13 - Promesa.

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En un principio Minseok no se lo creyó, pero cuando lo analizó mejor, cayó en cuenta de que tenía sentido.

Tuvo unas ganas enormes de golpear a su amigo por haberle ocultado de su enfermedad cuando llevaba años con ella, aunque para que no fuera a creer que la cosa era contra él, Yifan le explicó que lo había ocultado de su madre y de Luhan también.

"Por eso vives mandándolo fuera de casa." Resopló al pensar, sintiendo una profunda resignación y pena en el estómago. Con lamento en el corazón.

Sin embargo, era hasta impresionante. Aquel tipo sabía que no le debía quedar mucho tiempo de vida y ahí estaba, como si nada malo pasara por su cabeza.

-Está bien, Yifan... Cuidaré a tu hermano. Tienes mi palabra. -prometió.

*****


Su amigo había muerto hacía un año en tiempos actuales. Y el hermano temático que tenía, terminó mudándose a un pueblo en donde él mismo terminó comprándose una casa. No era un pueblo en sí si lo analizabas, sino una ciudad muy pequeña. Él estaba harto de la gran ciudad, de las colas y las multitudes en los autobuses y el metro, por eso le resultó reconfortante ese aire natural que brindaba el vecindario donde se quedó. Y claro, también admitía, que por tonta cosa de él, prefirió la casa que al lado tenía un jardín hermoso así fuera alérgico al polen.

Minseok acompañó a su protegido a su departamento esa noche después de haber ido a beber, y pasando de sus insinuaciones, le preguntó de dónde conocía a su vecino Jongdae.

A Minseok le gustaba su vecino. Hace rato lo sabía, solo que era un terco, y no quería estar con nadie en ningún tipo de relación. No importaba la emoción que recibía cada que Jongdae le miraba y sonreía como gato. No confiaba a plenitud en él, ni en sí mismo confiaba completamente.

Y a mucha diferencia, Jongdae, se había propuesto hacer que su vecino lo tomara en cuenta.

Había quedado con la cosa en la cabeza cuando volvió con sus compañeros en la mesa. Baekhyun le interrogó respecto a quién había visto y él negó con simplicidad. El resto de la noche habría sido muy divertida sino fuera porque parecía un perdido. Ahí, sin poder dejar de pensar el otro Kim.

-¿Estás bien? -acabó por preguntarle Junmyeon al notar que ya no bebía ni decía nada. Él sonrió.

-Sí, solo pensaba en algo. -insistió.

Quizá Jongdae era demasiado arriesgado, al contrario de Minseok que siempre estaba prevenido.

Cuando regresó a su casa seguía preguntándose qué tendrían qué ver Luhan y Minseok, y entonces, se preguntó si el primero sería quien siempre, siempre andaba llamando al segundo. A decir verdad él ya estaba sospechando que su vecino pertenecía a una especie de mafia por estar recibiendo llamadas a cada momento y respondiendo en susurros. Pero, ¿qué tantas cosas tendría que decirle un muchacho de veinte a un hombre de veintiséis? ¡Demonios! La intriga no lo dejaba dormir. Miró el techo y luego, de la mesita de noche a su lado, tomó su celular, y sin poder evitar su impulso de idiotez le escribió al mayor.

«Hey! Minseok hyung, ya llegaste a tu casa? Es que como lo vi salir algo tarde.»

Y lo envió. Para darse un golpe en la cabeza al final. Era obvio que Minseok llegaría hace mucho a su casa y probablemente estaría dormido. De vez en cuando la mente no le daba para pensar demasiado. Sin embargo, su celular vibró unos cinco minutos después.

«Por supuesto que estoy en mi casa ¿Sabes qué hora es, Jongdae

Se sintió imbécil, pero sonrió, sonrió como el imbécil que era porque Minseok se había tomado la molestia de contestarle a las cuatro de la madrugada. Decidió dejarlo así y no contestar más, volviendo el celular a donde estaba para estampar un costado de su cara en la almohada, cuando el teléfono móvil vibró una vez más.

«A colmo maleducado ¿me vas a dejar hablando solo?»

Y Jongdae se rió. Hablaron por mensajes, un buen rato hasta recibir el amanecer. Se olvidaron de las ojeras por lo visto y cuando llegó la hora de despedirse, el menor lo pensó mucho, pero hizo una maniobra mortal. Le escribió un:

«Por cierto, Minseok... Me gustaría ser más que tu vecino. Sabes? Me gustaría ser más que un amigo tuyo, inclusive.»

Mi jardín favorito ‹ chenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora