Capítulo 22: "Sencillamente amor"

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 Cerca de las doce del mediodía, Itachi se dirigió entre las calles de la ciudad a la dirección encontrada en los archivos de lista de trabajadores que Orochimaru guardaba en su oficina.
Después de la primera semana de la desaparición de su hermano, entre él y Naruto se colaron una noche al teatro y como buenos ladrones lograron forzar la puerta de la habitación donde el famoso director siempre se encontraba trabajando.
Al más puro estilo "ladronesco" y con lámparas en mano, se pusieron a buscar en cajones y archiveros algo que les ayudara a obtener información acerca de los chicos que trabajaban ahí. Lo hicieron de ese modo puesto que su estilo tampoco daba como para lograr acceder a su computadora y descargar toda su información en un nuevo disco duro o al menos en una usb. Cuarenta minutos más tarde, el rubio encontró carpetas y carpetas llenas con nombres, fotos e información personal de todos. Eso era lo que necesitaban. Después de investigar tanto, ahora en el lugar del copiloto, Itachi llevaba las hojas del reporte que pertenecían a esa chica. Su dirección un tanto alejada del centro pero sin embargo suficientemente cerca de donde Naruto estaba y acababa de visitar.
Quince minutos más tarde, aparcó en la calle de enfrente, estaba dispuesto a cruzarla cuando vio que la puerta de la casa de la chica comenzó a abrirse. Parecía que su vivienda era pequeña, pero seguramente era su casa propia sin tener que compartir con algún otro vecino. Por fuera lucía reluciente e impecable; con una pequeña terraza llena de flores, con ventanas por donde entraba la luz del sol, adornos hechos a mano arreglados en la entrada principal; incluso podría jurar el mayor de los Uchiha que esa chica era normal.
Pero enseguida, se dio cuenta que las primeras impresiones siempre terminan engañando. La chica cuando salió, llevaba con ella una bolsa grande de plástico y otras más pequeñas; parecía basura normal, pero en cuanto las dejó en la esquina de su calle, algo en la mente de Itachi le dijo que tenía que investigar. En cuanto vio que la joven reingresó a su pieza, cruzó la calle a máxima velocidad y revisando que nadie lo viera, abrió las bolsas y quedó totalmente desconcertado.
¿Por qué esa mujer tiraría esas cosas? En su mayoría era ropa negra. Pantalones y sudaderas del mismo color. Guantes, toallas o incluso una especie de capa de plástico estaba ahí, ¿por qué? Escuchó la puerta principal abrirse, así que Itachi rápidamente corrió hacia un hueco que había entre el nivel del suelo y la ventana del sótano de una casa vecina. Sabía por el reflejo de los autos estacionados que la joven se dirigía de nuevo a la basura que había dejado ahí momentos antes. En cuanto la observó, notó que metía a la bolsa grande una especie de máscara, ciertamente muy raro... Enseguida, caminó unos metros más e Itachi observó cómo se subía a su coche y lo ponía en marcha. Nunca escuchó cuando cerró su casa con llave o en qué momento sacó las llaves de su coche, solo ahí comenzó en debatirse para saber qué hacer. ¿Qué era lo que quería? ¿Qué debería hacer? Salió de su escondite y se dirigió a la puerta de entrada que estaba cerrada obviamente con llave, buscó alguna extra entre las macetas, arbustos, ventana y lo que se encontrara alrededor. No obtuvo respuesta alguna. Pero al dirigirse hacia la parte trasera de la casa, notó que la puerta que daba al pórtico estaba mal cerrada, no dudó en entrar. Llegó al pequeño jardín trasero, en verdad que se esmeraba en tener una casa linda, aunque eso no era lo verdaderamente importante. Desvió su mirada hacia arriba y notó que la ventana del primer piso estaba abierta, supuso que sería fácil subir por medio de una pequeña escalera blanca que estaba llena de plantas de enredadera, ciertamente tuvo que hacer uso de su poca flexibilidad y coordinación para lograr poner un pie en el desagüe que se encontraba en la parte del tejado para así poder aferrarse bien a esa parte de techo y seguir escalando hasta la ventana. Casi se cae en el intento pero al final logró superar ese desafío.
Al parecer la ventana daba a su habitación. En color rosa pastel podía observar lo ordenada y femenina que era su alcoba. A pesar de que no tenía muchas cosas incluso a él le generaba un sentimiento extraño.
Sin saber realmente que buscar, comenzó a abrir cajones y armario, revisar bajo la cama, detrás de los muebles... nada.
Siguió en esa misma planta, de inmediato le llamó la atención un estudio que tenía al final del pasillo. En cuanto entró, supo que había acertado. Por las paredes estaban pegadas fotos... fotos de Gaara, Sasuke, Naruto, hasta de él mismo, Karin, Sai, Orochimaru, Jiraiya... no eran fotos cualquiera, no. Realmente los estuvo siguiendo a cada uno por mucho tiempo; incluso dentro de sus hogares. Lo que más escalofrío le dio fue una en particular donde aparecía él, dormido con las sábanas encima en su cuarto de hotel. Pudo reconocer que la foto era reciente porque cada una contaba con la fecha y hora en la que se tomó, ¿cómo pudo entrar ahí? ¿Dónde diablos estaban todos en ese momento? ¿Cómo no pudieron detectarla? A Itachi se le heló la sangre con esas cosas, más aun que eso no era todo, en el escritorio, estaban los bocetos de algo parecido a... ¿disfraces? Borradores de una especie de máscaras, zapatos, unas botas muy extrañas... eran tantas hojas que las recorrió con su mirada lo más rápido posible, hasta que llegó a la última.
El nombre del dibujo era "El diablo", y tenía incrustados dos cuernos largos y una nariz muy larga. Los ojos negros y hundidos la hacían lucir terrorífica, ¿qué estaba pasando ahí? ¿Su mayor pesadilla se estaba haciendo realidad? Seguía buscando entre cuadernos y carpetas que la chica tenía ahí, no sin antes dejar todo tal cual como ella lo había dejado, y cuando se giró para cerrar la puerta encontró un póster grande con una mandala plasmada en él.
Al centro del dibujo, había una estrella que a su vez se metía en otra y otra estrella formando las típicas figuras de una clásica mandala. Pero en sus cuatro puntos cardinales se encontraban otros juegos de figuras, no estaba seguro de qué eran pero le llamaba la atención que sólo dos estuvieran pintadas... toda la mandala estaba terminada, solo faltaban dos puntos cardinales, el norte y el este, ¿por qué?
-"De un tiempo a acá, a Sasuke le gustaba pintar esas cosas. Según él las recortaba y decoraba para entretenerse. Alguna vez me comentó que eran para el staff" –las palabras de Naruto le hacían eco en los oídos. Después de platicar con él tenía más dudas al respecto, ¿qué significaba todo eso? Además por una vez más su cerebro se iluminó. Los vasos que vio de café... ninguno estaba terminado, al contrario a todos siempre les faltaba algo, o el orden de lo que faltaba cambiaba... ¿Qué describía todo eso?
Comenzó a tomar fotos del lugar con su celular cuando escuchó la puerta de abajo abrirse- "Maldición"- Se dijo así mismo. Corrió tratando de hacer el menor ruido posible hacia la recámara de la chica para salir por la misma ventana por donde entró, sólo alcanzó a escuchar que ella dijo textualmente: "Ya voy para allá, te recuerdo que es un viaje de horas"
Se aproximó a la ventana y para salir al techo se golpeó la cabeza haciendo un poco de ruido, fue cuando la escuchó de nuevo decir que tenía que colgar porque había escuchado algo arriba. Itachi estaba muerto de miedo, así que como pudo y sin importarle realmente si hacía más escándalo del necesario, saltó como un psicópata a la escalera que además ni siquiera la bajó, simplemente se deslizó por ella para salir de inmediato del pórtico; así como en las películas. Corrió a toda la velocidad que pudo hasta llegar a su coche y esconderse dentro de él. Casi de inmediato vio como la chica salió por la entrada principal buscándolo; bastaron algunos minutos para que se metiera de nuevo y al cabo de media hora salió de nuevo pero ahora con una maleta pequeña. "Claro, el viaje..."- se dijo a sí mismo. De nuevo la duda lo embargó, ¿debería seguirla? Por todas las cosas que había visto sabía que tenía relación con Sasuke y Gaara... su hermano siempre fue experto en guardar secretos, pero pareciera que este se le estaba desmoronando a pedazos.
"Cuando tienes tu vida bien cimentada, te sientes el dueño del mundo. Lo tenía todo, y era completamente feliz. Como una de esas estrellas en el cielo, brillante, reluciente, rodeada de sus hermanas estrellas de mayor, menor o igual tamaño listas para ayudarla y asistirla en presencia de algún problema.
Te tenía a ti y a Naruto, ¿qué más podía pedir?, pero cuando se encargaron de destrozar el mejor sueño de mi vida, perdí completamente el rumbo.
La brújula de mi corazón se dañó lo suficiente como para confundir el norte con el sur o el este con el oeste, no me queda más que intentar día con día ajustarla de nuevo. Y para eso, requiero de la redención, no solo la de ustedes, la mía también. Como notarás, desde hace mucho tiempo creo que somos estrellas en el cielo, que pueden ser asesinadas o salvadas por las estrellas que se encuentran a su alrededor ya que depende de ellas para sobrevivir... la simbología que expresan con respecto a la vida que llevamos como humanos, me resulta abrumadora"- la extraña letanía que Sasuke le dijo la última vez que conversaron cuando casi hicieron las paces, ahora tenía sentido.
Así que se trata de esto...- Itachi habló para sus adentros mientras esperaba a que la joven arrancara el coche y avanzara un poco para después ir tras ella. Al parecer ya sabía el verdadero tipo de problema al que se tenía que enfrentar.
Pasada media hora ya estaban entrados en carretera. Él, iba cinco coches detrás de ella. Debido a que ese tramo era completamente recto no habría mayor problema, la seguiría hasta su destino final.
Después de por poco perderla casi dos veces y tres horas y media más tarde, consiguió rastrearla hasta una zona residencial. Prefirió esperar hasta ubicar bien la casa donde se adentró así como las cosas que habían a su alrededor. Qué en realidad no eran muchas porque después de pasar por la caseta de seguridad donde por cierto no había nadie, notó que la distancia entre casa y casa era abismal. Cubiertas y separadas por bosques, era un hecho que en esos lugares podrían pasar mil cosas, más aún porque a la cual se metió era justo la que estaba escondida detrás de colosales rocas... pareciera que en verdad los dueños de ese lugar no querían que fueran encontrados fácilmente. Si no fue porque la chica le demostró el camino accidentalmente, jamás hubiera imaginado que había una construcción en tal lugar.
Ya había entrado la noche y con muy poca luz que se asomaba de la casa, decidió arriesgarse y entrar a investigar. Algo le daba muy mala espina pero ya era muy tarde para retractarse. Entró por el lado de la piscina, es decir la parte de atrás de la casa. Se iba refugiando entre la maleza decorativa para que si alguien estuviera en la casa no lo viera con tanta facilidad. En parte se sentía como un idiota porque ni siquiera llevaba un arma, si pasaba algo, ¿cómo lo afrontaría? Definitivamente su misión en esos momentos era encontrar algo para poder defenderse.
Una vez pisando el mármol del pasillo exterior de la casa, un silencio abrumador lo paralizó por un momento. Sin embargo bajo la tremenda oscuridad no le quedaba más que abrir grandes los ojos para intentar ver algo. Iba caminando, como si de un ninja se tratara. Suave a paso veloz y sin hacer ruido; sin embargo no fue suficiente puesto que al llegar a toparse con la puerta que permite el acceso a la casa y encontrarla cerrada, solo sintió un duro golpe en la nuca con algo lo suficientemente pesado como para dejarlo inconsciente.
Una vez tirado en el piso, fue que se pudo observar la figura de su hermano menor detrás de él, con una de las piezas de piedra ónix que fungía como adorno del pasillo exterior de la casa. A pesar de su pequeño tamaño, la piedra era lo demasiado pesada como para noquear a alguien. Así lo tuvo que hacer Sasuke, fue una completa sorpresa verlo ahí desde el primer piso mientras permanecía sentado viendo la luna.
Una distracción imperdonable de parte de su ayudante. Lo que más le preocupaba era qué tanto sabía Itachi para ese entonces. Pero al final quería creerse cuando se repetía una y otra vez que con lo último que sucedería, hasta su hermano se tragaría su historia. Horas después, era despertado de su sueño inducido a causa del somnífero que su compañera le inyectó por su hermano que le hablaba por su nombre.
Sasuke se encontraba algo desorientado y hasta cierto punto perturbado. Por un momento había olvidado que su hermano logró encontrar el escondite, y tuvo que golpearlo para poder controlar la situación. Debido a que tenía una mordaza en la boca e Itachi no, era un tanto desesperante que no pudiera hablar, pero así mejor. Era la hora. Ya había comenzado.
-Sasuke, no debes de preocuparte –le hablaba con un poco de dificultad puesto que aún se sentía anestesiado por la droga- voy a sacarte de aquí... -Itachi trataba de erguirse con su propio peso pero le resultaba imposible. Era como si todas las energías se le hubieran ido en un abrir y cerrar de ojos. Se sentía completamente agotado, pero su cara no daba cabida a la felicidad que sentía de ver a su hermano menor vivo y sano en lo que cabía de esa situación tan frustrante. Si bien era una desventaja que los dos hubieran sido capturados, al menos podía constatar que su pequeño estaba ahí. Sasuke respiraba y aparentemente lucía bien, a excepción de algunos golpes que se notaban en su cara.
Antes de que pudiera hacer otra cosa, el menor de los Uchiha trataba de generar monosílabos, puesto que la mordaza en su boca lo único que le generaba era ensuciarse con su propia saliva puesto que no le permitía mencionar palabra alguna. De acuerdo con su expresión facial y sus intentos de monosílabos, le daba a entender a Itachi que se quedara quieto, que guardara silencio, o que le ayudara a zafarse las cuerdas que lo amarraban y restringían.
En el momento en el que Sasuke se puso de rodillas sobre la cama, dándole la espalada a la puerta que daba entrada a la habitación fue que empezó todo.
-¿Qué diablos creen que hacen?-De la nada con una voz ronca y sonora, de un portazo un espectro cubierto de ropas, una chamarra negra y una máscara que Itachi conocía muy bien apareció en escena empujando la cara de Sasuke contra la cama. La desesperación del mayor hizo presencia automáticamente-
-¿Qué quieres de Sasuke? ¿Por qué estás haciendo esto?–Habló Itachi recargado en la pared. El sujeto con la máscara volteó a verlo, sin decirle mayor palabra tomó al menor en cuestión del cabello, para ese momento aún tenía su rostro contra la cama. Una vez que lo alzó con la fuerza suficiente como para que el muchacho hiciera una expresión de dolor, lo jaló hacia la esquina de la cama que se encontraba más cerca de Itachi, lo tiró fuerte contra el piso; el sonido fue parecido a cuando un costal de papas se estrella contra el suelo.
La expresión de Sasuke lo decía todo. El sujeto se encargó de que la cara del menor quedara justo enfrente de la de su hermano para que pudiera ver todo su sufrimiento. El mayor gritó su nombre, lucía tan preocupado, con impotencia... sobre todo porque el efecto del fármaco todavía funcionaba bien en su cuerpo-
-Lo que quería de Sasuke, ya lo tomé –en cuanto el espectro habló y dijo eso, el menor se tensó un poco. No por lo que dijo en sí, sino porque eso no estaba incluido en el guion- La verdadera pregunta, es que quiero de ti, Uchiha Itachi –Sasuke no comprendía que estaba pasando, ese no había sido el acuerdo y lo que estaba haciendo y diciendo la chica no fue lo que ensayaron, ¿por qué ella?...
Ni siquiera le dio tiempo de pensar eso, de la nada el primer golpe en su espalda se hizo resonar por la habitación. Trató de girarse en medio de la confusión y gritos de Itachi. Tenía que verla a los ojos para que le diera una buena explicación de por qué estaba haciendo eso, pero fue en vano; en cuanto lo hizo le dio una patada directamente en la cara... era un hecho que tenía la nariz fracturada. La sangre con el dolor no tardaron mucho en llegar, las quejas del menor se hacían notar a pesar de que tenía la mordaza. La sangre fluía por su garganta, tenía que tragársela lo cual resultaba difícil teniendo la boca obstruida. Sentía como se ahogaba. Solo podía retorcerse, tratar de moverse de un lado a otro para que los golpes no le dolieran mientras su hermano mayor incluso lloraba implorando porque el otro dejara de lastimar al Uchiha menor.
De repente los golpes cesaron. El sujeto se acercó a la puerta para acarrear consigo una mochila pequeña, de ella sacó un martillo pequeño. Itachi se puso pálido, sentía que se iba a desmayar, mientras que Sasuke comenzó a invadirse también de miedo porque en su rostro, detrás de la máscara del diablo se encontraba lo que alguna vez fue su testigo y cómplice. No entendía por qué, pero sus acciones tenían una razón que hasta el desconocía, ¿A caso iba a matarlo? ¿Cómo podía ser posible después de todo lo que vivieron e hicieron? ¿Se volvió loca o siempre estuvo así? ¿Resultó engañado también? ¿Lo manipuló para llegar hasta ese punto?-
-Seguramente debes de estar haciéndote muchas preguntas, Sasuke –el sujeto caminaba alrededor de los dos hermanos- ¿Por qué te traje aquí? ¿Para qué tantos días de tortura? ¿Cuál es mi verdadero objetivo? ¿Cuáles son mis verdaderos planes? La respuesta es sencilla –se pausaba un poco jugando con el martillo- yo te utilicé –sentenciaba- decidí que lo mejor sería usar un cebo, una carnada fresca, algo que despertara las emociones de Itachi lo suficiente como para poder tenerlo tan cerca –susurraba con sorna en el oído del menor, pero hablaba lo suficientemente alto para que el otro también escuchara- Si Sasuke. Fuiste la pieza más importante de este rompecabezas –sonreía de forma lasciva- después de tanto tiempo, me di cuenta de que para acercarme a tu hermano, necesitaría más que simples amenazas del montón. Requería de un verdadero arsenal, de una acción verdadera para poder llegar hasta este punto –las caras de los chicos lucían tan incrédulas y sorprendidas... era un hecho que no entendían de qué estaba hablando, y Sasuke se sentía realmente preocupado- Decidí hacer todo lo que hice, porque mi verdadero objetivo no eres tú –el tipo se alzaba sobre su propio cuerpo, dándole una mirada retadora a Itachi- sino tu hermano, Uchiha Itachi –en ese instante un silencio inundó la sala, el cual después fue interrumpido por una sonora risa.
El sujeto al fin se quitó la máscara, y ambos pudieron ver el rostro de la mujer- Lo siento mucho Sasuke, pero nuestro juego acaba ahora. Al principio no puedo negar que fue muy divertido, especialmente por cómo me burlé de ustedes en sus caras y jamás se dieron cuenta de eso –la chica se cruzaba de brazos- pero como dije, mi vuelo sale en un par de horas y no pienso perderlo, así que acabaré rápido con ustedes...
-¿Por qué, haces todo esto? –Decía un Itachi alterado y confuso-
-Esa arrogancia tuya nunca cambiará, ¿cierto? Los Uchiha sí que son problemáticos –la joven se rascaba la cabeza- incluso en una situación así, su actitud sigue siendo la misma... -suspiraba con decepción- verás –le hablaba de forma sonriente, algo que hacía poner más molesto a Itachi- en la vida, hay personas que marcan diferentes periodos, de los cuales pueden ser periodos buenos o malos de tiempo. Donde el futuro de la vida de la persona se esclarece, se encamina, se forma...
Para muchos, el conocer a una persona les cambia la vida para bien o para mal... y tú Itachi –lo señalaba con el martillo- ¡marcaste mi vida para mal¡ -esta vez lucía completamente alterada- yo para ti no signifiqué nada, eso me queda muy claro pero, ¿cómo puedes olvidar así a las personas? –Su personalidad cambiaba de nuevo a una triste y llorosa niña- fuiste todo para mí, ¿de verdad no fui suficiente? Ustedes solo se dedican a romperle el corazón a las demás personas, ¿para qué? ¿Para presumirlas en una lista? ¿Para declararse los mejores rompecorazones de la década? ¿Por ego u orgullo?
-Tú... -Itachi se veía abruptamente interrumpido-
-Está vez la que va a hablar aquí soy yo, y si no coperas conmigo, Sasuke va a sufrir mucho dolor –sonreía mirando al menor, agachándose y colocando el martillo cerca de la rodilla del chico- lo que quiero esta vez de ti no son palabras de amor, detalles o disculpas... quiero que veas y experimentes en carne propia lo que significa el dolor verdadero. Pero no te preocupes, me cercioré de que tu físico no sea dañado en lo más mínimo, para eso traje a Sasuke –el joven no pudo evitar girar el rostro para verla. Su rabia, enojo y desesperación realmente la divertían, al final, ¿quién fue peón de quién?
-¡¿Cómo te atreves?¡ -Los gritos de Itachi eran música para sus oídos-
-¿Cómo te atreves tú? –Volvía a señalarlo- tú eres el que nos puso en esta situación tan complicada a Sasuke y a mí. Si tan solo me hubieras valorado... ¿no te das cuenta? Aunque para ti una chica nueva no signifique nada, no quiere decir que para ella tu no signifiques algo –dejaba correr un breve silencio entre oración y oración- lo más decepcionante de todo, es que a pesar de que incluso la vida de tu hermano está en riesgo, no eres capaz de recordar quién soy o que signifiqué en tu vida –en ese instante, de nuevo su humor cambió para mal. A pesar de que estaba de pie, se colocó por detrás de Sasuke y tomando impulso con el martillo, liberó un golpe en su hombro izquierdo. El chico cayó al piso retorciéndose de nuevo. Incluso con la mordaza, sus gritos se escuchaban aun peor. Aunque Itachi pataleaba tratando de zafarse de las cuerdas era imposible... solo pudo aflojarlas un poco.
Ni siquiera él estaba seguro de saber por cuanto tiempo estuvieron ahí. Para cuando las cosas ya se terminaban, Sasuke nunca logró reincorporarse del suelo, simplemente se acostó boca arriba sin mirar a ninguno de los dos.
Fue hasta que la chica apuntando directamente a Sasuke con un arma que después de un rato, la intercambio por el martillo dentro de la mochila, pudo recordar vagamente todo. Muy vagamente comprendió quién era y por qué estaba ahí.
Pudo recordar que el nombre escrito en el papel no era de alguien cualquiera. Por fin los recuerdos salieron a la luz, demasiado tarde. Yamanaka Ino –Ese nombre brilló en su mente- En cuanto lo supo, solo pudo ver como en cámara lenta la pistola se accionaba, la salida de la bala, el rastro de pólvora, el rostro de Sasuke y la forma en cómo la bala entró a su pecho.
Su hermano recibió un disparo en el pecho y al compás de una risa infantil, la joven tomó la mochila entre sus manos, dejó caer el celular del mayor de los Uchiha en la puerta de la habitación y salió del lugar a toda velocidad
-"El dolor que sentiste al ver a tu hermano de ese modo. El dolor de que lo perderás, no es comparado con lo que tú me hiciste..."- Fue lo último que dijo antes de marcharse. Era un hecho que estaba huyendo, y que ambos se encontraban en serios problemas; además de la gran cantidad de sangre que Sasuke perdió y que estaba perdiendo, era obvio que el daño que le causó la bala estaba a punto de matarlo. Necesitaba llegar al teléfono, necesitaba ayuda pero ya.
-"¿Cómo pudo hacerlo?" –Entre lágrimas, Itachi trataba de pararse para llegar hasta el celular- ¡Sasuke no te duermas¡ estoy aquí, por favor no te duermas –al ver que de momento dejó de reaccionar, fue que logró ponerse en pie y a zancos llegar hasta el móvil- ¡Sasuke¡ ¡no te mueras Sasuke¡ -podía entender y ver las cosas con claridad. Comprendía bien hasta donde estaba la responsabilidad de su hermano menor y hasta donde la de Ino. Lo que empezó como un plan maquiavélico terminó como uno completamente escalofriante.
-"De cualquier modo si tu hermano sobrevive, ten por seguro que me cercioraré de que no lo culpen por nada. Grábate esto: todo lo que viste, veas y verás, fue obra mía. Si se salva, será libre. Pagó por adelantado su cuenta, mientras que tú y Naruto, al fin lograrán redimirse" –jamás podría olvidar, las últimas palabras que Ino le dedicó-


Mi amigo, mi esposo y mi amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora