XXIX

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6 meses después

Una semana antes del reencuentro

Se remueve en la cama, en busca de abrazar la figura desnuda de su esposa, esa sería la última mañana que compartirían juntos al lado del otro, ese mismo día, partiría en el barco de las Kujas hacía Sabaody, donde se encontraría con sus nakamas para emprender su viaje de nuevo. Llevaría un par de días, así que partiría antes de la fecha para llegar a tiempo.

La emperatriz se mueve un poco al sentir el contacto de las manos de su amado, esta es ubicada de tal modo que queda sobre el pecho del menor mientras siguen abrazados disfrutando de la cercanía que ambos compartían.

Ha pesar de que en la isla no habían muchas cosas que hacer, ambos disfrutaron cada día durante esos largos seis meses, pero todo aquello que sube, debe bajar y en este caso, era tiempo de alejarse y fingir que no se conocían, estar dispuestos a enfrentarse si la situación los obligaba y sobretodo a ocultar a todo el mundo, especialmente a la Marina que estaban unidos por algo más que una simple relación de enemigos.

Luffy a pesar de tener la oportunidad de seguir durmiendo no podía, el sentimiento de euforia que recorría por todo su cuerpo al saber que faltaban pocos días para ver a sus nakamas lo mantenía despierto, como también quería disfrutar un poco más, de la imagen de su esposa, como de su compañía antes de partir después del desayuno. Acaricia parte de la espalda y cintura de la mujer con cuidado, sintiendo la suave piel en el proceso.

Hancock se sentía dichosa en esos momentos, esos seis meses fueron los mejores que había tenido a lo largo de su vida, cada día, después de culminar con sus responsabilidades, pasaba tiempo con su esposo, conversaban de viejas anécdotas, paseaban por la isla o simplemente, disfrutaban de la compañía del otro. Tuvieron también, varias de sus citas fuera de la isla, fueron en el Yuda a una cercana y no muy poblada isla vecina, donde disfrutaron de la música del lugar, como de la comida, la bebida y sobre todo del cambio de ambiente tan tranquilo a uno más alegre y acogedor, después de todo, ambos tuvieron que disfrazarse para evitar ser vistos juntos y tener que crear una escena por los títulos que ambos poseían.

Mueve su mano un poco, acariciando el torso del menor, sus dedos sienten la piel rugosa de la cicatriz, a pesar de que le traía agrios recuerdos, no podía evitar estirar su brazo para poder tocarla con la ayuda de sus dedos. Sus yemas se deslizan por la zona despacio y con calma. Abre los ojos para poder admirar la piel bronceada de su esposo, levanta un poco el rostro para ver el contrario, Luffy le devuelve la mirada, ambos estaban conscientes de lo que estaban haciendo al tocar al contrario.

- Buenos días Luffy- le saluda sonriendo con cariño.

- Buenos días Hancock- se acerca para rozar sus labios con los contrarios- ¿Dormiste bien?- pregunta después de su ligero beso.

- Por supuesto- se levanta un poco, logrando separarse del cuerpo del menor- ¿Y tú?

- A pesar de todo dormí bien, shishishi- afirma un poco su agarre en la cintura de la mujer- Estoy ansioso de volver a ver a mis amigos.

La pelinegra asiente sonriendo con cierta tristeza, esos serían sus últimos momentos juntos, aunque le dolía, debía aceptarlo, después de todo era la esposa del próximo rey de los piratas, sin importar como se sintiera no dejaría que ella misma fuera un impedimento para este.

- Lo había olvidado por un momento- menciona se sienta en la cama logrando romper el agarre en su cintura, el capitán de los Mugiwaras observa su rostro por unos minutos y luego su mirada recorre la figura desnuda de su acompañante.

Pureza del corazón  (Luhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora