—Así que es eso... —comentó Minseok, sentado en la sala de Jongdae.
Había venido a visitarlo, encontrándose a Baekhyun, el vecino de la esquina, con un mantel rosado preparando el almuerzo. Era obvio que con la simple imagen terminó arrugando el ceño. No comprendía qué demonios pasaba y mucho menos cuando notó que el hijastro del tipo estaba barriendo el pasillo de las habitaciones.
O habían perdido una apuesta con Jongdae o algo muy raro estaba pasando. Resopló y asintió cuando le dijeron que le explicarían y pues ahí estaba, observando a los dos recogidos mientras su vecino de al lado-pretendiente-tal vez novio le narraba la horrorosa y novelesca historia que acontecía al señor Byun.
—Te estás acostando con el hijo de Taeyeon... No te doy un puño porque mira: soy pacifista.
Baekhyun tosió. "Súper pacifista".
—Para empezar... ¡Él fue quien me sedujo! —señaló al joven, y esté puso los ojos en blanco.
—Nadie te come el cuento, Baek, mejor ríndete con eso —aclaró el dueño de la casa y se levantó, lanzando un resoplo al aire.
El nombrado formó un puchero, regañado, y Chanyeol se levantó, desganado, avisando que iría a la habitación para echar una siesta. El muchachito parecía inconsciente de la situación en la que se encontraba, por el contrario de su amante, quien era amenazado por la vista de Minseok y no hacía más que tragar saliva, sudar y mirar a todos lados.
Ya era claro que el profesor de instituto no tenía muchos amigos, pero se la llevaba bien con su vecina Taeyeon y por supuesto, que si le preguntaban, estaría de su parte. Él tenía un inquebrantable espíritu de lo correcto. Pero bueno, no podía hacer nada, al final no era su asunto y si Jongdae aceptaba a los hormonales en su casa, él sabría, como adulto que era, lo que estaba haciendo. Se quedaron un rato en silencio, hasta que Baekhyun pareció destensarse puesto Minseok y Jongdae fueron a sentarse en la sala, y desde la entrada a esta desde la cocina, los observó con mitad del cuerpo escondido detrás de la pared.
—¿Ustedes son pareja, verdad? —les dijo, a lo que ambos miraron al de ojos caídos extrañados.
A decir verdad, llevaban varias semanas saliendo, pero no se habían molestado en darle formalidad a su relación. Jongdae sonrió nervioso, y entonces, cuando estaba a punto de explicar al curioso de Baekhyun, Minseok volteó más bien hacia él y con toda la seriedad del mundo, le preguntó:
—¿Quieres ser mi novio, Jongdae? —los ojos del trigueño se abrieron de sorpresa y Baekhyun, tapó su boca para no comemtar nada que fuera a arruinar el momento.
Lo había tomado desprevenido, incluso si pasaba que Jongdae ya consideraba a Minseok su pareja. Sabía que el otro era en extremo formal y quizá, por eso, quería dejarlo claro. Sonrió extenso y miró esos cachetes regordetes que tanto le gustaría besar.
—Minseok, sabes mejor que nadie que nunca me negaría a esa propuesta —contestó, y el mayor sonrió como si tuviera quince años de nuevo.
—Okay creo que estoy interrumpiendo, jeje —y sí, Baekhyun estaba interrumpiendo.
—¿Nos das un momento? —frunció el ceño el anfitrión, señalándole el pasillo del cuarto para que buscara rumbo a este.
—¿Puedo ser el padrino?
—Si es que Taeyeon no te mata para entonces —aclaró Minseok, y ante el rostro pálido de Byun, los otros se rieron.
Se marchó, y estando más cómodos, ambos tomaron sus manos con algo de cuidado. Se sentían a total gusto el uno con el otro, aun si sus corazones habían sido rotos anteriormente, ahora colocaban granitos de esperanza para recuperarlos. Y menos mal se conocían un tanto y así, no hacía falta soltar ninguna de las cursilerías en las que estaban pensando.
Como antes iban considerando, les iba demasiado bien para ser cierto.
Más tarde se fue Minseok y los dos recogidos salieron quién sabría dónde. Jongdae consideró que sería buen momento para atender su bien floreado jardín, cuando recibió un extraño mensaje:
«¿Estás contento, desgraciado?»
Él pensó a la primera que sería un número equivocado, y como buen troll que podía ser, ni se afectó, respondiéndole burlón al errado con:
«Más contento que nunca». Y es que de hecho, lo estaba. Ahora era el novio de Kim Minseok después de todo.
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Mi jardín favorito ‹ chenmin
Fanfiction"Él no era una persona del todo amable, mucho menos cariñosa. Siempre lo veía estornudar al pasar frente a mi casa, y aunque sentido no tenía, me causaba gracia". | Ligera comedia, un poco de drama y cosas random entre los vecinos Jongdae y Minseok...