Pobre Mentiroso (Larry Stylinson)

36.

A Harry le hubiera gustado sentir el viento golpear su cara mientras era transportado en aquél lujoso auto, pero no quería molestar al chofer de la señora Taylor, bajando el vidrio de su ventanilla.

Después de discutir con Manuel sobre lo ocurrido, el menor había tomado la mayor desicion de su vida, llamó a la anciana y ésta envío un auto por ambos.

¿la desicion era precipitada? Cerró sus ojos y recordo cada palabra dicha por Louis, pero había una oración en especial que prevalecía en su mente.

"Odio a los pobres."

Oh Louis ¿cuánto más me haz mentido? ...mentiroso.

La señora Taylor discutió con Harry por cosas legales, cosas de última hora que él tenía que saber, cosas que él no se molestó en escuchar, asintió a todo y Roberto, el abogado de la anciana, le tendió el documento listo para ser firmado.

¿Debo detenerme a pensar mejor esto? Nego con la cabeza y firmó sin más. Louis no se detuvo ni un segundo a pensar en quien era el ...pobre, al que estaba golpeando.

La señora Taylor le dedicó una sonrisa y el señor Harry, se despidió para llevarse al chofer de la casa y dirigirse al hospital para pagar la operación de la hija de Manuel.

Harry había dejado todo atras, su vida, sus creencias, sus sentimientos, Harry entró a esa casa, para salir convertido en otro.

Saliendo del lugar, lo primero que hizo fue, tirar a la basura su casco y de más herramientas de trabajo, Manuel se sentia minimizado a lado de ese nuevo Harry de mirada endurecida y fria, incluso era seguro y controlador a la hora de dirigirse a sus ahora sirvientes, igual fue al llegar al hospital, exigiendo tratos especiales y atención inmediata.

Manuel no dejaba de agradecerle junto con su esposa, Harry solo asentía sin dirigirle la mirada y con el ceño fruncido.

¿Hice bien? ¿voy a pagar consecuencias de esto? ...no, yo no hice nada malo... yo solo te amaba.

Se levantó de su lugar y Manuel trató de seguirlo.

--Tengo cosas que hacer, Manuel, no te preocupes, ya todo esta pagado.

No se detuvo nunca para dirigiese a su amigo, simplemente caminó hasta la salida y desapareció en el costoso auto negro.

Tenía de verdad muchas cosas que hacer, empezó por contarle todo a su mamá, Anne estaba hecha un lío de emociones, por una parte estaba odiando a Louis por haber dañado a su hijo a tal forma, también estaba enfadada por la boda improvisada que su bebé había tenido, igual, no podía negar que le agradaba la idea de que éste se haya vuelto millonario de la noche a la mañana, pero la más importante, estaba un tanto entristecida por el cambio tan brusco que había tenido el joven y no sabía si se debía al corazón roto o al poder que ahora tenía gracias al dinero.

Gemma por otro lado, estaba saltando de alegría al escuchar que su hermano decía "vamonos de este basudero, dejen todo, tendremos todo nuevo, hasta lo que traemos puesto, ira a la basura".

Anne se nego rotundamente a deshacerse de sus cosas, hasta que el rizado llamó un camion de mudanza y mando todo a la casa de Manuel, si algo no le servía, podría venderlo y ayudarse con eso, para más tranquilidad de su madre.

Fue a su habitación por última vez y dejó que su mano resbalara por la esponjosa tela del enorme oso de felpa que su novio le había regalado a penas hace dos meses, apreto sus labios con rabia cuando recordó que ese día, se entregó a él y desde entonces empezó a odiar la Navidad.

Sintió su bolsillo vibrar y miró en la pantalla de su teléfono un mensaje de él, rió con ironía y arrojó el aparato al bote de basura.

Había decidido desaparecer del mapa, sabía que Louis lo buscaría y no quería volver a verlo, no queria volver a oírlo, no quería ni oir su nombre.