El monstruo de Loch Ness

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· Misterio // Enígma

Situado en el norte de Escocia, cerca de Inverness, el Loch Ness es un lago apacible, de 39 km de longitud y con una profundidad de más de 200 metros. No habría llamado la atención del mundo si no se creyera que sus aguas esconden a un extraño animal acuático.

Las apariciones de Nessie, sobrenombre dado al monstruo en el siglo veinte, han sido consignadas desde los tiempos más remotos. Pero es la publicación de un artículo sobre este animal en un periódico local, el Inverness Courier, el 2 de mayo de 1933, lo que despierta el interés del gran público acerca del monstruo.

Este artículo, escrito por Alex Campbell, relata la aparición del monstruo, el 14 de abril de ese año, frente a una pareja, el Sr. y la Sra. MacKay. Mientras éstos recorrían la nueva carretera que bordea el lago y desde la cual se tiene una excelente vista, observaron con sorpresa la aparición de un gran remolino sobre la superficie de las aguas. Enseguida, surgió un animal y pudieron observarlo durante un largo minuto hasta que se volvió a sumergir.  Alex Campbell señala que “su cuerpo recordaba el de una ballena y el agua chorreaba y se arremolinaba en tomo a él como un caldero en ebullición”.

Los testimonios de las personas que han visto a Nessie se multiplican (y muchos miles han sido registrados desde entonces), permitiendo establecer una especie de retrato hablado del animal. Tiene la cabeza de un reptil, con grandes ojos brillantes, un cuello largo que sobresale del agua, dos o tres jorobas y al mover la cola genera grandes remolinos.

En 1933, un hombre llamado Hugo Gray toma la primera fotografía del monstruo, desde una distancia de unos 800 metros. Los técnicos de la empresa Kodak, al analizar la fotografía, afirman que es auténtica.

Se logran otras fotografías del animal y una de las más notables data de 1934.  Tomada por un médico londinense, el coronel Roberto Wilson, muestra lo que parece ser la cabeza y el cuello del animal que emergen del agua. Luego, en 1951, un leñador empleado por la Comisión forestal, Lachlan Stuart, fotografía por primera vez las jorobas de Nessie, visibles en la superficie.

El monstruo es también filmado en 1933 y luego en 1936 por un tal Malcolm Irvine. Pero el documento más famoso es el que realizó en 1960 el ingeniero aeronáutico Tim Dinsdale, quien abandonó su profesión para consagrarse por entero a la búsqueda del animal. Sobre la película se puede distinguir una joroba, de un color pardo rojizo, que atraviesa el lago, luego gira y avanza paralelamente a la orilla opuesta. Los expertos que examinaron la película fueron incapaces de encontrar algún trucaje y tampoco pueden explicar la forma que se distingue.

Finalmente, a principios de los años sesenta, se creó una oficina especial para investigar los fenómenos de Loch Ness. Averiguar más sobre este animal misterioso y examinar los distintos testimonios existentes.

En 1972 y luego en 1975, algúnas imágenes registradas por un aparato submarino desarrollado por el profesor Edgerton, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), han sido analizadas por un instituto especializado de la NASA y una de ellas ha mostrado el cuello y la parte superior del cuerpo de un gran animal de alrededor de seis metros. Ya en 1962, un micrófono submarino había grabado los ruidos de un animal que se arrastraba por el fondo del lago y varias tentativas realizadas con ayuda de un sonar (sistema de detección acústica submarina), entre ellas la realizada por el abogado norteamericano R. B. Riñes, han permitido grabar el eco de grandes objetos que se desplazaban bajo el agua. Los especialistas no tienen duda alguna de que estas grabaciones prueban la existencia de animales acuáticos de gran tamaño en el Loch Ness.

Enígmas y misterios del mundo #1 [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora