Capitulo 14

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Narra Ashley

Había pasado una semana desde que el gigante se había presentado aquí. Había pasado una semana desde que salía con Nico. Había pasado una semana desde que Jason y Leo estaban en la enfermería. Al parecer, uno de los artilugios de los hijos de Hefesto fueron a parar a la cara de Leo, y no tenía buena pinta. Ayer estuve todo el día en la enfermería con el. Tuvieron que llevarme a rastras al comedor.

Ya es medio día, y en el campamento Mestizo se respira un aire de tranquilidad y paz. El aire es tan puro que cuesta creerse que hace unos pocos días esto había sido zona de batalla. Cuando llego a la enfermería, los hijos de Apolo me reciben con una sonrisa. Me acerco primero a la camilla de Jason.

- Eh, ¿cómo vas?

Jason abre lentamente los ojos. Cuando sus ojos se encuentran con los míos, se incorpora e intenta esbozar una sonrisa.

- Mejor. Si todo sale bien, saldré de este infierno a la tarde.

- Me alegro. Al final, estar en una camilla sin hacer nada para un semidiós es tarea difícil- comento permitiéndome unas carcajadas.

- Si. En más de una ocasión, los hijos de Apolo me han amenazado con llevarme al inframundo- ríe mi amigo.

- ¡Es verdad!- exclaman dos médicos.

- Ahora vuelvo, voy a ver cómo va Leo.

La camilla de mi amigo está más apartada que las del resto. Hombre, estaba peor que los demás.

Leo está tumbado en la cama con los ojos fijos en el techo. Antes tenía la cara morada, afortunadamente, ahora la tiene como antes, de un moreno intenso. Su pelo negro como el hollín está tan desordenado como siempre. Me mira cuando entro y sonríe.

- Creía que ya no ibas a venir más. Con lo de ayer te bastaba. No me merezco que vengas a visitarme tanto...

- Deja de hablar y Callate- me siento a los pies de su cama y le doy una copa de ambrosía para que la beba.

- Nico se pondrá celoso. A ti te mandará a las profundidades del inframundo y a mí me matará.

- Leo, deja de decir bobadas y tranquilízate- le digo con una sonrisa.- Además, Nico no te mataría por nada del mundo. El no traicionaría a sus amigos.

La expresión de Leo da gracia. Está sonriendo ampliamente.

- En eso acertaste.

Nos quedamos en silencio.

- ¿Cuándo saldrás?- le pregunto.

Antes de que me pueda contestar, una hija de Apolo entra en la habitación. Tiene el pelo rubio, ojos castaños y es más bajita que yo. No tendrá más de 15 años.

- ¡Ashley! ¿Qué haces aquí?- pregunta, claramente enojada.- ¡Sal de aquí!

- Vale, vale- digo levantando las manos a modo de defensa. Contengo la risa.- Leo, te daré pronto una sorpresa.

Sin más dilación, la semidiosa me echa de la habitación y dejó a Leo con la intriga. Era cierto. Llevo días preparándole una sorpresa a Leo. Nico y Percy me habían ayudado.

Mientras camino sin rumbo fijo por el campamento Mestizo, me chocó con alguien. Me sorprendo al levantar la mirada y ver que es Nico. Ya no tiene ojeras y parece que Apolo ha sentido un poco de lástima por él, pues ya no está tan pálido. Él me fulmina con la mirada cada vez que le suelto esa broma.
Ambos sonreímos.

- ¿Alguna novedad?- pregunta cogiendome de la mano.

- Si. Puede que Jason salga hoy y Leo..... En fin, está mejor, pero me echaron de la enfermería- digo conteniendo la sonrisa.

- Nadie te quiere, Ashley. Pronto estarás sola- bromea.

- ¿Y qué hay de ti?- pregunto alzando una ceja.

- Dejemos el tema en el aire- responde dándome un beso en la frente.

- ¿ Y Percy?

- En el muelle. Vamos ahora, ella estará a punto de llegar.

Juntos caminamos hacia el muelle. Una vez ahí, nos encontramos con Percy. Está apoyado tranquilamente en un poste. Tiene las manos metidas en el bolsillo. El viento hace que su camiseta del campamento se ondee y que tenga el pelo despeinado. Desvía la mirada hacia nosotros. Nos clava sus ojos azul verdosos y con una amplia sonrisa, levanta una mano a modo de saludo.

- ¿Qué habéis estado haciendo, tortolitos? ¡Está apunto de llegar!

Nos subimos al muelle y esperamos

- ¿Cuándo saldrán Leo y Jason?- pregunta Percy.

- Puede que Jason salga hoy y Leo....aún no lo sé- contesto.

- Le han echado de la enfermería- añade Nico.

- ¿A ti? Qué vergüenza de guardiana del Olimpo- comenta Percy fingiendo estar enfadado.- ¿No te parece, Nico?

Nico me mira y después a Percy.

- Si, qué vergüenza.

Pongo los ojos en blanco y miro al mar. Me produce una tranquilidad absoluta estar viendo el mar. Así parece infinito. Verlo así parece que no hay problemas en el mundo. De repente, veo como una pequeña barquito de madera se acercaba a la orilla. Montada sobre ella, había una chica un poquito más alta que yo. Tenía un vestido blanco sin mangos y el pelo recogido en una trenza. Parecía mi traje de guardiana del Olimpo.

- ¡Hey, Calipso!- le grito a modo de saludo.

Esboza una sonrisa que es visible desde varios metros. Bien, por fin vuelvo a ver a Calipso. Por fin Leo tendrá a alguien especial a su lado.

La Guardiana del Olimpo (#YTW)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora