieras adelante... eso hacemos los hermanos. Por lo que si tú estabas bien, yo también lo estaría. Sólo te necesitaba a ti para tener motivos de seguir adelante...
-Han pasado ya tantos años de eso... -también desviaba un poco la mirada. Incluso por algún momento sintió algo de culpa-
-Y sin embargo parece que fue ayer –de nuevo lo volteaba a ver- ahora hemos crecido; y a pesar de eso, papá y mamá siguen ahí... yo en verdad los extraño mucho... seguramente al igual que tú –con eso logró llamar de nuevo la atención de Sasuke- sabes que no tengo vida para pedirte perdón...
-Itachi...
-Sé que jamás podré hacerlos sentir orgullosos –un deje de tristeza rondaba su rostro- es sólo que nunca habrán palabras, y yo lo sé –al igual que el menor, tenía la manía de apretar los puños para evitar llorar- pero de cualquier forma siempre diré esas palabras... esperando que algún día ya no te duelan... -cuando alzó de nuevo la mirada no pudo soportarlo más, y las lágrimas fluyeron. Sasuke se encontraba en la misma situación-
-Puede que la razón por la que me duela tanto... -se pausaba con la voz ya quebrada- sea porque al final sigo amándote como siempre... -ambos rostros llenos de lágrimas se encontraban de nuevo- al final eres el hermano al que tanto amé durante toda mi vida... el hermano que me cuidó y me protegió después de que nuestros padres se fueron... el que se desvelaba cuando tenía que entregar tareas o cuando estaba enfermo. El que iba a mis primeras audiciones, el que elogiaba mis presentaciones por más pequeñas que fueran.... Y aunque tu carrera nos comenzó a alejar...siempre hacías lo posible por estar ahí... -el menor estaba hecho un mar de lágrimas-
-Sasuke –el otro apenas y podía hablar, parecía estar peor que el otro-
-Tal vez... pueda darte una oportunidad más...
-Tú... –lo miraba sumamente sorprendido, a la vez que trataba de buscar algo de papel sanitario en su mochila-
-No ha sido fácil... y tampoco es que seamos amigos como antes... pero... es que no puedo seguir así contigo –más lágrimas salían de sus ojos- porque a pesar de todo, aunque sea en el fondo... muy en el fondo, te sigo queriendo
-Sasuke...
-Itachi... -Y en ese momento no pudo resistirlo más; el menor, quitándose su cinturón de seguridad, se abalanzó sobre el otro para abrazarlo con toda la fuerza que tuviera en ese instante-
-Sabes, que yo también te quiero mucho, hermanito –le correspondía de la misma forma. Cuando se separaron, se dedicaron una sincera mirada y el avión aterrizó.
En ese momento Sasuke despertó-
-¡Hey¡, muévete ya llegamos –le hablaba Karin desesperada-
-¿Eh? ¿Qué? –Le contestaba el chico aun adormilado-
-Sasuke, ¿qué te pasa? Ya despierta... desde que te sentaste te quedaste dormido todo el viaje...
-¿Dormido? –Hablaba con poca coherencia-
-¿Estás sordo o qué? Ya quítate el cinturón, ya debemos salir del avión...
-Pero... –se encontraba aun un tanto desconcertado. Si de verdad lo que había sucedido era un sueño, entonces, ¿por qué se sintió tan real? Incluso aún tenía una pequeña lágrima que recorría su mejilla- Itachi...
-Sí, le cambié el lugar por si no lo recuerdas... por favor, levántate ya –le dijo desesperada, por lo que el otro accedió, tratando de buscar al mayor- tú dijiste que no te sentarías con el de ninguna forma... así que cambiamos de asientos... ¿qué te pasa? ¿Todo está en orden?...
-Es sólo, que me duele la cabeza –agachaba la mirada, para después enfocarse en salir.
¿Por qué soñó todo eso? ¿Por qué le había dejado esa sensación de bienestar? ¿Si hacía al fin las paces, entonces obtendría paz? ¿Por qué de repente necesitaba hablar con él? ¿Realmente, era eso lo que necesitaba?
Todas esas preguntas inundaron la mente de Sasuke por varias horas, al menos, hasta que empezaron a trabajar.
Una vez bajando del avión, se dirigieron rápidamente a la salida donde sus camionetas estaban ya listas para llevarlos al hotel donde se quedarían al menos por cinco meses. Tardaron en llegar una media hora más, pero una vez en sus habitaciones, se dispusieron a comer algo y dirigirse al set.
Ya ahí, Sasuke pudo observar el excelente trabajo que habían realizado en cuánto ambientación y diseño. Las locaciones parecían ser completamente sacadas de la historia de Jiraiya.
Pasados unos veinte minutos, Karin se acercó a él; la chica estaba algo preocupada, dado que la última vez que se vieron fue un día antes de que se fuera de viaje con Naruto; y hasta el momento no tenía idea de que había pasado-
-Lamento no haberte saludado como te lo mereces querida –el joven le dedicaba un fuerte abrazo- pero la situación no me lo permitió. Además he estado muy cansado... discúlpame por quedarme dormido durante todo el vuelo
-Sabes que no tengo que perdonarte nada –la chica sonreía correspondiéndole de la misma forma- estás pasando por mucho últimamente. Sería muy egoísta de mi parte pedirte más de lo que puedes...
-Gracias –le susurraba en su mejilla-
-Pero ahora sí, antes de que Orochimaru de su discurso, tienes que contarme –lo miraba con un sutil toque de seriedad- ¿qué pasó con Naruto? –Ante esto, la mirada jovial que tenía, se transformó en una de tristeza- ¿Sasuke? –Le hablaba preocupada- no es necesario que me digas si no quieres...
-Fue algo... dulce y amargo... -desviaba la mirada-
-Si quieres, puedes explicarme –le hablaba más bajo para que nadie escuchara su conversación-
-Descubrí que no sólo es Itachi.... –suspiraba-
-¿Qué? –Trataba de no gritar, abriendo sus orbes lo más que podía- ¿cómo que no sólo... ¿me estás diciendo que Naruto? –El otro sólo atinaba a confirmar con su cabeza-
-Gaara también.... –hablaba en un susurro-
-No, no, no... –hacía un mohín con las manos- eso no puede ser posible –la chica se cruzaba de brazos- ¿estás completamente seguro?
-Tan seguro como la impresión que hice de la conversación que tenía guardada en su celular –suspiraba a la par de que, una vez abierta su cartera, sacó de la sección de billetes una hoja doblada a la mitad. Ya que la desdobló, se la entregó con gentileza a la chica, la cual comenzó a leer el papel-
-Esto no puede ser... -susurraba con unos de sus dedos tapándole la boca- Sasuke –le dedicaba una mirada de sorpresa y ligera angustia- cuanto lo siento...
-Si bueno... -retiraba el papel, volviéndolo a guardar- pero, lo superaré...
-¿Qué estás diciendo? –Le dedicaba una mirada de enojo- ¿cómo puedes pensar en eso? Debes de dejarlo ya... ya lo has dejado ¿no?
-¿Cómo esperas que pueda hacer eso? –Se cruzaba de brazos- simplemente no puedo
-Sasuke... -le decía en un leve susurro- ¿hasta cuando dejarás que te robe la poca dignidad que te queda? –Recargaba una de sus manos en la pared-
-¡Karin¡ -Trataba de no levantar tanto la voz-
-¡¿Qué?¡ -Le contestaba de la misma forma- sabemos que es la verdad. Además esto de que aceptaras tan de repente... ¿qué planeas?
-Nada... -desviaba la mirada-
-Deja de mentirme... tú y yo sabemos que se acabó...
-Ya hemos ido con la terapeuta, estoy seguro de que...
-Dime algo –lo miraba con seriedad- ¿por qué te aferras tanto?
-No me aferro... sólo peleo por lo que me pertenece –susurró-
-Dime que estás mintiendo...
-Karin –la cortaba abruptamente- de acuerdo, estoy planeando algo... –"es increíble que incluso a ti tenga que mentirte. Pero te conozco, y sé que ni tú lo entenderías"- pero después lo sabrás...
-Si claro –seguía dedicándole esa mirada- ¿estás consciente de que cuando se trata de Naruto no puedes actuar?
-No entiendo que quieres decir con eso...
-Por supuesto que lo sabes. No tienes un plan, no tienes idea de qué hacer, no tienes nada...
-De cualquier modo no comprenderías nada –Le respondía con una mirada fría- así que por favor déjame tomar mis propias decisiones. No pienso discutir contigo también –se adelantaba un poco- yo no te he pedido que te preocupes por mí...
-No es eso a lo que me refiero...
-El hecho de que seas mi ex, no significa que seas la que mejor me conozca o que mi mundo gire alrededor de ti
-Tú... -"esas palabras"- Sasuke, ¿qué tienes que ver con Sai? –Ante la pregunta el otro se pasmó un momento-
-¿Qué podría ver con él? –Seguía regresándole la misma mirada de antes- tu puedes contestar la pregunta. Entre él y yo no hay nada... si te refieres a ese tipo de relación- "últimamente, tengo que mentir más de lo normal"- pensó antes de seguir su camino hacia las bambalinas-
-No te tardes demasiado, Orochimaru ya va a dar su discurso –le hablaba fuerte mientras lo veía partir.
Ante su medida desesperada, el chico optó sólo por levantar levemente una de sus manos, produciendo un gesto amable.
Sacó su celular y mandó un mensaje. Minutos después, el teléfono vibró dos veces-
-Llego por la mañana. No me extrañes –el mensaje estaba acompañado de un emoticono de una cara sonriente y guiñando el ojo. Una vez que el moreno lo leyó optó por no contestarlo; se dispuso a guardar el aparato y fue cuando recibió el segundo mensaje-
-¿Llegaste bien? Recuerda hacerte tiempo para ir con la terapeuta la semana entrante. De todas formas iré a visitarte. Sabes que te amo. Por favor, discúlpame. Pero como te lo dije antes... Gaara es sólo parte del pasado. Te amo –acto seguido, contestó-
-Nos ponemos de acuerdo en estos días. No puedo esperar a que vengas a verme. Me gustaría que me vieras trabajar, hace mucho que no lo haces. No quiero hablar de eso por aquí. Te amo –le dedicaba una carita sonriente y una vez que vio que el mensaje había sido mandado, lo guardó. Se quedó mirando parte del escenario, hasta que el discurso de Orochimaru empezó.
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Mi amigo, mi esposo y mi amante
FanfictionAunque la vida laboral de Sasuke se encuentre en uno de sus picos más altos, ¿será capaz de perdonarle lo imperdonable a Naruto?