Todo era un mar de incredulidad, dudas y pesquisas difíciles de controlar. Mismo espacio y mismo tiempo que nadie quería recordar; ciertamente la psique de Naruto se encontraba por decirlo de alguna manera "delicada" y sin saber realmente hacia dónde ir, o con quién hablar.
De acuerdo a lo que Asuma e Itachi le recomendaron desde que le tomaron la primera declaración, no debería de platicar con nadie, o salir de su casa innecesariamente. En cuanto vinieron las primeras sospechas de que Naruto pudo haber estado involucrado en la desaparición de su novio, comenzó la caída en espiral para el rubio. Mantenía en pie el hecho de que alguien quería incriminarlo... y vaya que tenía mucha razón, pero seguramente nunca esperaría que fuera el mismo Sasuke quién se estaba encargando de todo, o que fuera él, quién tuviera la batuta de la situación.
Al día siguiente de su desaparición y sin haber dormido ni una hora, Naruto fue llamado a la estación para dar detalles de la última vez que vio a Sasuke. A pesar de que todo pareciera normal en un principio, conforme las preguntas fueron entrando a la parte oscura y controversial de su relación, incluso él sabía que las indagatorias correrían directamente a su nombre.
Dentro de toda la confusión que traía esto consigo, incluso de que no comprendía la dimensión de lo que estaba pasando, Itachi se encargó de ponerle un buen abogado con ayuda de Sasori y Deidara, para poder defenderse de las acusaciones que sin ni siquiera investigar en un principio, la policía ya le estaba enjaretando.
El proceso avanzó rápido en comparación a los pocos días que habían transcurrido desde que Sasuke se fue. Cuando se dieron cuenta, la policía ya estaba metiéndose hasta en el cuarto de los chicos, literalmente. Pidieron una orden de cateo para su departamento, y después de allanarlo sin haber encontrado algo realmente, solo lo dejaron ahí, hecho un desastre que después como pudo, tuvo que arreglarlo.
Pasó poco tiempo para que el moreno fuera llamado casi diario a rendir nuevas declaraciones o a contestar nuevas dudas que la policía tuviera, y donde notoriamente podía observarse que el trato para con él estaba cambiando. Ahora no era simplemente el novio afligido de una de las mayores estrellas del momento, sino el principal sospechoso del secuestro y desaparición de uno de los más amados actores de toda la historia; todo eso, sin tomar en cuenta a la fastidiosa prensa que no hacía más que ponerle más mierda a su ya triste y caído teatro de la pareja perfecta.
Ahora, todo mundo sabía que Uzumaki Naruto en realidad hacía sufrir a Sasuke, a tal grado, que salió a la luz lo que nadie quería y que tanto trabajo le costó al Uchiha guardar en su corazón; la infidelidad con su hermano mayor; el intento de suicidio después de eso, las otras infidelidades que también ya tenían años con Gaara y Sakura, sus borracheras, su falta de atención para con Sasuke, cuando ya no recordaba si quiera las fechas de estreno de sus obras de teatro; las inversiones que Sasuke le metía a su empresa para que no se fuera a pique sin ni siquiera hacerlo parte de ella o darle algún tipo de remuneración; las discusiones tan fuertes que tenían cuando Naruto no estaba en sus cinco sentidos; la última pelea que sostuvieron y que el rubio casi lo golpea, en fin... eran historias interminables que realmente lo pintaban como el ser más cruel, vil, idiota y despreciable de toda la tierra. Así que además de ganarse un bonche de cartas de odio diarias de parte de sus fans y de toda la gente que ahora lo detestaba, tenía que lidiar con el hecho de que efectivamente solo estaban buscando el arma con el que lastimaron al menor en el bosque para poder incriminarlo.
Por un lado, inicialmente Naruto no estaba nervioso al respecto, pues era un hecho que no tuvo nada que ver; pero cuando descubrieron también todo el dinero que gastaba para comprarles regalos caros a Gaara y a Sakura, así como que el último préstamo que le pidió a Sasuke no fue más que para comprarle un departamento a la chica en la playa... realmente parecía que tenía motivos para deshacerse de su actual pareja.
Con todo lo que estaba sucediendo, las llamadas de los noticieros y programas, los abogados, la policía, Itachi y el mismo miedo que le causaba el no saber qué había sucedido con Sasuke, estaban acabando con él. Las semanas siguientes se las pasaba tirado en la cama, días sin bañarse, comer, arreglarse; ahora su rutina consistía en sólo dormir un par de horas después de tomar su botella de whisky diaria, llorar y como buen mártir culparse una y otra vez de la situación.
Pero, ¿en verdad estaba escarmentando? Probablemente sí, estaba igual o incluso peor que Itachi. Para Naruto, lo que le causaba el mayor malestar, era justamente que no tenían idea de que estaría pasando Sasuke en esos momentos, o que de un instante a otro la policía le diera la noticia que nunca quisiera escuchar jamás.
Ahora, después de estar cuatro horas en la comisaría rectificando todas sus declaraciones, era que se daba cuenta de que alguien le estaba tendiendo una trampa. Gaara seguramente era el que se encontraba detrás de todo eso; terminó tan colérico con él que podría estar directamente relacionado con el suceso, y aunque la comisaría tomó muy en cuenta las pruebas que aún mantenía consigo, y que demostraban que el pelirrojo también tenía un móvil, el hecho era que los encargados del caso no podían dejar de señalarlo a él.
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Mi amigo, mi esposo y mi amante
FanfictionAunque la vida laboral de Sasuke se encuentre en uno de sus picos más altos, ¿será capaz de perdonarle lo imperdonable a Naruto?