Pureza del corazón (Luhan)

XI

En el Sunny

- Ya se tardó demasiado- menciona el doctor mirando hacia el castillo Kuja.

- ¿La habrá convencido?- pregunta Nami acercándose al rubio.

- Si no ha vuelto es porque, no lo ha conseguido, se le ha olvidado o algo le ocurrió a la bella emperatriz- habla Sanji sintiendo la cercanía de su novia, la cual posa sus manos sobre sus hombros.

- Tal parece que tendrás que irte sin despedirte de nuevo- menciona el espadachín, para luego bostezar, su acompañante ríe por lo bajo y acomoda su a cabeza sobre el regazo de este, quedando acostada sobre la cubierta del barco, usando a su novio de almohada.

- Ese Luffy es un caso perdido- niega divertido, mira hacia el horizonte- Ya casi esta por acabarse el día, es mejor irnos de una vez.

- Al final no fue un desperdicio el volver a este lugar- habla Law mientras se levanta de su lugar.

- Aún no entiendo como Law terminó viniendo a este lugar- pregunta Usopp pensativo.

- El hermano de Mugiwara-ya terminó apareciendo en mi submarino, cuando estábamos en la superficie y he sido obligado a traerlo para que viera a Mugiwara-ya- se explica cansado.

- Dudo mucho que Luffy-san aparezca pronto- menciona Brook terminando su taza de té- ¿Vamos al submarino?

- Es una super idea- opina el peliceleste- Si Luffy llega aquí, se dará cuenta de que ya te has ido.

- Ese es muy despistado dudo que se de cuenta- bufa Usopp levantándose de su lugar.

- Siendo su hermano dudo que no note su ausencia- dice la de cabellos negros, incorporándose quedado sentada al lado del espadachín.

- No se hable más- el peliverde se levanta de su lugar- Vamonos ya- le ofrece una de sus manos a Robin quien la recibe gustosa.

Todos de acuerdo en el fin de llegar al submarino antes de que oscureciera, para que los inesperados visitantes se retiraran en son de paz.

.......

Mientras tanto, el capitán de los sombreros de paja, se encontraba admirando a la bella emperatriz la cual seguía desmayada, notaba ese color rojizo en sus mejillas, algo tenue pero se notaban en la piel blanca de ella. Sentía su brazo mojado al igual que su ropa, tal parece que Hancock había salido del baño corriendo al escuchar el estruendo que el había causado. Sentía un poco el pecho de ella apoyarse en su torso, lo cual de cierto modo le agradaba. Observa unos segundos los labios de ella, sintiendo esa sensación de querer tocarlos sin ni siquiera entender todavía el porque.

- ¿Vas a quedarte así para siempre?- pregunta aburrido a su inconsciente compañera, quería ver el color azúl de sus pupilas.

Acomoda mejor el cuerpo de la shichibukai, con una de sus manos toca una de sus mejillas, sintiendo la suavidad de la piel de esta. Sonríe recordando todo lo que había hecho por él, el primer hombre en llegar a Amazon Lily y demostrado su gran corazón, por esa misma razón le perdonaron la vida aquella vez. Siente que ella se mueve y aparta su mano por instinto, comienza a abrir los ojos de a poco, mostrándole el azúl de estos, los cuales al notar la cercanía del cuerpo de Luffy se abren con sorpresa, el de ojos marrones nota como ella se sonroja mucho más y ríe, nota como su labio inferior comienza a temblar por el nerviosismo, lo cual lo deja confundido, pero aún así le agradaba pasar tiempo junto a la verdadera Hancock, la que vivía preocupada por su propio bienestar y por el de todo el país bajo su mando. Sin poder aguantarse más, se inclina y acerca su rostro al de la azabache, la cual se pone aún más nerviosa. Va a hablar pero este la hace tragarse sus palabras al sentir los labios de este sobre los suyos. Unos segundos después, aún en esa posición, la puerta es abierta y una afanada Nyonba entra al lugar encontrándose la escena, quedando totalmente pasmada y sin habla, de la misma forma que estaba la emperatriz, sin saber que debía hacer exactamente. Detrás de la sorprendida Nyonba aparece Enishida, quien le pidió que fuera a hablar con Hancock para intentar subirle al ánimo y afortunadamente, Luffy ya se había apartado, levantando la mirada hacia la puerta, pensando que acaba de hacer.