Introducción.

1.9K 220 30
                                    

Un camión de mudanzas se detuvo justo al frente de la vista de Jongdae, el joven profesor de música reconocido en la urbanización por el hermoso jardín floreado que adornaba su patio. Él se vio extrañado por el vehículo, pero luego este se movió un poco más a la derecha y así pudo concluir que por seguro, tendría nuevos vecinos en la casa de al lado.

Habían pasado unas semanas desde que la señora Lee vendió su residencia y ya se preguntaba si realmente alguien se mudaría allí. Hasta pensó que usarían el lugar de almacén.

Tomó de su taza favorita, esa en la que siempre se servía el té y dio un sorbo aún curioseando desde su ventana. Aquella casa se separaba de la suya gracias a una cerca que estaba en buenas condiciones, la cual era de madera y pintada de blanco, porque siempre pensó que el blanco daba una sensación refrescante y nada cómo sentirse así, refrescante y aliviado.

Jongdae daba clases en una escuela de música conocida en el pueblo y aunque no ganaba demasiado, le servía para darse una vida cómoda de soltero.

De hecho era divorciado, pero no le gustaba hablar de ese asunto. Había amado tanto y recibido tan poco que ahora solo podía amar al té, y este le correspondía de maravilla.

*****

—Dejen esas cajas por allá y estas por aquí. —Señaló el nuevo vecino, ya dentro de su nuevo hogar. Minseok era un hombre bajo y de apariencia juvenil, incluso si su carácter era más fuerte que el que inspirara con su fachada. 

Se mudaba solo, porque siempre fue soltero y no vivía con sus padres desde los dieciocho que decidió irse de su casa. Era independiente y ahora trabajaba de profesor en el instituto de aquella zona. Antes vivía en un pequeño apartamento al cual dijo adiós cuando al fin sus ahorros alcanzaron para un mejor lugar. Le llevó la tarde acomodarse o más o menos hacerlo, moviendo los muebles y ambientando la cocina, colocando las sabanas a su cama y limpiando el baño.

Todo estaba listo para él a las casi ya seis de la tarde, cuando, asomándose por la ventana, observó a un hombre de curiosos rasgos vigilarle desde la casa de al lado. Minseok enarcó una ceja, haciendo que Jongdae se diera por descubierto y casi escupiera el té que se preparaba por segunda vez en el día. Intentó disimular, en vano, ya que al nuevo no le costó suponer que su vecino de al lado era obviamente un chismoso.

"Qué vergüenza" y la taza casi caía de sus manos.

El profesor cerró la ventana de un golpe, mientras el otro todavía se ahogaba con el té.


  *-*-*-*-*

Nota de la autora: 

 La introducción es súper corta pero obvio los capítulos tendrán más contenido. 

Necesitaba escribir un chenmin y nadie puede prohibírmelo así que asd. Saludos. 

Mi jardín favorito ‹ chenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora