-Bien, -el hombre de cabello cano se mantenía tan insistente, que todos rogaban para que ya terminara con ese suplicio. Sin embargo a él, parecía no importarle en lo absoluto, sólo seguía y seguía, con ese mismo tono tan molesto de antes- descuiden chicos ya casi terminamos, sé que no les gusta nada que esté aquí. Pero es para que el público esté al tanto de la tragedia que se ha dado –una vez que terminó de hablar, dedicó su mirada en alguien más importante- Jiraiya... -dejaba unos segundos al aire la frase, generando curiosidad entre los asistentes- Punto número uno, ¿cómo te sientes al respecto? Actualmente sabemos que los padres del chico te dejaron a cargo de él y su hermano. Y punto número dos, ¿cómo se encuentra Itachi? hasta el momento no hemos escuchado declaraciones suyas –hablaba serio pero sin dejar esa voz tan irritante que incomodaba a toda la sala-
-Contestando a tu primera pregunta... –el hombre lucía algo cansado, pero principalmente las personas que lo conocían, podrían decir que en realidad estaba muy preocupado. Jiraiya tenía ojeras bien marcadas después de no dormir bien en varios días, su cabello enmarañado y revuelto lo hacía ver más demacrado, como si la edad le estuviera pesando.
Se sentía como si un tractor le hubiera pasado por encima; para esos momentos aunque no lo demostrara, al igual que media sala ahí presente, sólo quería acostarse y que Sasuke apareciera mágicamente. Desde el día en que desapareció no podía dejar de sentir culpa; los recuerdos de la última vez que habló con los padres de Sasuke lo abrumaban lo suficiente como para querer morirse y culparse una y otra vez por no haberle puesto la atención necesaria al menor, por permitir que se alejara de Itachi, por no tomarse enserio que el moreno no aparecía por ningún lado. Sí, y además de todo tenía que sentarse y poner su cara de idiota frente a una bola de ineptos que sólo se dedican a hacer su estúpido trabajo mediático de hacer preguntas incómodas- me siento frustrado, enojado, triste. Como cualquier persona normal cuando pierde a un ser querido –se pausaba un momento mientras observaba a la gente ahí presente. Cruzó su mirada con Karin y continuó- así que sí... en definitiva le pido a Dios y a todos los santos de cualquier religión que Sasuke esté bien, –agachaba el rostro con desolación- sólo espero que regrese a casa sano y salvo. No pido más que lo que todos en este lugar quieren... -enseguida, tomó algo de saliva, colocó ambos codos en la mesa y siguió- en cuanto a la segunda... ahora te pregunto yo a ti, ¿si nuestro dolor es tan grande como puedes verlo ahora, podrías imaginar lo que siente Itachi? -La voz del hombre ya mayor resonaba con recelo en la sala. Y naturalmente tenía razón; Itachi estaba hecho un manojo de nervios por su hermano. Buscaba por debajo de las piedras, puso a mover a todos el cielo, mar y tierra para encontrarlo; pero sin tener respuestas todavía, la tristeza lo estaba acabando- así que esperaría un poco de respeto de tu parte, Kakashi... hasta un periodista debería de saber cuándo detenerse –en ese instante alejó el micrófono, con brusquedad se levantó del asiento y salió de la sala en un silencio sepulcral.
Enseguida, Orochimaru tomó el mando de la entrevista, seguramente ya era hora de parar, todos estaban exhaustos, pero el peliplata decidió volver a interrumpir
-Orochimaru, quisiera... -en ese instante se veía interrumpido por una respuesta abrupta y golpeada del susodicho, cosa que no le interesó en lo más mínimo puesto que incluso los demás periodistas ya sabían de lo que se trataba. En un segundo todos sus celulares comenzaron a sonar y contenían el mismo mensaje. Después de esa situación tan extraña, el de pelo negro se quedó observando al otro, y su sorpresa sopesó cuando Kakashi retomó lo que estaba diciendo hace un momento- me acaba de llegar una noticia de última hora...
A unos diez kilómetros del hotel donde se estaba llevando la rueda de prensa, la televisión tenía transmitiendo lo mismo en todos los canales. Eran alrededor de las nueve y media de la noche, todos hicieron un corte informativo, había una noticia de última hora.
Itachi se levantó de la cama para subirle el volumen un poco más a la televisión dado que no tenía idea de donde había quedado el control del aparato. Enseguida notó como apenas la agencia de la policía de la ciudad había montado un pequeño escenario para que el capitán Asuma que se encontraba a cargo de la investigación hiciera acto de presencia. En ese instante un nudo en el estómago se le hizo al chico; imaginaba lo peor, sentía que el corazón se le iba a salir, la cara de Asuma por lo que podía notar no era muy amigable, y se veía a leguas que las personas de la agencia que ahí se encontraban estaban algo impactados. Como si la historia hubiera dado un giro inesperado.
Decidió sentarse, algo en el fondo le decía que sería lo mejor. Y vaya que tenía razón después de un breve discurso introductorio, el capitán mencionó las palabras mágicas que Itachi jamás hubiera querido oír jamás-
-...Es así, que después de recibir una llamada anónima el día de ayer en el centro nacional de emergencias, se dio el aviso de un posible descubrimiento de un cuerpo cercano a la zona donde se vio por última vez a Uchiha Sasuke –el hombre se pausaba solo un poco, sabía que Itachi debería de estar viendo, y dado que no le comentó nada, quería que dentro de lo que fuera posible, le resultara digerible lo que estaba diciendo- de acuerdo a las pruebas encontradas, puedo decir que el cuerpo no pertenece al joven, por lo que estamos investigando su posible identidad en estos momentos, dado que las características con las que cuenta el cadáver no permiten hacerlo con facilidad. Y antes de que me lo pregunten, y debido a que sigue siendo una investigación abierta, sólo puedo decir que el cuerpo está asociado al caso de Sasuke. Mientras tanto, pido paciencia y que los medios televisivos sean conscientes, es hora de mostrar respeto por la familia que busca a este chico. Gracias... -después de eso, sin importar nada, la prensa fue corriendo tras él, mientras el presentador de noticias terminaba el enlace y cadena nacional regresaba a lo suyo. Itachi por otro lado, iba recibiendo el mensaje de Asuma donde le decía que en alrededor de quince minutos, estaría ahí para hablarle acerca de todos los avances de la situación.
Los minutos parecieron horas para el pobre hermano mayor, que cuando escuchó el resonar de la puerta, bastaron dos segundos para que abriera. Discretamente Asuma entró al apartamento, y prosiguió a comentarle todo lo que Itachi tuviera que saber-
-Antes que nada, necesito que te sientes –el capitán mantenía una voz calmada, serena, lo suficiente como para lograr que el chico hiciera lo que le pedía. Enseguida continuó- ayer por la tarde, una persona llamó a emergencias diciendo que había encontrado un cuerpo cerca del bosque. Yo fui enterado de la situación hasta que supieron que el lugar donde lo encontraron era por donde Sasuke fue visto por última vez...
-Pero has dicho hace un rato que está ligado a mi hermano, ¿quién es? –Itachi interrumpía de manera abrupta. Realmente no le interesaban mucho los detalles, solamente como era que se relacionaba ese cuerpo a Sasuke-
-Sí. Lo hice porque a pesar de que no está en condiciones de ser reconocido a primera vista, encontramos su identificación...
-Asuma, por favor... -El joven perdía la paciencia, a lo que recibió como respuesta otra abrupta interrupción-
-Es Gaara, ¿de acuerdo? –Soltaba de golpe, para ver a Itachi como estaba a punto de desmayarse- ¡Hey, Itachi¡ -Lo sujetaba del hombro con fuerza- tranquilízate, iré por agua- el mayor esperaba que el de pelo negro no perdiera el conocimiento o de lo contrario serían más problemas que amedrentar. Afortunadamente, bastó algunos segundos para que volviera en sí; una vez que lo logró, se mantuvo mirándolo, sin estar ahí emocionalmente, como esperando que algo más sucediera. Cuando su mente regresó de algún lugar, el chico prosiguió-
-Gaara –murmuró dejando la frase al aire, pero después continuó- ¿en verdad es él?
-Encontramos su identificación a unos metros del cadáver. Pero aún tenemos algunas dudas. Hay partes de la escena que no logramos entender
-¿A qué te refieres con eso? –Fruncía el ceño-
-De acuerdo a las indagatorias y a lo que he visto, suponemos que es una escena montada. Las pistas demuestran que el cuerpo no fue incendiado ahí y que alguien quería que descubriéramos a quién le pertenecía... -se cruzaba de brazos, manteniéndose calmado como siempre- la persona que está detrás de esto está jugando con nosotros. Las investigaciones suponían que Gaara estaba involucrado, pero ahora que ha sucedido esto, es probable que no estuviera trabajando solo, o que solo fue un peón en esta situación...
-¿Tienen idea de quién más puede estar involucrado? –Ante eso, el capitán calló por unos momentos, no estaba seguro en decírselo-
-Sabes que necesito saber... -lo miraba con lágrimas escurriendo en sus mejillas-
-Con lo que acaba de suceder...-desviaba la mirada- las sospechas en Naruto se han incrementado de nuevo... -suspiraba a la par que observaba por el rabillo del ojo como Itachi se desmoronaba aún más- todo está en su contra. Y ahora, todo apunta de nuevo hacia él. La relación que tenía con Gaara a escondidas de Sasuke es razón de mucho peso para pensarlo.
Han salido muchas cosas a la luz... aparte de lo que sucedió entre él y tú, están Sakura, Gaara... desechamos a la chica en el momento que declaró todo lo que sabía. Las cosas que Sasuke hacía por Naruto y como lo salvó tantas veces para que su empresa no se hundiera en el lodo, las peleas que tenían desde hace ya tantos meses, las transacciones extrañas en la cuenta de Sasuke, el dinero que mágicamente aparecía en las cuentas que Naruto tenía en el extranjero...-el hombre se pausaba para prender un cigarrillo, la verdad es que estaba mucho más ansioso de lo que parecía- tú y yo sabemos que cuando Naruto toma no es la mejor persona del mundo... tenemos declaraciones de tu hermano insistiendo en que Naruto se estaba volviendo agresivo. Sabemos que la última vez que se vieron no terminaron bien y casi Naruto lo golpea...
-¡Por favor, detente¡ -El chico se llevaba ambas manos a la cabeza, tapándose los oídos, ya no podía soportarlo más. Se levantó del golpe dirigiéndose a su habitación, seguido del capitán que seguía hablando- no quiero escucharlo, no es posible... no puede ser posible que Naruto...
-¡Itachi¡ -El mayor lo tomaba de los hombros con fuerza para voltearlo y poder entablar contacto visual con él. Después de un breve forcejeo y que Itachi abriera los ojos, siguió hablando- las pruebas son irrefutables, es casi un hecho que él lo hizo. Ahora lo más importante es saber en dónde está Sasuke...
-¿Qué pasará con Naruto? –No podía evitar seguir llorando. Parecía que todo se estaba desmoronando a pedazos. Y la culpa. La insiste culpa de que si en verdad Asuma tenía razón; entonces fue él quien metió a Naruto a sus vidas, y si algo le sucedía a Sasuke... no se lo perdonaría-
-En estos momentos mi equipo está yendo a su departamento... encontramos cabello en la escena del crimen... y puede que encontremos coincidencia...
-No... -el joven murmuraba. El frío de la noche comenzaba a envolverlo con recelo. No quería y no podía creerlo.
Mientras, a unas dos horas de distancia, en un mini-súper, un chico con ojos verdes y cabello castaño se acercaba a la caja para pagar sus compras de la noche. Llevaba consigo una botella de whisky barata, una caja de huevos, una botella de leche, un paquete pequeño de jamón y tres latas de atún. Pagó como si nada y una vez que salió de la tienda pidió un taxi para que lo llevara lo más cercano posible a su casa, aunque claro, sin que el taxista se diera cuenta de la situación.
Una vez que bajó del coche, siguió caminando por alrededor de unos veinte minutos. Arrastraba sus ropas, unos pants azules ya viejos, tenis negros y una sudadera negra a juego con un gorro tejido pero desgastado del mismo color. A primera vista muy bien podría pasar por un indigente, pero debido a que se notaba su corta edad, la gente pensaría que se trata de un muchacho bandolero que consume drogas y bebe alcohol, originario de una de esas calles peligrosas y pobres de la ciudad.
Sin que nadie lo viera se adentró en el bosque, siguió caminando y al fin llegó a su fortaleza. Antes de ingresar y ponerse en contacto con las cámaras de seguridad de ese maravilloso lugar, de la mochila que llevaba al hombro, sacó unas botas estilo militar que tenían una especie de plataforma escondida en el fondo; cuando se las puso lucía mucho más alto que antes, después optó por sacarse la sudadera, y ponerse una gabardina negra que tomó de debajo de una de las rocas que se encontraba a su lado; así como una máscara de payaso que ocultaba bien su cara. Una vez que acomodó de nuevo las piedras, se dirigió directo a su casa, entró por la puerta principal sin olvidar llevar guantes al momento de sujetar la manija. Fue directamente al baño, y una vez que salió del radar de las cámaras de seguridad se quitó todo con sumo cuidado, guardándolo en una bolsa negra que tenía ya preparada. Ya que de nuevo su cara podía observarse frente al espejo, con ambas manos se quitó la peluca que tenía puesta, así como sus pupilentes. Colocó todo en la misma bolsa que antes, y ya completamente desnudo, con un cuchillo que estaba escondido en la esquina inferior del tapate, se cortó en el brazo derecho unas dos veces, en el costado izquierdo, derecho, enfrente, detrás... por último con su extraña flexibilidad logró cortarse la mitad de la espalda. La sangre caía y se movía de un lado a otro, como si alguien más lo estuviera azotando. Se aseguró de ensuciar todo el lugar con su sangre, tiró y rompió todo lo que se encontraba a su paso, gritaba, azotaba la puerta fingiendo como si alguien lo jalara hacia dentro. Para terminar esa noche, tomó la botella de alcohol que había comprado, la abrió con brusquedad y después de darle un trago fuerte, lo empezó a derramar en su cuerpo. Ardía como los mil demonios pero todo estaba saliendo a la perfección, podía gemir de dolor a puro pulmón, se tiró al piso, abrió como pudo la puerta y arrastrándose salió de la habitación. Sólo avanzó unos cuantos pasos, lo suficiente como para que la cámara lo viera y ahí se quedó. Dormiría esa noche ahí. Sabía que a la mañana siguiente empezaría el proceso judicial de Naruto.
Se quedó boca abajo, apenas y se movía... sí, de ese tamaño era la locura de Sasuke. Sí, hasta ese nivel era capaz de actuar. Ya fuera por berrinche, por escarmiento, por castigo... además ya estaba a la mitad de la operación, no podía retractarse ni echarse para atrás, mucho menos ahora que se había desecho de Gaara.
Sí. Lo había terminado. Después de haberlo noqueado con un martillo decidió llevarlo al bosque donde estuvieron grabando; donde había sido la última vez en donde lo habían visto, y ahí, con un galón de gasolina decidió prenderle fuego. Todo fue rápido, ágil, sin emoción; con más adrenalina de lo que pudo haber pensado. Si bien al principio le tembló la mano para golpear a Gaara, sabía que no podía dejar cabos sueltos y mucho menos uno tan tonto e idiota como ese.
Solo bastaron algunos besos y una pequeña distracción, que cuando Gaara se volteó y adelantó para meterse al lago, Sasuke sacó el martillo de una cubeta que se encontraba cerca de ahí. Ya lo tenía planeado. Siguió caminando hasta estar detrás de él, tomó el impulso necesario y lo golpeó una tras otra, tras otra vez. La escena era salvaje, violenta y sádica. Todo estaba oscuro, solo la luz de luna y sus pupilas dilatadas le permitían ver con claridad; escuchaba los gritos de Gaara pidiendo que se detuviera hasta que perdió el conocimiento; la sangre salpicó por todos lados. Sasuke lucía como una bestia, fuera de sí... no dejaba de golpear... después de tantos años de represión, de reprimirse así mismo, de mostrar su mejor cara, de fingir ser de piedra, de no sentir nada, de que nada le afectaba... por fin estaba saliendo a relucir su verdadera cara.
La sanguinaria, vulgar, lasciva, salvaje, violenta, sádica, enojada y decepcionada que tenía y que por tanto tiempo había ocultado.
Lo arrastró al coche que el pelirrojo había conseguido sin levantar sospechas y condujo hasta aquel lugar, una vez ahí prosiguió a rociarlo con gasolina, colocando el martillo a un lado de sus brazos, y con un cerillo comenzó el incendio. Se quedó ahí, observando como el fuego lo consumía todo. No pudo evitar derramar algunas lágrimas, pero ya no eran de tristeza, sino de enojo...ira, mucha ira.
Cuando el fuego estaba en su completo apogeo, de una de sus bolsas de la sudadera que llevaba consigo, sacó un cepillo envuelto con papel y comenzó a quitarle los restos de cabello que estaban consigo. Cuidadosamente los colocó por todo alrededor, dejando que algunos se quemaran; mientras una hebra sobreviviera, sería suficiente, sólo eso.
Una vez que finalizó con ello, se subió al coche, lo encendió y siguió marcha arriba por un camino de terracería hasta llegar al río. Ahí se quitó sus ropas manchadas de sangre, abrió la cajuela sacando una nueva muda y se cambió en el acto. Tomó su celular que estaba dentro del coche y esperó una nueva llamada. Diez minutos más tarde, de entre los arbustos un coche con una cara conocida se acercaba. La cara de Sasuke se mantenía firme, como si nada estuviera pasando; esperó a que la otra persona bajara del carro, se saludaron y el moreno intercambió sus ropas sucias por otra bolsa de plástico que la otra persona le entregaba.
-Así que ya está hecho –ese ser le hablaba con calma, tranquilidad, como si fuera cualquier cosa- ya casi terminamos...
-El final será glorioso... –Sasuke le respondía con apatía, y de manera más sarcástica que emocionante-
-Vamos, todo está saliendo perfecto, deberías de estar contento –la persona con la que platicaba le decía de manera burlona, a lo que el chico solo la miraba con seriedad-
-Estoy cansado –el chico respondía con serenidad- aún tengo que seguirte...
-Será un viaje corto –le sonreía ligeramente- vamos antes de que se haga más tarde... -puestas así las cosas, ambas personas se subieron a sus respectivos coches. Sasuke la siguió por el camino por donde había cruzado antes, para enseguida desviarse y llegar a una autopista después de conducir media hora en el lodo. El suelo era tan fangoso que se pudieron quedar atorados, pero era lo suficientemente seguro como para que las huellas de las llantas desaparecieran en poco tiempo.
Ya llegados en la autopista, continuaron por una hora y media más, hasta que al fin llegaron al taller donde Sasuke guardaría el coche que ya no usaría más. Simplemente lo desarmarían y venderían las piezas; nadie se enteraría que ese auto alguna vez existió.
La ropa sucia la quemaron de inmediato, ahí mismo en el taller; cuando terminaron, el chico de pelo negro se cambió la ropa que le habían conseguido. Estaba a punto de irse pero fue detenido.
-Deberías de quedarte esta noche...
-No es seguro... –el chico le dedicaba una mirada profunda-
-Sasuke –se escuchaba súplica en su voz- será más sospechoso ahora. Piénsalo bien...
-¿Y las cámaras? ¿Qué se supone que haré con ellas? Ya mucho me he arriesgado de que la policía las va a encontrar...
-Ya te he dicho que yo me encargaré de eso... es más –le dedicaba una amplia sonrisa- ya he empezado a hacerlo, ¿quieres ver?
-¿Qué es lo que tienes? –El joven arqueaba una de sus cejas, no podía creer que en verdad la persona que estaba parada frente a él tuviera ese tipo de habilidades. Mucho menos poder manejar a lo lejos los videos de tantas cámaras de seguridad.
La acompañó hasta una de las habitaciones cochambrosas de ese lugar y una vez ahí, le demostraron lo que tenía que ver. Efectivamente, las cintas sólo incluían fragmentos donde se veía claramente el abuso que Gaara ejercía en él, día y noche. Incluso las fechas, las horas, todo concordaba a la perfección. Era una obra por la que estaba dispuesto a pagar, así fueran millones, su peso valía en oro y plata.
Más aún, la sorpresa de lo bien que había quedado la imagen de un segundo atacante, que sería de hecho la cereza del pastel en medio de toda esa situación. Simplemente maquiavélico...-
-¿Estás impresionado? –Le respondía con gracia-
-¿Tú que crees? –Contestaba Sasuke sin dejar de demostrar su mirada atónita, pero con una sonrisa divertida-
-¿Cuánto tiempo? –Le preguntó a secas a la par que guardaba las grabaciones en una mochila negra-
-Un par de días... cuando te lo indique entrarás a la casa y esperarás en el baño...-lo volteaba a ver con frialdad- dado que no eres como Gaara y te da tanto miedo tocarme, necesito que esperes a que haga lo que tenga que hacer. Simplemente saldrás del baño y te marcharás, ¿entendiste?
-Sólo dame las instrucciones, ya sabes que puedo hacer cualquier cosa por ti –le guiñaba el ojo-
-Eres una persona tan molesta...
-Y pensar que necesitas tanto de mí....Sasuke –le hablaba separando las sílabas de su nombre, y acercando sus labios a los del otro chico, el cual se quitó en un segundo-
-¿Qué esperas? ¿Piensas que dormiré aquí? Al menos dame un colchón... -respondía de mala gana cambiando el rumbo de la conversación-
-Oh vamos, sí que eres un amargado, deberías de tomarte las cosas más a la ligera –ante eso, el menor optó por darse la media vuelta e irse a meter a uno de los carros que estaban estacionados. Preferentemente al que condujo el otro individuo para evitar cualquier tipo de problemas. Así las cosas serían más fáciles.
Todo estaba ya montado. El cuerpo, la incriminación, la culpabilidad. La policía no tardaría mucho en demostrar que Naruto había asesinado a Gaara. Al menos ya lo meterían a la cárcel por eso. En el momento en el que le dieran la sentencia, entonces él aparecería.
Las grabaciones ya estaban listas, sólo necesitaría que su segundo cómplice estuviera cerca el día del juicio final, como así lo llamaba él. S
Sus heridas estaban perfectas, algunas ya sanando, otras con cicatrices, todavía tenía que hacerse más... no significaba ningún problema para él.
Así lo hicieron. El ataque del baño... cuando Sasuke quedó tirado en el piso, no hizo más que ocupar sus talentos de actor y esperar a que el otro se pusiera la máscara que había dejado. Actuaba como si ya estuviera al borde de un colapso, su sangre seguía ensuciando la alfombra, y de repente sintió los guantes de nitrilo fríos en su piel. Cerró los ojos como si estuviera inconsciente y dejó que lo arrastraran hasta la habitación contigua. El otro ser prendió una cámara de video casera, mientras proseguía a violar al menor con la botella de whisky que habían usado antes. Lo hacía con rudeza, mojando la cara de Sasuke con alguna sustancia extraña que sólo parecía ser de color café. Definitivamente su actuación estaba llegando a otro nivel.
Al final, la duración de esa cinta fue de dos horas y media; donde a ratos el chico se despertaba y gritaba, mientras que la otra persona lo golpeaba, hasta desmayarlo nuevamente... brutal, no existía ninguna otra palabra para describirlo.
Por lo menos, ya estaban casi a punto de acabar con todo, a la mañana siguiente lo que tanto esperó Sasuke sucedió.
La historia tomó un giro inesperado. Cuando todo mundo comenzaba a tener ligeras esperanzas en Naruto, llegaron los resultados de los análisis periciales. El cuerpo cremado pertenecía a Gaara, y habían rastros de DNA de Uzumaki Naruto presentes en la escena así como en el arma homicida. Era el fin. El chico sería mandado a juicio por el asesinato de Gaara y por la desaparición así como sospecha de homicidio doloso de Uchiha Sasuke.
La última parte del show estaba a punto de comenzar.
"Este plan, será mi plan maestro" –se dijo así mismo después de escuchar la noticia, en tanto dejaba que lo ataran con fuerza de pies y manos. Rato más tarde, sería hora del gran escape.
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Mi amigo, mi esposo y mi amante
FanfictionAunque la vida laboral de Sasuke se encuentre en uno de sus picos más altos, ¿será capaz de perdonarle lo imperdonable a Naruto?