Mi jardín favorito ‹ chenmin

11 - Kim Minseok.

"Sí, solo somos vecinos."

"¿No?"

En la actualidad, Jongdae andaba tristón.

*****

Minseok aún recordaba el día de su primera confesión. Había ido hasta uno de las chicos más guapos del colegio cuando asistía a primero de bachillerato. Esperó a que estuviera solo y cuando al fin se pudo acercar para confesarse, el tipo se enojó y le respondió con que no era chiste de nadie.

El Kim de ojos puntiagudos era rellenito y no se arreglaba demasiado, además, no conocía de nada al chico. Solo le había llamado la atención. Por eso no se sorprendió al ser rechazado.

En vez de sentir que su corazón se partía, Minseok simplemente le miró mal y se defendió con un "te lo pierdes, flacucho". Y así fue en su adolescencia, cada que le gustaba alguien se lo decía sin problema alguno. No se dejaba molestar incluso si se vio en un par de peleas por eso mismo.

El caso no cambió hasta que por primera vez, se enamoró. De un tipo también flacucho pero bastante atento. Si Minseok se detenía a recordarlo, habría caído en que definitivamente estaba enamorado porque el tipo era más feo que la palabra.

Pero era divertido y siempre le escuchaba, eso era más importante. Minseok se imaginó hasta casado con él y se hizo las ilusiones más grandes, esas que se hace cualquier joven romanticón. Y esas ilusiones se rompieron cuando, luego de dos años de relación ya estando en la universidad, encontró al sujeto besándose con otro en un pasillo.

Entonces, por primera y se dijo última vez, Minseok sintió a su corazón partirse.

Y también le partió la nariz al patán que le juraba con descaro que solo había visto mal.

De ahí en adelante se olvidó de las cursilerías y decidió hacerle frente a la vida, solo, tal y como había llegado a ella. Ya no era rellenito ni se consideraba feo, ya no se enojaba tan fácil como en su juventud tampoco. Él era alguien de pocos amigos y es que, hasta consideraba darle un premio a los que se lo aguantaban. Era un amargado que volvería a concebir la virginidad ya que ni él mismo se ponía ya un dedo encima.

Entre sus poquitísimos amigos, estaba Yifan. Una jirafa con dientes grandes, como decía este mismo cuando en realidad se creía super modelo. La verdad Minseok nunca le entendió del todo y no era porque fuera extranjero, sino que, Yifan simplemente tenía un estilo demasiado raro.

Un día se apareció pelón, sin un cabello en la cabeza por su casa, cuando vivía en la ciudad, comentándole que era la nueva moda y debía dejársela para probar. Él rechazó la oferta.

Fue cerca de esos días cuando Yifan se acercó de nuevo a pedirle un favor: necesitaba que cuidara de su medio hermano; Lu Han.

Y Minseok, aunque no fuera de hacer favores, aceptó. Sin saber en que lío se metía.

-Mira, Luhan. Este es mi amigo, Kim Minseok. No vayas a causarle problemas. -pidió en pelón, con un mocoso como de 16 años detrás de él.

Si bien Minseok sólo se dedicó a mirarle, no pudo evitar pensar que el chico tenía cara de motolito.

-Mi nombre es Han, señor. Será un placer estar bajo su cuidado. -y estiró la mano, bien portado frente a su hermano mayor.

Ahí empezaría un martirio para el para entonces estudiante de educación.

Nota de la autora:

Escribí este capítulo hace días y juré que lo había publicado, pero no, mi celular falló como siempre. Lo siento ;;
Subiré el próximo capítulo antes del lunes porque igual está listo. Gracias a quienes lean.