Rosas y Golosinas

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Ese día mamá salió de la oficina, me abrazó, no me regañó. Sostuvo la mano de Goku, y nos dirigimos al parque de diversiones y por un helado tal y como él lo prometió. Pasamos una tarde bastante agradable, esa y otras más.

Él después de todo no parecía tener malas intenciones, y después de lo que me había contado, tal vez comenzaba a entenderlo, pero seguía desconfiando, eso es seguro. Me mantenía alerta de cualquier cosa.

Recuerdo una vez haberle dicho a mamá que quería aprender artes marciales con el objetivo de defenderme de Cell y otros niños, ella dijo que era una magnífica idea además de que me ayudaría a forjar mi carácter, sin embargo las palabras se las llevó el aire puesto que no teníamos dinero para pagar un gimnasio o clases, y pronto olvidamos esa idea. Al parecer mamá le contó a Goku sobre eso, él (no sé si para impresionarla o para impresionarme a mi) le dijo que practicaba artes marciales como pasatiempo y me ayudaría a entrenar para poder defenderme.

Así pues, había días en los que nos llevaba al gimnasio donde entrenaba, conocimos al Maestro Roshi, un simpático anciano que no apartaba la mirada de mi madre provocando que tanto Goku como yo ardiéramos en ira, pero al final él siempre lo reprendía haciendo que te preguntes ¿Quién es maestro de quién? También conocí al señor Piccolo, una persona muy agradable y con quien me familiaricé bastante pronto. Comenzamos a conocer las amistades de Goku, y mamá le presentó a la tía Bulma y a la abuela Panchy.

Hubo un día en el que salí temprano de la escuela y puesto que mamá y Bulma trabajaban no podían recogerme, así que Goku me llevó a su oficina, muy grande y lujosa por cierto. Me dijo que quería darle una sorpresa a mamá puesto que el día de las madres estaba muy cerca, no tuve otra opción que ayudarlo, así también conocí a Vegeta, un gran amigo suyo que trabajaba en la misma empresa y con un carácter tan fuerte y orgulloso que me hizo pensar que sería una gran pareja para la tía Bulma. No pude evitar reír ante ese pensamiento, ¿cómo alguien de gran categoría saldría con alguien que ni siquiera puede pagar un departamento en los suburbios? Pero, si así fue la historia con mamá, entonces no había motivos para reír.

Rosas, eso era con lo que mamá llegaba en las noches, sus flores favoritas y que él le regalaba casi a diario, y golosinas, eso era lo que yo recibía los fines de semana siempre y cuando me portara bien en la escuela y no armara más peleas. Como el día de mi cumpleaños número ocho, en el que todos mis nuevos conocidos y yo, la pasamos juntos, riendo y conociéndonos mucho más. Comenzaba a sentir lo que era la felicidad, aunque quizás, nunca dura para siempre.

Una tarde la tía Bulma se había llevado a la abuela a dar un paseo, mamá y yo nos quedamos en el café donde Goku tiempo después de que mamá acabara su turno, nos llevó a una esquina del edificio de nuestro departamento junto con otros más, cabe mencionar que mamá no permitía que el pelinegro entrara a donde vivíamos, al día siguiente, él nos presentaría a sus padres ya que según él, ellos querían conocernos.

Entramos, ella se dirigió a los casilleros en donde dejaban el correo para revisarlo. Me dio las llaves y me dijo que entrara para bañarme y alistarme para cenar, las tomé, subí por las escaleras hacia la puerta D-326. Me encontré con un hombre parado frente a la puerta que colindaba a la nuestra.

—Si busca a la señora Uranai, se mudó hace una semana al piso de abajo—Dije al momento que metía la llave en la cerradura, sin siquiera mirarlo a ver

—En realidad busco a Milk Ox, me dijeron que aquí vive —Dejé las llaves donde estaban, lo observé de pies a cabeza

Llevaba una camisa blanca con detalles rojos y unos jeans negros, además de una gorra roja que escondía parte de su cabello negro semi largo hasta los hombros, ojos igual de oscuros, llevaba un papel en la mano con lo que parecía ser nuestra dirección. Sentí a mamá colocarse detrás mío, posó una mano sobre mi hombro izquierdo.

Elevé la mirada para encontrarla palideciendo con la boca semi abierta, mientras él se quitaba la gorra y la observaba a los ojos. Supe de inmediato que algo no iba bien.

Dad? «GoChi» [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora