Cada vez me acerco, he subido a Nivel 136, mis equipamientos permiten nuevas mejoras y aunque no les haga uso creo que me veo obligado a expandir mi poder.
Viri ya debe estar en el cuarto esperando mi llegada, me siento sólo en esta parte del mundo junto con dos cadáveres. Estas misiones siempre dan como resultado la muerte de uno o más jugadores, si son tan peligrosos no le veo el chiste de ir a matarlos, tampoco el sentido del porqué no han terminado el juego, ¿o acaso hay alguien mucho más poderoso?Regresaré.
. . .
Nada fuera de lo normal, el cuarto sigue casi igual, los muchachos han arreglado y decorado un poco, no veo a Viri por ningún lado. Al plazo de un corto tiempo aparece, se quita el casco dejándolo posado sobre su cama (que era mi cama), se acuesta acomodándose para dormir.
–Nos fue bien, ¿no crees?
–…
–¿Viri?
–No quiero hacer nada.– dice con la almohada en la cabeza.
–Pregunté si nos fue bien, no te he pedido nada, ahora vengo, quedate en el cuarto, sólo avísame si vas a salir.
–Te pareces a mi madre.
–¿No querrás decir a tu padre?
–No tuve y mi madre siempre me decía eso.
–Bueno, ya me voy.
Al salir los pasillos se ven mucho más desolados que de costumbre, algo no anda bien, las terminales siempre andaban rebosantes de jugadores en busca de una partida. Me arrimo a un jugador que camina muy cerca de la pared.
–Hey chico, ¿qué le ha pasado al lugar?
–Pero mira, si tu eres el jefe de Distrito.
–¿Cómo lo sabes?
–Lo dice en tu tarjeta de jugador. Shishiswoki se está quedando sin jugadores, muchas alianzas les están ofreciendo lugar en sus filas, pero a nosotros los jugadores de menor nivel no nos buscan, quedamos estancados.
–Eso es malo.
–Demasiado, si seguimos así en cualquier momento una alianza o planeta nos invade por su codicia de nuevas tierras, más por el valor significativo de Shishiswoki. Tu trabajo era encargarse del lugar y evitar que se extinga, ahora nos condenas a quedar exiliados como animales en busca de hogar, un jefe de distrito debe aceptarnos. Nadie busca a un nivel bajo.
–Pero yo soy su jefe de distrito, ¿qué debo hacer?
–La verdad no sé, ese será tu problema.
Diablos, si sufrimos una invasión no quiero pensar donde encontraremos hogar. Ahora tengo una gran carga, no quiero ver a estas personas exiliadas por mi culpa, tampoco perjudicar a mi equipo que a pesar de conocerlos hace poco les agarré afecto, son buena gente. Me encuentro en muy mal estado para luchar, dudo que tenga tiempo para remediarlo, debo… encontrar… una solución. Mierda.
–Jorge.–llama Viri, muy preocupada por su tono de voz.–ve rápido a la sección de noticias, en recientes. Es urgente.
«Tenemos informes de recientes declaraciones de guerra hacia Shishiswoki. Los embajadores de cada alianza no tardan en arribar al planeta para negociar y aclarar sus exigencias.
La situación se pone caliente, al menos 5 alianzas son las que están a la espera del eminente ataque. Sabemos que el jugador Jorge es el defensor del planeta, sin embargo todos dudamos que un sólo hombre pueda contra las flotas más poderosas de la red»–¿Qué hacemos? Tengo miedo.
–Yo igual. No puedo soportar tanta guerra, ya estoy cansado, está batalla se va a prolongar más de lo que temo.
ESTÁS LEYENDO
Aspirantes a la grandeza
Science-FictionEl juego no tiene piedad con nadie, todos son malditos a causa de mis errores y son obligados a cumplir mi sentencia: -Vencer al mejor jugador de todos los mundos. -Ser vencido por otro jugador. Esa es la única manera de ganar. Es aquí donde decides...