Capítulo 12: "Debo dejarte ir"

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 Pasaron cuatro horas sin tener noticia alguna de Naruto; a Sasuke se le fueron las ganas de hacer todo. No quería evitarlo y le costaba mucho estar en paz. Ya no podría estar tranquilo, lo que necesitaba era que el mayor le diera una nueva explicación.

Se quedó en la cama sin hacer nada, ni siquiera encendió la televisión; no tenía hambre... lo que quería era desaparecer.

Tuvieron que pasar en total cinco horas hasta que el rubio apareció. Cuando entró se podía notar la preocupación y nerviosismo con el que cargaba; pero ciertamente para el moreno, eso ya no significaba nada.

-Lo siento mucho Sasuke... tuvimos un problema con el papeleo y casi perdemos al inversionista, no pensé que demoraríamos tanto –su voz lucía muy preocupada y culposa. Esperó a que el otro contestara, dado que en el fondo sabía que lo había echado a perder de nuevo-

-¿Y se arregló? –El joven contestaba a secas-

-Sí...-se acercaba hasta sentarse en la esquina de la cama- nos mantendrá a flote por año y medio...

-Resultó ser mejor de lo que esperabas... -dejaba un breve momento de silencio. Seguía ahí acostado, inmóvil- me alegro...

-Sasuke –murmuraba- ¿estás enojado por haberme tardado tanto? –Suspiraba suavemente- hubiera querido mandarte un mensaje o llamarte, pero dejé el celular aquí...

-Ese es el problema... –habló de manera casi inaudible-

-¿A qué te refieres? –Permanecía en la misma posición un tanto confundido ya que no comprendía las palabras del menor-

-No dejó de sonar... –el muchacho pasaba una de sus manos por su cabello, lo arreglaba un poco; de tanto rodar sobre la cama, se despeinó- así que contesté, pensé que era importante –ante eso, el otro se puso un poco más nervioso-

-¿Y quién era? –Tiraba de su corbata para deshacer el nudo-

-No lo sé. Pensé que tú me lo dirías... –por fin volteaba a verlo con esa dedicatoria helada, vacía y sin sentimiento- no es un número que esté dentro de la lista de tus contactos. Cuando contesté, al otro lado de la línea había una mujer –el chico se pausaba de nuevo, apretando sus puños- no me dio tiempo de hablar, simplemente comenzó a decir cosas...

-¿Qué tipo de cosas? –Ante la pregunta, el chico sólo lo miró con enojo-

-¿Tú qué crees? –De nuevo cubría su rostro en la almohada-

-Pudo haber sido número equivocado Sasuke –intentaba colocar una de sus manos en la pierna del chico en cuestión. A regañadientes lo aceptó-

-He tratado de creerme eso...pero no puedo. Tengo su voz aun presente en mi cabeza

-Sasuke... –se recostaba a su lado para mirarlo a la cara- por favor... no es nada, confía en mí...

-Confiar... en ti... -seguía en una especie de murmuro- ya lo sé...

-Por favor –acariciaba su rostro- estas cosas no deben de molestarnos. Recuerda lo que dijo la terapeuta... -cuando lo escuchó, el otro cerró los ojos y se levantó de golpe-

-Estuve esperando todo el día para ir a comer contigo... -esta vez cambiaba el tema abruptamente. Para el joven, el tema del teléfono era caso cerrado. Sabía que tenía que dejar sus inseguridades, aunque de cierta forma las palabras del rubio le resultaban chantajistas-

-¿Quieres ir a algún lugar? –El rubio lo sabía. Estaba consciente de que estaba siendo egoísta; igual era algo que no podía evitar-

-No. Sólo pide algo. Iré a bañarme...

-¿Otra vez? –Se notaba sorprendido-

-¿Qué más quieres que haga? Hace demasiado calor, y odio sudar

-Sudar es sólo para los mortales ¿no es así? –decía divertido estirando las piernas. Fingiendo que la discusión había terminado.

El moreno se metió a la ducha por media hora, cuando salió la comida ya estaba lista. Eran cerca de las siete de la noche cuando terminaron sus alimentos, por lo que decidieron salir a pasear. En una de las calles principales había un bazar donde no dudaron en asistir.

Vendían de todo; ropa, joyería, lentes, accesorios, lociones, comida, peluches, etcétera. Mientras iban observando todo, la atención de Sasuke se fijó en un separador de libros de madera tallado a mano. Tenían incrustados unos cuantos brillantes verdes y decoraciones muy complejas. Naruto se dio cuenta, y lo compró. A pesar de que en ese instante no lo pareciera, ese artilugio se convertiría en uno de los objetos más importantes para él.

Cuando dieron las nueve decidieron subir y ver televisión. Sasuke volteó a verlo a eso de las doce de media noche, estaba profundamente dormido, así que tomó el control apretó la letra power y la tele dejó de transmitir. Dado que seguía sin sueño abrió con cuidado las puertas de la terraza, las cerró tras de sí y lentamente caminó hacia la silla que allí se encontraba. Se sentó y se quedó mirando hacia la oscuridad del océano, el sonido de las olas, la suave brisa del aire caliente; las luces del malecón, los murmullos de las personas... suspiró suave, sólo quería sentirse normal, como antes.

Mientras se acomodaba en el asiento, notó que llevaba consigo su celular; decidió prenderlo y ver si habían novedades. Afortunadamente las había. Tenía dos mensajes de diferentes contactos. Uno le pertenecía al innombrable, mientras que el otro era de Sai. Optó por leer primero el de su hermano.

-"Tengo entendido que saliste de viaje. Sé que pido demasiado, pero quisiera platicar de nuevo contigo antes de las grabaciones. Sabes que te quiero... y Naruto te ama. Espero tu respuesta"- De nuevo una navaja se incrustó en su corazón. Se detuvo un momento y prefirió leer el otro texto-

-"Te has ido sin decirme nada. Y yo que quería repetir el encuentro de la última vez. No sabes cuánto esperé por ese momento...extraño tenerte de esa forma. Exitosamente estaremos fuera de la ciudad casi un año. Podremos divertirnos mucho" –no pudo evitar emanar una risa que tapó de inmediato con la manga de la delgada sudadera que llevaba puesta. Tecleó rápidamente la respuesta y la mandó. Borró las huellas del crimen y siguió viendo el mar. En cuestión de algunos minutos, ya tenía compañía-

-¿Sigues aquí? –El rubio se sentaba a un lado- perdona, me quedé dormido...

-Bueno, necesitas descansar –colocaba sus piernas a la altura del pecho- no tienes que disculparte

-Tú sabes que sí –acariciaba con suavidad el cabello de Sasuke. Siempre está tan sedoso, que no dejaría de hacerlo nunca-

-Supongo... –escondía la parte baja de su cara entre las rodillas- hace años que no venía al mar –hablaba con melancolía-

-Lo sé –el chico miraba hacia arriba; el cielo se encontraba lleno de estrellas- hace tiempo que no veníamos...

-El sonido del mar... me tranquiliza

-¿Por qué? Es decir, a mí siempre me ha estresado un poco

-Lo sé... -dejaba fluir una leve sonrisa- cuando lo escucho encuentro paz y... cuando lo veo me recuerda a ti

-Yo... -desviaba la mirada al suelo-

-Es verdad. Es inevitable no pensar en tus ojos –sonreía de forma más amplia. En verdad se encontraba recordando con tristeza todo lo que había sucedido últimamente. Puede que sea un gesto hipócrita por lo que ha hecho, pero igual confirma que se merecen así mismos- siempre contigo... a pesar de todo –miraba hacia la arena de abajo del hotel- siempre me siento protegido... cuando estoy a tu lado

Por eso, cuando pasan cosas como las del teléfono... no puedo evitar, perder la cabeza...

-Sasuke...

-Tan sólo quiero... que las cosas sean como antes –trataba de no quebrarse, pero en sus ojos se asomaban ya las lágrimas- sigo teniendo miedo a perderte... sé que no soy la mejor persona, pero aún me pregunto... ¿qué te llevó a hacerlo? ¿A caso no he sido suficiente para ti? Dime que debo de hacer... -la voz del pobre joven se quebraba, algo que hacía a Naruto sentir más culpa de la que ya tenía- me aterra que cuando llegues tarde, o cuando no llegues a dormir... cada vez que suena tu teléfono o que tienes que salir... sea porque irás a ver a alguien más....-desviaba la mirada para que Naruto no lo viera llorar- cada vez te siento más lejos... sé que te he echado lejos, pero... toda la seguridad que algún día tuve... se desvaneció como el viento...yo... yo no puedo... -sus susurros al pronunciar las últimas palabras se las llevaba el ruido de las olas, el rugir del mar...-

-Naruto sólo lo observaba, quería escuchar lo que tenía que decir, para poder contestarle de la manera correcta- sé que tienes muchas dudas... y que probablemente nunca vuelvas a depositar toda tu confianza en mí. Puede que logre entender un poco la incertidumbre que te causo... pero he intentado... y me he esforzado... ya sé que no hay excusa y que tampoco te sirve que yo te diga que trato de hacer todo para salvar la relación. A estas alturas del partido considero que mis acciones serán las que hablarán por mí...-suspiraba- no importa el tiempo que tarde Sasuke... te he perdido una vez, y no pienso volver a hacerlo.

Probablemente no me creas cada vez que te digo cosas lindas, pero mi esperanza es que con el tiempo, esas palabras te alcancen y dejen de producirte dolor... efectivamente lo eché a perder... lo arruiné, y lo reconozco. Mis decisiones no fueron acertadas... cambié todo por nada y de pasó te lastimé para siempre... al final sé que esto no lo olvidaremos jamás independientemente de lo que resulte nuestra relación... -hasta ese momento, Naruto estaba hablando con determinación y seriedad. Incluso Sasuke estaba sombrado en su interior; era la primera vez que lo notaba de ese modo. Era el primer momento, en el que parecía tomarse enserio la situación y no huir como siempre-

Lo único que quiero que sepas es que no te dejaré ir tan fácil. No tengo en realidad el derecho de hacerlo pero –sonreía leve- igual no pienso rendirme... desde hace algunas semanas me he planteado todas las posibles acciones... para hacer que regreses a mi lado... sin jugar sucio... sólo quiero que te enamores de mí otra vez; empezar todo desde cero...

Yo sigo amándote, eso no ha cambiado, de hecho nunca cambió... y jamás pasaría eso de nuevo. Simplemente no puedo dejarte. Moriría antes que abandonarte, Sasuke...

-En teoría no es necesario eso que mencionas –volteaba a verlo limpiándose las lágrimas- porque yo ya estoy enamorado de ti... mis sentimientos por ti no han cambiado... aunque me enoje... aunque parezca que te repudio, solo no puedo... yo también sigo amándote –cuando de nuevo iba a girar el rostro, Naruto lo sujetó por el brazo y con un poco de fuerza, hizo que los dos se pusieran de pie-  

 -Quiero que pongas atención –le hablaba conforme acariciaba el camino aun evidente del rastro de agua que emanó de sus ojos- ¿escuchas eso? –Lo miraba un poco entretenido; en el hotel de enfrente, en la suite que estaba a la altura de ellos se estaba llevando una fiesta. Lo verdaderamente importante era la canción que estaban escuchando en ese momento- ¿Sabes qué canción es? –Ante la pregunta, el menor no pudo evitar llorar de nuevo. Lo que hizo el rubio fue atraerlo con fuerza, tomar una de sus manos e incitarlo a bailar-

-¿Qué se supone qué haces? –Sasuke lo miraba con recelo. Esa música le traía muchos recuerdos-

-¿Tú qué crees? –hacía que el menor diera algunos pasos de manera suave- sólo puedo decirte que en estos precisos momentos... es como en verdad me siento... -le sonreía- sé que este fue nuestro primer baile juntos; no lo he olvidado –le daba una vuelta para después traerlo de regreso y seguir sujetándolo de la cintura- soy un egoísta, pero no quiero que te vayas...

-Naruto... -una melancolía lo embargaba. Los recuerdos fluían como la sangre que bombeaba su corazón. Podía ver en esos instantes todos aquellos momentos que lo habían hecho tan feliz. Las salidas, los bailes, los desvelos, las fiestas, las comidas, las tardes viendo televisión, el día que se conocieron... era su vida contada en una canción de tres minutos... tres tristes minutos-

-Por favor, deja de llorar mi amor... estaré aquí para protegerte siempre. Nunca habrá tiempo para pedirte perdón... pero nunca dejaré de estar arrepentido. Sólo piensa en lo que hemos pasado... no vale la pena perderlo, por favor –lo miraba suplicante. Estaba a punto de llorar- lo que siento por ti es real –hacía que Sasuke colocara una de sus manos en su corazón- te lo juro por todo.

¿Lo ves? Soy real y aquí estoy para ti. Nunca me iré. Mi corazón sólo late para ti –besaba su frente con cariño- jamás podría dejarte.

Todo lo que ha pasado ha sido por mis estupideces, nunca tuviste la culpa de nada –para ese momento, el rubio también estaba llorando- lamento haberte hecho tanto daño... lo que necesito que sepas, es que el problema no has sido tú.

Sasuke... no necesitas cambiar nada.... Cuando me enamoré de ti, fue por lo que vi, no por lo que pensé que pudieras ser... en el momento en el que te conocí mejor, supe que quería pasar el resto de mi vida contigo...

Eres perfecto. Todo en ti es perfecto. Eres la persona más perfecta que he conocido en este mundo. Por favor no quiero perderte...

Tienes todo lo que necesito y mucho más... soy yo el que no está a tu altura, en verdad que cada vez que te veo no puedo evitar sentirme peor que basura... pero necesito saber que no voy a perderte...

Yo te amo... ¡te amo con todo mi corazón Sasuke¡ –el joven gritaba entre lágrimas- pero ya no sé cómo demostrártelo. Muchas veces siento que ya no tiene sentido... cada vez es como si estuvieras a kilómetros de mí, ¿qué debo hacer? Dime lo que necesito hacer...

Itachi... Itachi ha quedado en el pasado. Nunca más se ha vuelto a repetir. Sé que te duele, y te duele más que a mí... pero debemos dejarlo atrás o no podremos ser lo mismo de antes...

Sólo una oportunidad más... todos han pasado por estas cosas y no significa que ya no puedan ser felices nunca. Esto que nos pasó no es una condena...

-Naruto... -su voz se entrecortaba- yo... -"¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué me trata, como alguien que no soy?" –Se decía a sí mismo- "es tan doloroso... nuestras mentiras se han hecho tan grandes... cada vez mi corazón se rompe más... la culpa no es sólo tuya... también es mía. Soy... tan mala persona... me aborrezco tanto..."-

-Por favor –lo abrazaba con fuerza; no quería soltarlo- dame una última oportunidad. Te he lastimado demasiado, lo sé... déjame repararlo... te rompí en miles de pedazos, pero déjame unirte otra vez... si quieres podemos ser mejor que antes... podríamos lograr algo mucho mejor que antes, sólo piénsalo –no planeaba soltarlo en un buen rato. El rostro de Sasuke lucía demacrado y lleno de lágrimas; sus ojos ya estaban hinchados-

-No sabes cuánto te amo... piensa en el tamaño del daño... y sin embargo no puedo dejar de quererte. Cada vez que recuerdo, es como tocar el cielo con los dedos... pero después todo se nubla y se ennegrece...

-Déjame cambiar eso por ti... déjame hacer, que cada vez que recuerdes, sea mejor que tocar el cielo, y ya no se oscurezca más

-Naruto... -murmuraba en su oído. Su vista estaba sumida en el cielo de esa noche. Tan oscuro y sin embargo tan alumbrado... tan lleno de estrellas-

-Sólo baila conmigo... hasta que todo acabe... -hundía su rostro en el hombro del menor, a la par que el chico en cuestión hacía lo mismo-

-No puedo dejar de amarte...

-Yo nunca, podría dejar de amarte. Pase lo que pase... siempre estaremos juntos – y siguió abrazándolo, hasta que la música paró-  

Mi amigo, mi esposo y mi amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora