Sasuke despertó al día siguiente alrededor de las ocho y media de la mañana. Se levantó con pesadez, cansancio y enormes ojeras, para después encontrar una pequeña nota arriba de la mesa. Al parecer Naruto regresaría a eso de las once.
El moreno decidió bañarse y arreglarse un poco, seguramente iría con el rubio a algún lado y quería estar listo para cuando volviese. Terminando, se echó en la cama. Dormitó mientras dejaba que sus ideas fluyeran pensando lo que sería mejor después de lo que pasó en la noche. Dejaba levantada una de sus manos, mirándola ensimismado.
-¿Por qué no me atrevo a dejarlo? –Hablaba para sí mismo, pero esta vez en voz alta- desde que lo vi con Itachi sabía que no iba a funcionar... ¿A qué le tienes miedo Sasuke... en verdad a qué le tienes miedo? –Cerraba sus ojos con fuerza, dejándose invadir por las emociones de ese momento- ¿Enserio me quieres? ¿Yo te quiero? ¿Qué es lo que en verdad te importa Naruto? Si te digo que me he visto con Sai, ¿qué harías? Me intrigas tanto –murmuraba con suavidad- soy tan patético... -sonreía para sí mismo con resignación- esta debilidad... como me enferma...
A veinte minutos de ahí, el rubio estaba de compras. Se había levantado temprano para firmar y sellar unos papeles, logrando tener el resto del día libre.
Se detuvo a comprar el desayuno y una sudadera que le gustó para Sasuke. Una vez dentro del auto rentado para esas semanas, tomó su celular y marcó un número. Tuvo que esperar cincuenta segundos para que al otro lado alguien contestara
-¿Cómo estás? –El joven preguntaba con cierta formalidad-
-Bien –la persona que estaba al siguiente lado de la línea hablaba con cierta frialdad- ¿ha pasado algo?
-Platiqué con Sasuke anoche –suspiraba leve- obviamente no me cree...
-Supongo que sigue siendo natural. ¿Quién podría creernos?
-Cada vez, me arrepiento más de esto... -el muchacho de ojos azules era interrumpido abruptamente-
-De haberlo sabido, jamás te lo hubiera pedido. Lo que empezó como un favor, mira en lo que terminó... -su voz se apagaba- quisiera matarme antes que verlo sufrir tanto
-¿Crees que yo estoy contento? –Se rascaba la frente en señal de frustración- nunca me lo perdonaré... el simple hecho de ver su cara... -la voz se le cortaba-
-¿Naruto? –El otro le hacía la pregunta en un tono aún más serio-
-¿Qué quieres? –Respondió con recelo, evitando las ganas de llorar-
-Tú, lo amas mucho, ¿verdad? –No podía evitar sonar tenso-
-Jamás había amado tanto a alguien –una lágrima corría por su mejilla- amo a tu hermano más que nada en el mundo Itachi. Lo único que quiero es morir... nunca voy a ser capaz de sanar su corazón...
-¿Por qué lo haces entonces? –Replicaba sin mucha emoción en apariencia. Aunque visto desde el sillón donde estaba sentado, las lágrimas también se hacían presentes-
-Sé a qué te refieres con eso... pero no lo sé... -hablaba alto, casi gritando- porque soy un idiota que siempre lo arruina todo y lo echa a perder
-¿Ya has hablado con ella, la terapeuta? –Se recomponía con lentitud-
-Hablamos en estos días, espero que con el tiempo Sasuke y yo nos reencontremos –el agua seguía fluyendo- aunque en realidad sólo espero que Sasuke me deje o que también me engañe...
-Naruto....
-¿Qué más podría esperar?
-Si mi hermano no te quisiera más, créeme que desde aquel entonces se hubiera alejado... al final te ama y es una excelente persona
-No puedo perdonarme...
-Hasta que no lo hagas, no podrás acercarte...
-Para ti es sencillo porque ya te acostumbraste a ser odiado
-¿Crees que para mí es tan fácil? No puedo ignorarlo simplemente y ya. Diario tengo pesadillas con eso, he tenido que cambiar de terapeuta cinco veces –su voz se notaba crispada- jamás digas cosas así... cada quién está viviendo su propio infierno por una estupidez
-Itachi...
-Sabes que los tres debemos de hablar...
-Yo...
-Quiero intentar hablar con él de nuevo. De cualquier modo es mi hermano, y también lo amo. Tú sigue intentando... pero deja de ser tan idiota. En ese sentido, Sasuke no es tan fuerte como yo. Actúa como un verdadero hombre Naruto.
Puede que entre nosotros haya sido diferente; especialmente porque me tenían sin cuidado esas manías tuyas. Pero mi hermano no te va a tolerar otro engaño...
-¿Enserio piensas que no lo sé? Itachi –hablaba con el corazón- desde hace mucho, mucho tiempo he dejado atrás esas cosas... pero en lo que respecta a Gaara y Sakura; no sé cómo deshacerme de ellos
-Te sugiero que cambies de estrategia. A diferencia mía, Sasuke lo entrega todo... -ahora era interrumpido por el contrario-
-Gaara ha pasado chantajeándome todo este tiempo. Si se lo cuento a tu hermano es obvio que no me va a creer... -Itachi se quedó en silencio un momento. Se sorprendió al escucharlo-
-¿Con qué te está chantajeando exactamente?
-Guardó las fotos de aquella ocasión –suspiraba con pesadez. En cambio, cuando el de pelo negro escuchó eso, se levantó rápidamente de su lugar-
-¿Qué estás diciendo? Yo mismo me encargué de borrarlas...
-No tengo idea de qué fue lo que hizo. Pero es su seguro de vida –se jalaba un poco el cabello-
-No puede ser posible –el joven golpeaba el vidrio de la ventana por la cual veía la ciudad- te dije que teníamos que ir a la policía...
-¿Y cómo se lo ibas a explicar a Sasuke? Para empezar, ¿por qué estaríamos juntos tú y yo en esa fiesta...
-¡Te drogó¡ -Se escuchaba notoriamente alterado- ese era motivo suficiente Naruto... en ese momento debí de haberte llevado a la estación de policía y todo se hubiera resuelto... -se llevaba una de sus manos a la cara. Estaba desesperado- si esas fotos salen... Sasuke quedará destrozado
-Por favor Itachi –el pobre hombre seguía rompiéndose- tienes que ayudarme. No deja de llamar y de pedir cuanta cosa se le venga en gana... además...
-¿Qué está haciendo? –Se ponía nervioso-
-Está mandando mensajes todo el día. No estoy seguro de cómo, pero me ha mandado capturas de pantalla donde supuestamente él y yo tenemos conversaciones... tú sabes... de ese tipo...
-¿Y nunca las haz tenido?
-¡Por supuesto qué no¡ tú mejor que nadie sabe que lo poco que tuve que ver con ese psicópata fue incluso antes de conocerte a ti... -golpeaba el volante del carro- soy un imbécil...
Si un día ese maldito se le ocurre mandar algo de eso de nuevo y Sasuke lo ve, ¿cómo se lo voy a explicar?
-Naruto, dime algo...
-¿Qué? –Se escuchaba desesperado-
-¿Has estado guardando todo? ¿Tienes pruebas?
-Pues... -dudaba un poco- supongo que sí. Tengo una carpeta especial. Pero me da mucho miedo de que Sasuke no me crea... -cerraba los ojos con fuerza- ya he hecho demasiadas cosas mal... no me lo va a perdonar
-Cuando regreses de la playa –trataba de hablarle con calma- debes de ir con la policía y contarle. Yo estaré ahí
-¿Qué? –El rubio no podía disimular su sorpresa-
-Alguien debe de confirmar tu historia, y ese seré yo. Además soy el único que puede callar a la prensa... confía en mí
-De acuerdo –de nuevo una pequeña luz de esperanza se asomaba en su corazón-
-¿Desde cuándo lo hace?
-¿En verdad quieres saber?
-Por Dios Naruto –le hablaba molesto- ¿cómo pudiste permitir esto?
-Siempre me ha tenido atado...
-¿Te ha pedido dinero?
-¿A caso es una broma? –Fruncía el ceño- todo el tiempo lo pide...
-Válgame –estaba a punto de perder la cabeza- No permitas que mi hermano vea algo hasta que la policía tome cartas en el asunto... esto te pasa por pensar que era una buena persona. Dudo mucho que aquel ser que te ponga algo en la bebida para que te duermas y pueda hacer contigo lo que quiera sea buena persona... pero bueno...
-Ya tengo que colgar, le dije que llegaría a las once
-Avísame cualquier cosa que suceda... y Naruto... -ante esa llamada de atención el chico en cuestión guardó silencio- no seas idiota –hacía referencia a todo lo que tenía almacenado en su celular- si Gaara pudo inventar conversaciones que nunca sucedieron sólo para amarrarte por capricho... imagina lo que es capaz de hacer cuando esté molesto en verdad
-De acuerdo. Tendré cuidado –sin más cortó la llamada y se dirigió a su hotel. Una vez que llegó, miró a Sasuke con un poco de lástima hacia sí mismo, pero con ternura para el menor. Se acercó y besó su frente con cariño. Lo atrajo a sus brazos, acariciándole el cabello por unos minutos. Ante su actitud tan extraña, el otro muchacho le habló-
-¿Qué sucede? –Lo miraba con una ceja levantaba- ¿Pasó algo en el trabajo?
-Para nada –el rubio de nuevo le mentía. Sólo quería protegerlo- es sólo... que te extrañé mucho –ante eso, el de cabello negro sonrió-
-Yo también –se acomodaba en las piernas del mayor- ¿qué haremos hoy? Quisiera ir a pasar todo el día en la playa contigo
-Haremos lo que tú quieras –le dedicaba una sonrisa sincera, de esas... que hace mucho Naruto no hacía-
-¿Has... estado llorando? –Cuando lo escuchó el ojiazul se tensó un poco-
-No amor, supongo que mis ojos siguen hinchados por lo de ayer...
-Ah –en el fondo sabía que le estaba ocultando algo- está bien entonces –se levantaba de nuevo- me probaré la sudadera que me trajiste, me gustó mucho –le contestaba al final de la oración con una amplia sonrisa. Al igual que Naruto, hace mucho tiempo que Sasuke no sonreía de esa manera- ya cámbiate entonces, que quiero ir a nadar...
-De acuerdo –el hombre se levantaba con pesadez- ya voy capitán –le hablaba con diversión mientras sacaba su traje de baño de la maleta.
Aún seguía pensando acerca de cómo actuaría frente al tema de Gaara. Pero por el bien de su salud mental y más importante todavía; por el bienestar de Sasuke, la manipulación del pelirrojo tenía que parar.
Se cambió con calma y una vez listos decidieron bajar. A Naruto se le hizo fácil dejar el celular en la cama, pensando en que no podría pasar nada... pero para su muy mala suerte, si de por sí las cosas estaban muy delicadas, gracias a ese pequeño error... la situación se pondría aún peor.
Ambos chicos se dirigieron hacia el área de préstamo de toallas, una vez intercambiadas por sus tarjetas de hotel, atravesaron la alberca principal, bajaron las escaleras y entraron al área que le correspondía al lugar donde se estaban hospedando. Consiguieron una sombrilla y unas sillas libres, se sentaron y disfrutaron un rato de la vista.
Naruto quería meterse al mar, pero el menor recordó que se había olvidado del bloqueador solar. Antes de comentárselo, el rubio se adelantó y decidió ir por unas bebidas al mini-bar que se encontraba unos metros adelante.
Sasuke optó por subir rápidamente; tomó el elevador, de su cartera sacó la llave que abría la puerta de su habitación y entró al lugar. Agarró del tocador la crema y estando a punto de irse, notó que el celular de Naruto vibró. Por un instante pensó que lo mejor sería ignorarlo, pero naturalmente, la curiosidad mató al gato.
Levantó el celular, lo desbloqueó y miró la captura de pantalla de una conversación. En el momento en el que la leyó, un vació inundó su corazón otra vez.
Se quedó inmutado, en realidad no sabía que hacer; ya ni siquiera tenía deseos de llorar... por lo tanto, optó por enviarse ese archivo a su celular para posteriormente pasarlo a su computadora e imprimirlo. Lo guardaría, como prueba de lo mentiroso, traidor, poca cosa, vulgar y desgraciado que era Naruto...
Fingió como si no sucediera nada; al final todo era más que simples palabras vacías. Y en realidad, ¿enserio podía quejarse? Él también actuaba de esa manera... pero probablemente el darse cuenta una y otra vez que el rubio debía de salir a buscar a la calle, aquello que no puede darle porque ni siquiera sabe que es... seguramente lo hacía sentir como la nada.
Bajó y cuando lo vio de nuevo, sólo sonrió como si nada sucediera. En el fondo, se devanaba los sesos para deducir que sería lo mejor... solamente dejarlo pasar, irse sin decir nada, hablarle a Itachi, contarle lo de Sai...
Prefirió ignorar el asunto y seguir el día lo más normal que pudiera. Las horas pasaron y cuando Naruto decidió ir a buscar algo para cenar, Sasuke tomó su propio celular e hizo una llamada que lo cambiaría todo
-¿Diga? –Un joven le contestaba al otro lado de la línea-
-Ya no puedo más... -murmuro con suavidad pero con la voz entrecortada-
-¿Sasuke? –Se escuchaba preocupado- ¿estás bien? ¿Qué sucede?
-No puedo más... Itachi –no podía evitar llorar- Naruto lo hizo de nuevo... no sé, qué hacer.... Ni siquiera sé porque te estoy llamando –el joven se quebraba. Lloraba con fuerza, entraba en un estado de desesperación- no sé qué hago llamándote... pero no sé a quién más llamar... me cuesta respirar y me duele mucho el pecho...
-Sasuke –el muchacho se levantaba de la cama. Golpeó las sábanas. Confió en qué Naruto tendría cuidado después de la plática de la mañana; pero ahora todo se había echado a perder de nuevo- ¿en dónde estás? ¿Sigues con él? –Trataba de conservar la calma-
-Seguimos en el hotel... él fue a conseguir algo para cenar... ¿qué voy a hacer? –No dejaba de llorar con desesperación. Se encontraba sentado en su silla con las piernas a la altura de su pecho. Una de sus manos jalaba su cabello con fuerza- no sé a quién más pedirle ayuda... no sé si pedirle una explicación o irme o si puedes venir por mí, yo... -hablaba tan entrecortado, que su hermano apenas y podía entender lo que decía-
-Sasuke –su voz seguía sonando tranquila- necesito que me expliques que pasó –suspiraba suave para que el menor no lo escuchara y se frotaba la cien. Frente a él, Sasori y Deidara se encontraban desconcertados- ¿viste algo? ¿Notaste algo? ¿Puedes decirme que sucedió?
-Yo...-el joven trataba de respirar y de tomar aliento- olvidé algo en la habitación, ambos estábamos en la costa... subí al cuarto y el celular de Naruto sonó... -de nuevo rompía en llanto a lo que Itachi sólo podía transmitir gestos de dolor- yo no lo iba a tomar, pero... no pude evitarlo, Itachi –su desesperación se hacía notoria- cuando lo leí, se trataba de una conversación con Gaara –esta vez se encontraba gritando. A su alrededor algunas personas lo miraban raro, dado su actitud raquítica, pero después resultaba ignorado. Su nariz estaba congestionada y no tenía ni papel sanitario a la mano; lo único que esperaba en ese instante era un consuelo de alguien, de quien fuera, incluso de su hermano-
-Gaara –murmuró y entonces pudo atar cabos. De nuevo alguien más causaba problemas, y lo peor es que esta vez no era verdad. Pero, ¿cómo demostrarlo?- de acuerdo, esto es lo que harás. ¿Él está muy cerca de dónde tú estás?
-No –giraba su rostro a diferentes direcciones a la vez que con la manga de la sudadera que recién le habían comprado, se limpiaba los rastros de lágrimas-
-Mira, necesito que respires y te calmes para que puedas hablar... sino te vas a hacer más daño –apretaba su puño con fuerza. La situación ya estaba totalmente fuera de control- Cuando Naruto llegue y vea que estás mal, va a preguntarte lo que está sucediendo... antes de que le digas cualquier cosa –se pausaba un momento- dile que debe llamarme...
-¿Llamarte? –Era obvio que estaba confundido- ¿para qué tendría que llamarte?
-Sasuke... -trataba de mantener la misma técnica que antes- enserio es importante que lo haga –a pesar de que no se tragó ese cuento, supuso que algo tendría que ser de verdad necesario... y aunque sus dudas en lugar de ser disipadas, fueron incluso incrementadas; pensó en hacerle caso a su hermano, por más raro que pareciera en esos momentos-
-De acuerdo –hablaba a regañadientes y con algo de frialdad-
-Después de que yo me comunique con él, entonces tú lo harás... pero Sasuke, debes de mantener tu mente abierta
-¿De qué demonios hablas? –Naturalmente estaba enojado. Siempre había resultado ser la víctima y el hecho de que le exigieran aún más, le endiablaba sólo como el mismo conocía-
-Sabes, que lo que te dije aquella vez... -de nuevo se pausaba-
-Tú... -cerraba los ojos con fuerza-
-Nada es lo que parece en realidad, Sasuke...
-Itachi... -se escuchaba apagado, como en modo automático-
-Debes de conocer las dos partes de la historia, por más dura que esta sea...
-Sabes algo de todo esto, ¿no es así? –Se alteraba un poco-
-Tienes que esperar a que Naruto te lo diga...
-¡Itachi¡ -Ahora sí estaba enojado- ¿por qué todos lo dicen como si ya tuviera que haberlo superado? Todos hablan como si hubiera sido cualquier cosa, como si ahora debiera de actuar como si nada, como si nunca hubiera sucedido nada... ¿por qué me hacen esto? –De nuevo la voz se le quebraba- ¿por qué todos ustedes actúan de esta forma?...
-Sasuke... -se notaba afligido-
-Ustedes... -se detuvo un momento, lo que iba a decir no era nada bueno, y si de por sí todo estaba en la basura, ya no quería hundirlo más. Comprendió lo que estaba pasando, por lo que respiró con fuerza, sostuvo el aire y al poco tiempo se tranquilizó- esto de nuevo está muy raro... pero supongo que yo tampoco he sido un santo...
-En ese segundo, Itachi comprendió a qué se refería- nadie es bueno para criticar tus decisiones... hagas lo que hagas, está bien –hablaba aun tranquilo-
-Le diré que te llame entonces –de nuevo ese tono severo y frío se hacía lugar en la voz de Sasuke- no debe de tardar
-Esperaré su llamada... por favor, tranquilo
-Está bien –cuando Sasuke cortó la llamada, inmediatamente se preguntó a asimismo que estupidez estaba haciendo ahora. Mientras se debatía, Naruto llegó, y al observarlo, fue que de nuevo un poco del infierno se desató.
Sasuke siguió al pie de la letra las órdenes de Itachi, y cuando el rubio entabló comunicación con el mayor de los Uchiha, entonces comprendió-
-Mira Naruto, por tus estupideces que ni siquiera valen la pena mencionar –trataba de no sonar molesto, dado que lo último que quería era hacer un circo mayor- Sasuke por equivocación encontró uno de los mensajes de Gaara... de los que hablamos por la mañana. Ahora, tienes que explicarle...
-Comprendo... –en el rostro y mirada del chico, se lograba observar tristeza. Existía una mezcla de angustia, seriedad, dolor, decepción... toda una ola de emociones negativas por lo que había sucedido. Sin embargo, no quedaba más que intentar aclarar la situación, y ver hasta dónde podía llegar el amor de Sasuke, una vez más-
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Mi amigo, mi esposo y mi amante
FanfictionAunque la vida laboral de Sasuke se encuentre en uno de sus picos más altos, ¿será capaz de perdonarle lo imperdonable a Naruto?