Capitulo 13

4.5K 312 10
                                    

Narra Nico

Después de dejar a Ashley en su cabaña decido dar una vuelta por el bosque. Ha sido un dia agotador: primero, me entero de que un gigante ha atacado el campamento en mi ausencia. Después, había pensado que había perdido a una amiga con la cual aun no me había reconciliado tras una pelea absurda. Por último, Ashley y yo ya no somos amigos... Somos más que amigos.

El bosque me recibe con los brazos abiertos. Me siento en el suelo y apoyo la espalda en el árbol. Empiezo a pensar en la cantidad de cosas que han pasado a lo largo de los años. Gaia ya no está, pero hay gente/monstruos que seguirán amargándonos la vida en su lugar. Superé la perdida de mi hermana y afronté que no habia sido culpa de Percy. También había dejado de jugar al juego de cartas de mitomagia y ahora lo recordaba con vergüenza. Y más cosas que me producían un dolor de cabeza excesivo.

Escucho un ruido y me levanto al instante. Cogo la espada con tanta fuerza que me duelen las manos. No hay nadie. Tendré alucinaciones. Cuando me dispongo a irme, me encuentro con alguien. Trago saliva.

- No pensaba encontrarte aqui, Nico.

El mismísimo Hades esta en frente mía. No ha cambiado nada. Sigue teniendo el pelo largo, negro con alguna que otra cana, y sucio. Sus ojos negros no se han suavizado en absoluto y sigue esbozando la misma sonrisa torcida.

- Pues aqui estoy.

No se que más contestarle a mi padre divino. Envaino la espada y le miro a los ojos. Por primera vez desde que murió mi hermana, le sostengo la mirada.

- ¿Que quieres?-pregunto.

- Solo quería ver si estas bien.-asiento.- Después del ataque del gigante. Estaba preocupado.

-  No sabía que los dioses se daban cuenta de lo que pasaba y de lo que haciamos en el campamento Mestizo- le reprocho con cierto odio.

El junta las manos y esboza una sonrisa.

- Claro que lo hacemos. Todos los dias.

Nos quedamos en silencio.

- Y queria decirte una cosa... No muy importante, la verdad. Hoy he visto a Afrodita muy feliz en el Olimpo.

- ¿Ah, si?- pregunto fingiendo estar interesado- No me hubiera gustado estar ahi.

Hades se rie. Su risa es terrorifica y escalofriante.

- Oh, vamos, Nico, te creía mas listo. Sabes a lo que me refiero.

La imagen de Ashley aparece en mi mente y la aparto al instante.

- Veo que cierta hija de Hermes...-

Vuelve a reírse al ver mi cara. Yo también me río. Nunca había pasado un momento con mi padre, y ahora estoy descubriendo que no es tan cruel como lo pintan. Ser semidiós es muy difícil, nuca tendrás una vida y mucho menos padres normales.

- Bueno, ¿y cómo va todo ahí arriba?a pregunto refiriéndome al Olimpo.

- Bastante bien. Hay veces que Atenea, Apolo o Poseidón tienen que consolar a Hermes cuando le viene un pensamiento de esos... Ya sabes. Cuando Ashley se hace daño o lo pasa mal...

- Ya, me hago una idea- comento.

- Quiero enseñarte una cosa.

- ¿A mí?- pregunto sorprendido.

- Claro, ven.

Me junto a Hades. Su respiración es lenta y profunda. Parece tranquilo. De momento. Mete la mano en uno de sus bolsillos de sus vaqueros y saca una bolsa de cuero negro. Son unos polvitos.

- ¿Confías en mí?- pregunta de repente.

- Claro, eres mi padre.

Me sorprendo a mí mismo respondiendo eso. En realidad, guardaba cierto rencor a mi padre. Me oculto muchísimas cosas... Pero el pasado ya pasó. Hades arroja el polvo a mi cabeza y luego a la suya. Todo se vuelve negro.

Cuando vuelvo a abrir los ojos, sigo al lado de Hades. Estamos en un lugar que tiene muchas columnas blancas y altas. Hay doce tronos, los cuales están vacíos. Reconozco este sitio. Es el Olimpo, hogar de los dioses. Veo a Hestia junto al fuego y la intento saludar. No responde.

- No puedes hablar a nadie, Nico. Ellos no te pueden ver ni oír.

- ¿Qué me quieres enseñar?- le preguntó interesado.

- Espera y veras- contesta.

A lo lejos, veo un puntito que se convierte en una mancha, que se convierte en una figura. Y esa figura se convierte en una persona. Es una chica. Es alta y delgada, parece pequeña, pero no lo es. Lleva un vestido blanco sin mangas con bordes dorados, al estilo griego. Tiene un cinturón en el que lleva una espada. Tiene la piel pálida. Los ojos son de color marrón, la nariz pequeña y labios finos. Su pelo largo castaño le cae por los hombros como cortinas. Contengo las ganas de correr.

El suelo es tan blanco y está tan limpio que se refleja la imagen de Ashley. Nunca me he parado a pensar cómo sería ser la guardiana del Olimpo. Y ahora que la veo, vestida de diosa, me siento estúpido.

- Buenos días, Hestia- saluda mirando a la diosa. Va firme, serena y elegante.

- Hola Ashley- al contrario de Ashley, que está sonriendo, parece asustada.

- Te preocupa algo, ¿qué es?- pregunta Ashley acercándose al fuego.

Hestia niega con la cabeza, pero al final cede.

- Tu hermano....

Dejo de oír por un momento.

- ¿Por qué me enseñas esto?- pregunto sin saber cómo reaccionar.

- Porque creo que es conveniente que lo sepas ya que ahora salís juntos- responde mi padre con naturalidad.

- Pero son sus secretos.

- Mira, Nico. Cuando Ashley estaba aquí, solía hablar con ella. No cabe duda que es una gran persona. Siempre me contaba que quería confiar en alguien al que contarle las cosas de su hermano y demás-hace una pausa.- Cuando te conoció, pensé que de algún modo debías de conocerla y bueno... Al final la amistad surgió sola.

De repente, escucho como un cristal se rompe. Desvío la mirada y veo. Ashley con la espada en mano y a sus pies, una vasija rota. Recuerdo que Ashley me contó que había roto la vasija preferida de Hestia y que la diosa no le volvió a hablar en días.

¿Si no me hubiera echo amigo de Ashley Hades hubiera intervenido? Solo de pensarlo me daban escalofríos. Bostezo. Hasta ahora no me doy cuenta que no he dormido desde hace horas. Hades debe notarlo porque vuelve a arrojar los polvitos sobre nuestras cabezas y volvemos al bosque.

- Bueno, hasta pronto- se despide mi padre.

- Adiós.

Antes de marcharse dice:

- Estoy muy orgulloso de ti, Nico, no lo olvides.

Cuando regresó a mi cabaña y me meto en la cama, cierro los ojos con las últimas palabras de mi padre: "No lo olvides".

La Guardiana del Olimpo (#YTW)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora