Capítulo 2.

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Me mordí el labio inferior y sonreí al terminar de leer la tarjeta, olí las rosas, tomé los libros y salí del cuarto. Debía encontrar a Sarah y contárselo.

Por fin te encuentro perra—Le digo tratando de recuperar aire.
¿Qué te ocurre?—Me interroga confundida. Le extiendo mi mano con la tarjeta de Klaus en ella. Sarah la lee detenidamente.
¡No inventes! El soltero mas codiciado de New Orleans te invitó a cenar. ¿Lo conociste en la fiesta cierto?—Me dice desesperada.
—Sí, charlamos por un rato, luego no recuerdo que sucedió—Le respondí algo confundida. Sarah me miró de costado con una sonrisa de lado y enarcando una ceja—¡Eso no fue lo que pasó!Exclamo y le doy un ligero golpe en el hombro, ella rió.

Sarah no paró de hablar de Klaus en todo el día, lo que provocaba que quisiera matarla. En fin, rendí el examen, que a mi suerte aprobé a pesar de haber estudiado lo mínimo.

Regresé a mi cuarto dispuesta a darme una larga y relajante ducha, al terminar me coloqué una toalla en mi cabello, otra al rededor de mi cuerpo y salí del baño dispuesta a elegir un vestido adecuado para la cena de ésta noche. Tomé tres vestidos, me probé el primero y me dirigí hacia el espejo para ver como se me veía. Detrás mío logro divisar a alguien, era un hombre. Me volteé chocando de espaldas con el espejo.

¿Quién eres tú?Interrogué algo asustada.
Me llamo Elijah, Elijah MikaelsonRespondió serio.
Otro hermano de RebekahDije en tono bajo, casi inaudible.
Así esRespondió, entre-abrí los labios para responderle pero me interrumpió—Antes que me insultes por haber violado tu privacidad necesito que hablemosContinuó amablemente.
¿Sobre qué?Le interrogué confundida.
Sobre mi hermano Niklaus, ayer los vi juntos en la fiesta de cumpleaños de nuestra hermana y también estoy al tanto de que te invitó a cenar, por lo tanto me tomé el trabajo de encontrarte para entregarte algo que te pertenece y que te servirá para defenderte de mi hermano si la situación lo ameritaMe dijo y extendió su mano, en la cual sostenía una pequeña caja negra de terciopelo, la tomé y la abrí. Ésta contenía un anillo algo grande, en el centro una piedra color negro era rodeada por un marco plateado con formas grabadas.
¿Qué es esto? Me parece familiar, pero aún así no lo recuerdoRespondí levantando la vista de la cajita.
Ese anillo contiene la magia que tus ancestros almacenaron por décadas, apénas te vi recordé a tu abuela, idéntica a ti. Devolvértelo es lo correcto EmilyMe informó. Estaba más que confundida.
¿A qué diablos te refieres?Le interrogué con el ceño fruncido.
Perteneces a un poderoso aquelarre de brujasRespondió, no podía creerlo.
Deja de decir idiotecesLe dije.
Ponte el anillo e intenta encender esa vela si no me creesDijo enarcando una ceja. Seguí su petición pensando que no funcionaría pero si funcionó.
Tú ganasDije sorprendida de mi acción.
Niklaus no debe saber de mi visita, tampoco lo del anillo y el poder. Prefiero que seas mi aliada y no una enemiga ¿Puedo confiar en ti?Me interrogó.
Tienes mi palabra Elijah MikaelsonRespondí y luego sonreí a medio labio—¿Para qué me necesitas como aliada?Proseguí.
Necesito que lo distraigas durante la cena, sin revelar tu lado de bruja, debes actuar lo más humana posible. Yo estaré en la primer habitación del primer piso para evitar que algo indeseado sucedaRespondió.
¿Y tú que ganas con eso?Pregunté con expresión confundida.
Enseñarle a Niklaus a que se enfrenta si te lastima. Mi hermano no suele interesarse por las mujeres después de una noche pero contigo es diferente. Quiero que encuentre una mujer que simplifique el monstruo que es y hacer poder construir la familia que Rebekah y yo anelámosRespondió.

[...]

Terminé de prepararme a tiempo, decidí usar un crop-top negro acompañado de una falda roja a la cintura y unas plataformas negras, un maquillaje sutil en los ojos con un labial rojo matte.

Unos minutos antes de las ocho salí de mi cuarto para esperar a Klaus en el frente del campus, al llegar él ya se encontraba allí, vestía con un traje negro y camisa azul sin corbata.

Señorita EmilyDijo cuando me vio llegar. Posicionó su mano en mi cintura y me besó en la mejilla cerca del labio.
—KlausRespondí con una sonrisa y voz coqueta.
Te ves preciosaDijo y sonreí.
Gracias, tú no te quedas atrásRespondí mirándolo de arriba a abajo.

Al llegar a la casa de Klaus no había nadie, ni la sombra de un ser con vida, sólo una enorme mesa, él y yo. Apartó una silla hacia atrás para que pueda sentarme, le agradecí y él se sentó en la otra punta de la mesa. Comenzamos a charlar sobre nuestras vidas mientras bebíamos champagne.

¿Qué se siente ser el galán que todas desean en New Orleans?Le interrogué coqueta. El clima ardía entre nosotros, cada mirada era una bocanada de fuego de su parte.
¿Eso dicen de mi? Deberías conocer a Marcel GerardRespondió entre risas.
¿Te refieres al supuesto rey del Barrio Francés?Le pregunté y luego comí un bocado de la comida.
¿Qué sabes sobre él?Respondió algo molesto.
Que es un vampiro que conspira en contra de supuestas brujas, que controla a los vampiros de toda ésta ciudad. Sólo rumoresRespondí triunfante.
¿Por qué crees que son rumores?Preguntó interesado.
Las brujas no existen Niklaus y en estos tiempos cualquier estúpido sensible al sol se cree DráculaLe contesté segura.

Le informé a Klaus que debía ir al baño, él asintió, yo me puse de pie y me dirigí hacia la habitación donde Elijah dijo que estaría, al entrar él no estaba. Creí haberme equivocado de habitación abrí otras puertas hasta que me topé con la habitación de Klaus. Imágenes de Klaus y yo la noche de la fiesta aparecieron ante mis ojos, no recordaba nada de eso.

Klaus's pov

Al ver que Emily tardaba en bajar decidí ir a buscarla. La encontré en mi habitación totalmente paralizada mirándo un punto fijo.

¿Qué te ocurre?Le interrogué preocupado. La tomé por la cintura y ella volteó quedando muy cerca.
No encontré el baño. Lo siento no debí entrar aquíRespondió arrepentida.
No, está bienLe dije.
¿Que ocurrió entre nosotros la noche de la fiesta?Me interrogó. Logró ponerme nervioso.
Algo similar a estoRespondí y la besé suavemente.

Ella correspondió mi acción, pasaba con delicadeza sus dedos por mi cabello y yo hacía lo mismo recorriendo su espalda y cintura. Enredó sus piernas al rededor de mi y chocamos contra uno de los muros. Le quité su top y ella desabotonó mi camisa. La volteé y deposité besos a lo largo de su espalda hasta llegar al ciper de su falda, lo bajé y me deshice de la tela. Una marca en su cintura llamó mi atención, se trataba de la marca de la manada de lobos Crecientes.

Protégeme ➳Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora