Capitulo 30

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Ashley

Cuando le dije al hombre del Empire State al piso que quería subir, se me quedó mirando como si tuviera dos demonios del inframundo escoltándome. Después de que sus ojos dejaran de estar tan abiertos, preguntó:

- ¿Disculpe? Perdone señorita, creo que...

- Ya me ha oído- le dije poniendo un dracma en el mostrador.

Al fin pareció entenderme y hizo algo que podría haber sido una sonrisa. El ascensor se abrió y yo me metí dentro.
Piso.
Piso.
Piso.
Otro piso.

Cuantos más pisos subía más nerviosa empezaba a ponerme. ¿Qué pasaría con Alice? ¿Estaría bien? ¿Los dioses le habrán hecho algo?
Tras trabajar durante año con los dioses te acostumbras a sus bipolaridades, a sus malvados actos y a las locuras que cometen esos seres divinos.
Pero, para alguien como Alice, que desde siempre ha vivido huérfana y en la ciudad...

Por fin sonó la campana que indicaba que ya había llegado a mi destino. Automáticamente,mi atuendo se vio sustituido por mi vestido griego.
Estaba agotada, así que por mi vida esperaba que no llegará a un conflicto con los dioses...
Pero...
Esa voz...

Ares
Claro, sólo podría tratarse de el.
Quería venganza por lo de sus hijos, porque hace siglos, en realidad sólo semanas, un gigante atacó el campamento y acabo con la vida de cuatro semidioses hijos de este dios. Me sentí culpable y ahora me sorprendí a mi misma sin sentir culpa... sentía algo diferente. Ira. No fue mi culpa y los dioses tiene a Alice...

En menos de dos minutos estaba en el Olimpo. Entré echa una furia. Nadie tocaba a un hermano mío. Fuera Dios o mortal. Entre en la sala con cara de circunstancias.
Vi a Alice, que estaba encadenada a los pies del trono de Ares. Demasiado violento, contando con que estaban todos los dioses. Hasta Artemisa. Esta última parecía alterada.
Sin pensar, desenvainé mi espada.

- ¡Ashley!- chilló Alice.

- Sueltala- ordene a Ares.

- Ashley...veo que recibiste mi mensaje- anunció el con malicia.

Mis ojos echaban chispas. No me importaba que fuera un dios, Ares lo iba a pagar caro.

- Te he dicho una cosa.- le replicé.

- Oh joven Ashley... ¿Sabes por qué tengo a tu hermana aquí?

No contesté.

- Cuatro hijos míos murieron aquella noche- comenzó el dios.- Por tu culpa.

Era tan irritante como su hija.

- Tu saliste victoriosa. Nadie de tus amigos murió...

- Casi pierdo a dos- repliqué- Gracias a mi evité más muertes. Yo misma casi muero aquella noche.

Esas imágenes pasaron por mi mente. Piper cayéndose... Nico...nuestro primer beso. Tragué saliva.

- Lo sé, todos aquí lo recordamos.

Eché un vistazo rápido a los dioses. Mi padre estaba sentado en su trono, visiblemente nervioso. Hades estaba muy entretenido mirándome a Ares y a mí.

- Por favor, suéltala. Ella no ha hecho nada- dije más calmada.- Me quieres a mí. Yo pagaré lo que hice.

- Oh, cielo...eso no va a pasar- negó el dios.- Podríamos mandar a Alice al inframundo... o encerrarla con los cíclopes...

Mi hermana gimió. ¿Cómo que mi padre no estaba haciendo nada? ¡Estaba ahí presente!

- ¡No!- chillé- ¡Nadie toca a mi hermana!

La Guardiana del Olimpo (#YTW)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora