Pobre Mentiroso (Larry Stylinson)

12.

Louis se deshacía en los brazos de Harry, entre su cuerpo y el colchón de su cama, sus manos se paseaban por la espalda del menor y sus labios se enrojecian entre los dientes de éste.

En esa habitación faltaba el aire y sobraba pasión, Harry cada día llegaba más lejos, sus dedos entraban bajo las prendas del castaño y éste se limitaba a suspirar ante el tacto sobre su piel.

Pero algo lo detuvo, una vez más.

Suspiró en su cuello, con los ojos cerrados y se levantó de la cama, miro la hora en su teléfono y Louis se mordió los labios para no protestar, de alguna manera, se estaba acostumbrando a esto, a los juegos sin terminar; simplemente lo aceptaba.

Se levantó y permaneció sentado en la cama mientras el rizado se dirigía al baño, acomodo su ropa y su cabello y se volvio a meter los viejos vans a los pies.

Harry volvió y dijo lo que el mayor sabía que diria.

--Tengo que irme.

Asintió y se lamentó una vez más por no poderlo retener, cuanto daría por secuestrarlo uno de esos días y obligarlo a ser su esclavo sexual.

Rió para si mismo ante la voz de sus pensamientos y abrazó al chico con fuerzas, era la única forma en que podría darle a entender que odiaba que se fuera.

Harry beso su cabello y lo envolvió en un abrazo de igual forma.

Él tampoco queria irse, de hecho, el odiaba tener que irse, queria quedarse con su enano empalagoso todo el tiempo, todos los días, todas las noches.

Cuanto anhelaba poder dormir junto a él y despertar con él, como anhelaba vivir con él.

--Ya te extraño. --Musitó el mayor.
--Ya lo se. --Respondió dándole la vuelta para abrazarlo por la espalda y caminar asi hasta la puerta, misma que éste abrió.

Tomó su mano y caminaron hasta la puerta principal. Ya traía puesta su ropa, Louis se la había lavado, puesto que en su closet no encontro nada que pudiera quedarle al menor, ya que era irónicamente, mas grande que él.

Louis tomó las llaves y salió del departamento, después del rizado. Subieron al elevador.

--Te acompañare hasta tu casa ¿si?

Harry sintió su corazón acelerarse de miedo al oir esas palabras, ni siquiera sabía como responder a eso.

--¿A mi casa? ¿por qué? No, Lou, yo me ire en la camioneta y después, ¿como vas a regresar? ¿a que quieres ir?

Fruncio el ceño al notar la actitud tan nerviosa (e innecesaria) del chico y apretó su mano con la de él.

--Tranquilo, solo quiero saber donde vives, quiero poder ir yo a tu casa, asi como tu vienes a verme.
--Pero eso no es necesario, no me molesta venir y...
--También me gustaría conocer a tu hermana y a tu madre, quiero ver tu habitación y muchas cosas más que podrías enseñarme.
--Yo... no tengo nada que enseñar, de verdad.

El elevador llegó a la planta baja y juntos caminaron al estacionamiento, habia llovido, el aire estaba humedo y helado.

--Vuelve a tu departamento, Lou, no quiero que te enfermes.
--Ire contigo, me regresare en un taxi.
--Eso es peligroso y ...
--Vale en uber.
--Louis.
--Harry. --Levantó una ceja.
--No quiero que vayas.

Se rió y lo empujó hasta la vieja camioneta amarilla que brillaba bajo la luz de la luna, adornada por miles de perlas de agua.

--Cuanto más me lo niegues, más querre ir.
--Louis.
--Vamos sube. --Le abrió la puerta, pero no subió.
--Louis, regresa a tu departamento.