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El mundo de Louis pareció haberse destruido con una sola imagen, la de el amor de su vida, besando a uno de sus mejores amigos, los brazos de éste último, aferrandose al cuello del rizado, a ese cuello que muchas veces él también abrazó, y las grandes manos blancas de Harry en la cintura de Zayn, esas manos que mil veces, tomaron su cintura de la misma manera.

Apretó los dientes con fuerza y no supo de que otra forma actuar, retrocedió y abrió la puerta, golpeandola al salir, no le importaba interrumpir el íntimo beso de nadie, al contrario, que se enteraran, estaba bien, que supieran que su secreto ya no era un secreto.

Harry apartó a Zayn de un tirón al escuchar la puerta, éste lo miró con ojos llorosos.

--Lo siento.

Sus disculpas no fueron escuchadas, el ojiverde ya había abandonado el departamento y la puerta fue azotada otra vez.

Vio a Louis antes de que las puertas del elevador se cerraran y aunque solo fueron segundos, verlo asi, lo destrozó, Louis estaba rojo de rabia y sus ojos azules se mezclaban con el carmín de la irritación, mismos que la hacían de fuentes de incesantes lágrimas de decepción.

Harry no podía hacer a un lado esa imagen de su novio herido, mientras corría las escaleras con desespero, sentía asco de si mismo, por ser el causante de la amargura que Louis estaba pasando.

Louis estaba en el suelo del ascensor llorando cual Magdalena, las puertas se abrieron y presionó una vez mas el boton para subir, no por que quisiera regresar y ver a su novio, si no porque se imaginaba que el imbécil había corrido por las escaleras y no quería enfrentarlo. Estaba demasiado dolido, para si quiera verlo a los ojos y no se diga de Zayn, a ese estúpido roba-novios lo quería muerto.

Harry golpeó el muro al no encontrar a su enanito en el primer piso, corrió al estacionamiento, pero su auto estaba ahí, entonces regresó y el elevador se abrió dejandole ver un par de cortas piernas en el suelo, Louis se apresuró a presionar el boton, pero Harry ya había entrado.

--Lou. --Se inclinó para ayudarlo a levantarse y éste se arrastró hasta otra esquina del ascensor, como si se tratara de un violador quién le hablaba.
--¡No me toques!
--Lou... no fue... no es... Zayn no...
--¡Callate! --Cerró los ojos fuerte y se tapó los oídos con las manos, recogiendo sus piernas contra su pecho.
--Lou... --Lo miraba y sentía una enorme impotencia.

El elevador se abrió en su piso y Harry lo levantó en sus brazos, Louis estaba muy debil para poner resistencia, había bebido y estaba cansado, llorar era agotador y quién lo niegue, es que nunca a llorado de verdad.

Abrió la puerta, Louis escondía la cara en el pecho de su novio, no quería ver nada en esos momentos.

Por suerte, Zayn no estaba, se había ido a su habitación y su plato estaba intacto, el menor no tuvo tiempo para preocuparse por eso, caminó hasta la habitación del bajito y lo dejó sobre la cama, tenía las manos heladas igual que la nariz y las mejillas húmedas.

Tomó sus pequeñas manos y las calentó con su aliento.

--Harry... déjame solo, por favor. --Murmuró con ojos cerrados y gesto de dolor.
--¿Haz visto las novelas? Los protagonistas siempre pelean por mal entendidos, todos son malentendidos nada más. --Explico con calma. --Esos malentendidos tardan muchos capítulos en aclararse y mientras tanto, los protagonistas solo sufren.

Acarició el cabello de su enanito y detuvo la mano en su mejilla.

--No se aclaran los malentendidos antes, porque los protagonistas son muy cabezas y no quieren escucharse ni hablarse y cren antes en otras personas, que en ellos mismos.
--Harry...
--No me pidas que me vaya sin haberte explicado todo, no hagas eso Lou, yo te amo y nunca te haría daño, todo tiene una explicación.
--No tengo energía para escucharte ahora.

Pobre Mentiroso (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora