Protégeme ➳Klaus Mikaelson

Capítulo 31.

Al separar nuestros labios entre los aplausos de los presentes nuestros ojos se tornaron dorados involuntariamente. Él tomó mi mano entrelazando nuestros dedos y bajamos.

Subí hacia la habitación de Liv para llevarla hacia el salón. Me asomé por su cuna para cargarla pero ésta se encontraba vacía, oí pasos a mis espaldas y volteé encontrandome con Damon quien sostenía a mi pequeña en sus brazos.

—¿Qué haces aquí?—Le interrogué sorprendida.
—Una elegante invitación llegó a mi puerta—Respondió y sonrió de lado—No iba a perderme tu boda pequeña—Se acercó a mi y besó mi frente para luego entregarme a Liv.
—Pero yo no envíe invitaciones hacia Mystic Falls—Pensé luego de decir eso.
—Yo sí—Klaus entró en la habitación llamando mi atención—Estoy experimentando con algo llamado "Mantener viejas amistades"—Miró a Damon quien le sonrió—Será mejor que bajemos, es nuestro día—Tomó a Liv en sus brazos.
—Bajaré en un momento—Dijo el ojiazul. Seguí a Klaus pero Damon me detuvo por el brazo—Escúchame, por más que me encantaría haber venido sólo para embriagarme, comer pastel y lucir este costozo traje tengo malas noticias—Soltó mi brazo.
—¿Qué ocurre?—Pregunté preocupada.
—Mi preciosa amiga bruja no tuvo mejor idea que molestar en el submundo. El mundo de los muertos se deteriora y los fantasmas pueden cruzar al mundo de los vivos, así que considerando que el padre de tu muy reciente esposo es un psicópata sin escrupulos que quiere matar a sus hijos prefiero que estés avisada—Me explicó.
—¿No hay una forma de evitar qué Mikael pase hacia éste mundo?—Lo miré con seriedad.
—Sería estupéndo, pero no. Si el vampiro caza-vampiros más viejo de la historia cruza y logra matar a Klaus yo moriré, mi hermano morirá, todo un linaje para serte franco—Respondió.
—La profesía—Dije por lo bajo.
—¿Qué?—Frunció el ceño.
—Na... Nada—Respondí saliéndo de mis pensamientos.

Damon y yo bajamos al salón donde los invitados se encontraban, él fue con su hermano, que según recuerdo se llama Stefan. Caminé hasta dónde Klaus se encontraba hablando con el irritante Lucien, luego de meses de su estadía en New Orleans sigo sin confiar en él.

—Espero que no te canses de él tan rápido—Dijo Lucien señalando a Klaus quien sólo rió.
—Yo espero no tener que arrancarte la cabeza el día de mi boda—Lo miré con desdén. Tomé a Klaus del brazo alejandolo de él.

[...]

Klaus's pov

—Ojalá que no les moleste cuidar a Liv por una horas—Le dije a Rebekah y Freya para luego sonreírles a medio labio. Ambas pusieron los ojos en blanco.

Alcé a Emily en mis brazos, ella rodeó mi cuello con los suyos. Nos miramos sonrientes entre los centímetros que nos separaban y salimos por la puerta principal. Llegamos a la mansión en el bosque, ella subió primero y yo detrás.

—Oh por Dios—Dijo Emily perpleja al entrar al cuarto.
—¿Qué ocurr...—Me quedé en silencio de inmediato.

Sobre la cama se encontraba una mujer de cabello rojizo con rizos largos, sus venas habián sido brutalmente cortadas, el cádaver estaba rodeado de verbena y sobre el respaldar de la cama se encontraba una nota.

—No toques eso—Le dije a Emily al notar que se acercaba a la verbena.

Caminé lentamente hacia la cama y aparté a Emily para tomar la nota. La cual decía:

“Que el matrimonio no arruine tus sentimientos, amor.

A.”

Mis manos comenzaron a temblar, estrujé el papel entre mis dedos.

—¿Qué ocurre?—Me preguntó.
—Me temo que debemos dejar esto para otro momento—Le respondí tomandola de la mano para salir de la casa.

Al llegar nuevamente al Barrio Francés subí directamente hacia el baño de mi habitación. Me miré en el espejo, mi rostro expresaba más nervios de los que podía contar. Enfoqué mi vista en una botella de perfume que se encontraba en la pequeña repisa del espejo que no pertenecía a Emily. La volteé observando la etiqueta que se me hacía familiar.

Salí a paso apresurado hasta llegar a una tienda con el logotipo de la etiqueta del perfume en su puerta. Entré y estába completamente vacía.

—Sabía que vendrías Nik—Volteé. No podía creer lo que mis ojos veían.
—Aurora—Dije sorprendido.
—¿De veras te sorprende verme aquí, amor?—Se acercó a mi pero la aparté—Oh, no me digas que le eres fiel a tu niña híbrida—Se río al final de la oración.
—¿A qué demonios viniste a ésta ciudad?—Le interrogué entre dientes.
—A proteger a mi señora claro está, luego de que trajeras a esa pequeña abominación a éste mundo la vida de cada vampiro está en riesgo, incluso la mía—Guardó silencio por unos segundos—Aunque luego de enterarme que Elijah me hechizó para convencerte de alejarte de mi digamos que también he venido por ti—Pasó una de sus manos por mi pecho.
—No te quiero aquí, sea lo que sea que Elijah haya hecho pasó hace demasiado tiempo ¿No crees?—Dije restandole importancia a lo que ella había dicho de mi hermano.
—No intentes que ocultar el dolor que te causa la traición de tu hermano el noble ¿Alguna vez pensaste en qué hubiera sucedido si no nos hubieramos separado o si yo hubiese ido con ustedes aquella noche?—Entre-abrí los labios para responderle pero me interrumpió—Contestaré esa pregunta por ti. Hubiéramos conquistado el mundo. Yo hubiera conocido lo que de verdad significa "Por siempre y para siempre" pero no, nos condenaste, a Lucien, a Tristán y a mi a siglos de tortura. Nos hicieron creer que eramos ustedes, obligándonos a huir de su demente padre. Mi hermano perdió la vida en la manos de Mikael, quien creía que él era Elijah. Lo mínimo que esperaba de ti era un paseo por la ciudad, que me miraras como antes, hasta que me enteré que te casaste con una mujer que no te merece—Sus ojos se tornaron cristalinos
—Sufrí por ti durante siglos, mi vida se tornó un infierno. Dejé todo atrás, tus palabras aquella noche me hirieron como nunca antes pero me hizo más fuerte, me convertí en lo que soy—Le dije.
—Quiero ver que hay en tu corazón, Nik. Después de lo que tuvimos no te creo que lo hayas superado tan fácil mientras que yo cierro los ojos y aún te siento junto a mi—Limpió sus lágrimas
—¿Pues qué estamos esperando?—Le sonreí de lado y le hice un gesto para que salgamos de ese lugar.

Caminamos algunos minutos hasta llegar a la casa. Me dirigí hacia la escalera y subí algunos escalones, volteé observando a Aurora quien miraba las pinturas en las paredes.

—Te aconsejo que si de veras quieres ver lo que estuvo en mi corazón el último tiempo sigas caminando—Dije llamando su atención.

Comencé a subir las escaleras y Aurora subió detrás de mi. Nos dirigimos a mi cuarto, le hice un gesto con la mano para que observara el retrato de Emily que yo mismo había pintado que se encontraba colgado sobre el respaldar de la cama.

—Con que es ella quien tiene tu corazón. Me sorprende que te gusten las débiles—Río cínicamente. Tomé una de las espadas decorativas del cuarto y la sostuve contra su cuello.
—Yo ya no te amo Aurora, me tomó siglos pero pude olvidarme de ti, entiende eso—Dije contra su oído.