CAPÍTULO 3 - Un Nuevo Comienzo

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Edificio Fusa

Auditorio

Buenos días a todos—habló el director. Primero que nada, quiero dar las gracias a todos los profesores que me ayudaron a lo largo del día de ayer a tomar decisiones en cuanto a los alumnos que queríamos que formaran parte de nuestra institución. También, gracias a todos los aspirantes que vinieron a dar la audición.

Durante todo el día de ayer, presenciamos a varios músicos que estuvieron sobre este escenario, y me alegra decir que hay muchos que lo hicieron excelente. Luego de que terminaran las audiciones, los profesores y yo nos hemos quedado toda la noche discutiendo quienes merecen un lugar aquí y hemos tomado nuestra decisión. En este momento mi asistente está colocando las listas afuera, donde se les dijo que estarían. En unos momentos los dejaremos salir a revisarlas y queremos que solamente los alumnos que hayan quedado en lista uno regresen al auditorio. Les daremos hasta las 8:30 para volver. A los demás se les dirá que hacer allá afuera. Y ya saben los que no aparezcan en ninguna lista, no se molesten en reclamar. No, es no. Sin más que decir, pueden salir.

Era hora. Las manos me temblaban de nervios. Miré a Dinah y esta solo me extendió su mano y yo la tomé.

—Tengo miedo—dije apretando su mano.

—Yo también, pero lo haremos. Saldremos allá afuera y veremos si quedamos o no. ¿Juntas ok?

—De acuerdo.

Comenzamos a caminar hacia la salida del auditorio. Una vez afuera, pudimos ver cómo había gente saltando de alegría, intercambiando risas y abrazos y otros molestos, llorando y retirándose del edificio. No lo pude evitar y apreté más fuerte la mano de Dinah y traté de respirar hondo. Este era mi sueño y estaba a punto de saber si se me daría la oportunidad de cumplirlo o no.

****

—¿Has visto mi celular?—le pregunté a Mani quien terminaba de tomarse su café, mientras rebuscaba en mis bolsillos y veía hacia la mesa a ver si lo encontraba.

—Nop. La última vez lo tenías tú.—respondió mientras dejaba el vaso sobre la mesa.

—Lo sé, pero no recuerdo donde lo...Dinah.

—¿No recuerdas donde lo Dinah?, bueno eso es nuevo.—dijo riéndose

—No, me refiero a que se lo dí para que anotara su número, pero cuando Breuer pasó y ella corrió a donde su amiga, se me pasó pedírselo de vuelta. Seguro lo tiene ella.

—Bueno debe seguir en el fishbowl. ¿Qué hora es?

—Ocho y veinte—dije observando mi reloj.

—Entonces seguro sigue allá. Si quieres vamos a ver si la encontramos—Contestó mientras arrugaba el envoltorio de un sándwich que ya se había comido—Pero recuerda que no nos podemos demorar mucho. Ya casi van a ser las 8:30 y recuerda que yo tengo que caminar a Aplomb.

—De acuerdo. No nos tomará mucho tiempo.

****

Comenzamos a revisar primero la lista cuatro. Nada. Lista tres... nada. Lista dos... tampoco. Observé a Dinah y ella solo me sonrió. Lo único que nos queda era lista uno. Nuestros nombres tenían que estar ahí, si no...

—¡Oh por dios, oh por dios, oh por dios!—gritó Dinah sacándome de mis pensamientos mientras me movía como si fuera un saco de papas.

—¿Qué? ¿Qué pasa, que pasa?—comencé a saltar con ella, aún sin saber por qué saltábamos. 

Enharmonische University (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora