VI

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Luffy se sorprende al sentir el ataque de la emperatriz impactar en su costado derecho, se queja del dolor ya que, el ataque es hecho con haki y él no optó por usar su armadura para contrarrestarlo. Se lleva su mano izquierda a su costado y presiona, definitivamente se sentía como una bala real, escucha un susurro venir de la azabache llamando su atención, al ver su rostro lleno de preocupación, lo insita a hacer algo extraño. Le sonríe para tranquilizarla.

- Estoy bien Hancock, ha sido mi culpa shishishi- ríe- No debí tomarte por sorpresa.

- ¡Lo siento tanto!- se acerca a él y toma su mano izquierda entre sus manos blanquecinas- ¿Te duele?- el verle a los ojos azules su sonrisa se borra, se le notaba demasiado lo arrepentida que estaba al atacarle.

- Ya no me duele- el tenerla cerca le agradaba, era una sensación amigable y totalmente nueva que lo envolvía- No ha sido la gran cosa.

- Me alegra- suspira aliviada- En serio me has tomado por sorpresa, no puedo creer que no reconociera tu presencia- suelta la mano bronceada del ojimarrón, alejándose un poco.

- Esa era mi idea shishishi.

- ¿Ya has cenado?

- Si, estuvo deliciosa esa carne de león marino- algo de baba se escurre por su labio inferior pero es limpiada enseguida por este.

- Pedí que la prepararán especialmente para tí- le da la espalda y comienza a caminar hacia su cama, el sombrero de paja la observa alejarse, pero, por instinto, camina hacia ella y la abraza por la espalda, haciendo que esta detenga su paso- ¿L-luffy?- se sonroja al sentirlo tan cerca suyo.

- Lo siento- se disculpa sin soltarla- Quería abrazarte, lo deseaba- la azabache se sonroja aún más, se quedan así unos momentos, disfrutando de la pequeña muestra de afecto de uno de los novato más buscados del mundo.

La cabeza de este reposa sobre la espalda de la bella mujer, la aprieta más contra sí, ella sin saber que hacer, solo acepta el abrazo, teniendo una batalla consigo misma para no voltear y devolvérselo. Luffy rompe el abrazo alejándose de Hancock, observa su espalda y su vestimenta. Su pijama era de un color distinto al habitual que solía utilizar, pero aún así se le veía muy bien, el color azúl oscuro resaltaba la belleza de su cabello negro. Hancock se voltea y le mira, este le devuelve la mirada dedicándole una sonrisa, su corazón late deprisa, se lleva una mano al pecho, sintiendo como quema en la zona del corazón. Algo en el fondo le decía que quería algo más, pero no se atrevería a hacerlo, si le era imposible mantenerle la mirada, ¿Cómo sería capaz de cualquier otra cosa?

- ¿Viniste a despedirte?- le pregunta nerviosa, este borra la sonrisa mirándola extraño.

- Nada de eso- habla de forma seria- Vine a dormir contigo de nuevo- corre a la cama gritando de alegría, la emperatriz observa como se avienta a su cama rebotando, rie como niño pequeño que salta sobre la cama de sus padres.

- "Es tan lindo..."- se dice en sus adentros mientras lo mira, se lleva las manos a sus mejillas mientras se sonroja- Espero que nunca cambie...- susurra mientras desvía la mirada.

- ¡Hey!, ¡Hancock!- escucha como la llama su amado- ¡Ven!- esta asiente y camina a la cama.

Mientras la observa acercarse, el calor que emana su cuerpo comienza a darle una mala jugada, estira sus brazos hacia ella tomándola de la cintura, esta se sorprende por lo que ocurre. Pega un pequeño grito cuando es arrastrada por este hacia él, este ríe divertido ante su pequeña travesura. La mujer de ojos azules cae sobre su amado, quedando frente a frente, esta se sonroja completamente, al estar tan cerca del rostro de este, los ojos marrones del azabache la miran con atención, apreciando su rostro por completo, manteniendo su agarre en la cintura de la mujer sobre él.

Pureza del corazón  (Luhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora