14 - Una oportunidad.

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Con un leve pestañeo fue que Minseok recibió la respuesta de Jongdae. Y por Dios que quiso maldecir, porque su corazón se alteró tal y cual tuviera quince años de nuevo. Frunció el ceño y aunque estaba a solas, intentó no sonreír pues sería revelarse a sí mismo.

Él era un adulto, bastante mayor ya para permitirse emocionar con algo tan simple. Y entonces, recordó la duda que siempre le colocaba encima a las personas, casi en forma de escudo. Su celular sonó de nuevo.

«Seokkie, no puedo dormir :((((»

Rodó los ojos, Luhan tenía una enfermiza obsesión con él y había aprendido que si querían sobrellevarla, lo mejor era ignorarlo. El muchacho solía dejar de escribirle del tercer al quinto intento.

Antes era mucho más insistente, pero desde que se mudaron al lugar este hizo más amigos y poco a poco, fue despegando sus brazos de él y darse cuenta de aquello fue un alivio para Minseok, quien actualmente seguía fijo frente a la pantalla de su celular, pensando en qué responderle a Jongdae. Por un momento recordó que el otro era bastante bromista y carraspeó ante el solo pensamiento de que le estuviera gastando un chiste.

«¿Por qué querrías ser más que mi amigo? No es que sea tan atento contigo y oye, tenía entendido que no eras gay

Envió y no tardó ni un minuto en tener respuesta.

«Tú me pones gay. Creí que se notaba»

«Ah, de hecho sí se nota»

«Seamos gays juntos, hyung»

«No creo que llegues a mi nivel»

Hubo una pausa hasta el otro mensaje del menor de ellos.

«¿Entonces? No me estás respondiendo, quiero que me des una oportunidad. Hablo en serio, Minseok»

Jongdae jugaba con los honoríficos que en realidad debería presentar, ya que a veces trataba de usted al mayor y otras veces lo tuteaba sin problema, pero en esos instantes, de verdad que le escribió con seriedad y respeto, aguantándose las ganas de preguntarle por Luhan inclusive. Tragó saliva cuando ya pasaron los diez minutos, sobre su cama, expectante, y cuando pasaron diez más, estuvo por tirar la toalla esa madrugada y dejarlo hasta otro momento para no fastidiar. Sin embargo, Minseok sí le contestó.

«Te daré una oportunidad, Jongdae, pero que sepas que yo no doy segundas, y si te doy una, es porque siempre me haces reír»

Ambos sonrieron, y a pesar de no estar viéndose, estuvieron tan sincronizados que suspiraron al mismo tiempo. Podía sonar sencillo, pero hacía ya muchos años que el profesor Minseok brindaba la capacidad a alguien de acercársele. Solo esperaba no arrepentirse.

Minseok le había dado una oportunidad a Jongdae y definitivamente, él no la iba a desperdiciar.


Mi jardín favorito ‹ chenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora