Capítulo 15.

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No sabía que era lo que ella despertaba en mi pero era algo que jamás había sentido en mis mil años de vida. Sólo me bastó con una noche para borrar el tacto de mi hermano en su piel y hacerla completamente mía.

Caminé hasta la ducha y me acerqué a Emily por detrás apartando su cabello húmero para depositar un beso en su cuello. Ella se volteó y beso mis labios con pasión, bajé mis manos hasta rodear su cintura apegandola más a mi pecho mientras que ella rodeó mi cuello con sus brazos. Y así estuvimos por unos cuantos minutos, besándonos con deseo mientras sentíamos el agua tibia recorrer nuestros cuerpos.

Emily's pov

Seguía culpándome por haberle mentido a Kol diciéndole que Davina me necesitaba, sin saber que todo era una farsa, y haberlo engañado con su propio hermano. Pero la culpa desaparecía por completo en el momento en que Klaus rozaba mi piel.

Cambiate y baja—Me ordenó el rubio depositando un casto beso en mis labios para luego salirse de la ducha rodeando su cintura con una toalla blanca que tenía una pequeña letra "M" bordada en color negro.

Obedecí el pedido de Klaus y salí de la ducha, sequé mi cuerpo y tomé otra toalla para secar mi cabello, me dirigí hacia la escalera para recoger la ropa de la cual me había deshecho la noche anterior. Estaba a punto de bajar unos cuantos escalones para tomar mis jeans cuando escucho una voz que no era la de Klaus resonar en la planta baja de la casa.

¿Nik?—Oí la voz de Rebekah. Tomé con rapidez mis jeans junto con el resto de mi ropa y me dirigí al baño para esconderme.

Si Rebekah me encuentra aquí le dirá a Kol y ambos me quitarán los ojos.

Klaus's pov

¿Qué haces aquí?—Me pregunto mi chismosa hermana al cruzar la puerta de la cocina.
Nada que a ti te importe, sólo quise venir a pasar un buen rato si sabes a lo que me refiero—Le respondí y le sonreí de lado. Si se enteraba que Emily y yo pasamos la noche juntos la mataría.
—Ahórrame los detalles—Negó con la cabeza y tomó la taza de café que era para Emily—¿Qué hace el auto de la brujita en la puerta?—Preguntó luego de darle un sorbo al café.
—No es de Emily, es mío—Le respondí con demasiada seriedad.
¿Y tu otro auto?Insistió, rodé los ojos.
Lo tiene Marcel, Rebekah. No me interroguesLe mentí pero mi voz se oía firme.
En fin, sólo vine a ver si los mugrosos licántropos no se habían metido aquí otra vez. Adiós NikSe despidió y se fue.

Luego de unos cinco minutos después de que Rebekah cruzó la puerta Emily se asomó por la escalera.

¿Ya se fue?Interrogó aún desde arriba. Reí.
Si, puedes bajarLe respondí desde la cocina entre algunas risas. Cuando llego a la cocina le ofrecí el desayuno pero ella negó con la cabeza.
Tengo que irme, tu no tendrás a quien darle explicaciones pero yo síDijo con seriedad y se dirigió hacia la puerta principal. A una velocidad sobre natural quedando frente a ella.
¿No vas a despedirte, lobita?Me incliné unos centímetros para quedar a su altura. Ella depositó un corto beso en mis labios y salió de la casa.
Espera quince minutos luego que yo me vayaAgregó desde el porche.
Nadie le da órdenes a Klaus Mikaelson, amorLa tomé del brazo haciéndola que volteara y volví a besárla.

«Odio que me vuelva loco»

Emily's pov

No pude evitar sonreír y cubrir mi cara con mis manos al subir al auto, odiaba que Klaus me tuviera loca. Tardé unos veinte minutos en regresar al Barrio Francés, estacioné el auto y entré a la casa, el interrogatorio se estaba acercando.

Entré y subí hacia el cuarto que compartía con Kol sin apartar la vista del piso. Me dirigí hacia el closet y comencé a cambiarme arrojando la ropa sucia al cesto.

—¿Dónde pasaste la noche?—Kol salió del baño y me miró con los ojos rojos al igual que su nariz.
—En la casa de Davina. Te lo dije anoche—Intenté sonar tajante.
—Me tenías preocupado—Dijo y respiró con fuerza por la nariz.
—¿Estuviste llorando Kol?—Le pregunté al terminar de vestirme, él se quedó en silencio y lo miré obligando a que responda.
—Sí...—Agachó la cabeza—Lamento tanto lo de anoche, preferiría cortarme la mano antes de volver a agredirte Emily. Te juro que no va a volver a pasar—Lágrimas brotaban de sus ojos sin parar.
—No se trata de que me pidas disculpas Kol, si Marcel no hubiera llegado no sé que hubiese pasado—Respondí. Él se arrodilló frente a mi.
—Te prometo que te lo compensaré. Me esforzaré para hacerte feliz porque sé que lo que hice no se perdona con facilidad—Me puse a su altura y aparté las lágrimas de sus ojos. No sabía que decirle, me quedé sin palabras. Kol me abrazó posicionando su cabeza en mi cuello, podía sentir sus lágrimas caer en mi hombro, rodeé su nuca con mis manos y una lágrima recorrió mi mejilla.

A pesar de que no siento lo mismo que él siente por mi no puedo verlo mal, me había encariñado con él pero no lo amaba.

[…]

Y así han pasado dos meses, Kol se esfuerza para enamorarme miéntras que yo tengo encuentros amorosos con Klaus cada noche a sus espaldas. Cada noche que pasaba con él era mejor a la anterior y eso me estaba volviendo realmente loca.

—Me gustaría que esto no se acabe jamás. Saber que al cruzar esa puerta no tengo que esconder nada—Yo miraba hacia el techo y sentía la mirada de Klaus sobre mi. Me encontraba recostada sobre su pecho.
—Tú misma eliges esconderte—Responde él con la voz ronca.
—¿Pretendes que vaya y le diga a tu hermano que me acuesto contigo?—Le pregunté sarcásticamente recalcando la palabra "tú".
—No me refería a que se lo digas—Respondió tranquilo. Sabía que me estaba proponiendo clavárle una daga a Kol.
—¿Siempre eres así de idiota Niklaus?—Me molestó demasiado su propuesta. Me levanté de la cama vistiéndome y salí de la habitación subiéndome al auto.

Mi móvil sonó, se trataba de un mensaje de Marcel.

“Necesito tu ayuda, te espero en Rousseaus dentro de quince minutos.”

Llegué al bar, me dirigí hacia la barra donde me encontré con el moreno quien estaba bebiéndo un vaso de Bourbon.

—¿No te parece algo temprano para beber?—Le pregunté divertida sentándome a su lado.
—Al otro lado del mundo es de día, querida—Respondió y yo reí.
—¿Qué misión suicida me toca hoy?—Le ordené a la mesera, Camille, una taza de café.
—Jamás te enviaría a una misión suicida—Me corrigió—Necesito sacarle información a una bruja al otro lado de la ciudad y necesito que hagas un hechizo para que sus vampiros de seguridad no nos escuchen. Sólo debes quedarte en la entrada—Continuó. Asentí y nos fuimos del bar.

Llegamos al lugar donde la bruja se encontraba e hice el hechizo, Marcel me dejó sola en lo que hablaba con dicha bruja.

Al otro lado de la calle divisé a una chica rubia y delgada que me miraba fijamente. No era la primera vez que la veía. Un auto pasó y la chica comenzó a caminar hacia un callejón. La seguí. Con un hechizo la acorralé contra uno de los muros.

—¿Por qué me estás siguiendo?—Le interrogué con seriedad.
—Estoy buscando a Finn Mikaelson—Responde del mismo modo.
—¿Quién rayos eres?—Me acerqué a ella.
—Freya, Freya Mikaelson...

Protégeme ➳Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora