Mi Curiosidad

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—¿Tienes un padre? —Pregunté mientras me llevaba una cucharada de cereal a la boca

—Todos tenemos un padre —Me respondió mi "tía" después de mirarme intrigada

Habían pasado dos días desde que mamá había terminado con Goku. No era la misma, cualquiera puede caer en una equivocación, pero ella había sido engañada dos veces.

Durante esos días estuvo enojada consigo misma, y con Yamcha que insistía en ir a visitarnos. Decía que su trabajo la mantenía distraída, y en una ocasión la vi llorar.

Hay cosas que no se pueden ocultar por más que se quiere, yo necesitaba respuestas, respuestas para todo. Durante esa mañana desayunaba con Bulma, ella se ofreció a llevarme al colegio, así que aproveché para indagar sobre su pasado, no la conocía tan bien como creía.

—¿Y dónde está? —Pregunté

—Gozando de todas las ganancias de una empresa que construyó junto con mi mamá

Me miró fijamente, tal y como lo hacía Vegeta cuando me encontraba en su oficina. Haciéndome sentir incómodo y desear que jamás hubiera preguntado. Terminamos de desayunar y me pidió que acomodara mis cosas mientras ella lavaba los platos.

Crucé el pasillo, pero no hacia mi habitación. Antes de irme necesitaba hacer una llamada por el teléfono del departamento.

Si Yamcha quería reconquistar a mamá, su plan era algo así como "Misión Imposible", pero si quería actuar como un padre, quizá no lo hacía tan mal. En cualquier caso, yo estaba harto de las mentiras y vueltas de la vida de los adultos.

Dolía admitirlo, pero le había adquirido cierto afecto a Goku, además de una confianza que no había sentido con nadie más fuera de mi familia. Aún así me decepcionada y me hacía sentir que estaba en lo correcto al pensar que tarde o temprano heriría a mamá. Pero la pregunta era, ¿Porqué? Si se veía realmente enamorado e interesado en ella.

—Cuídate Gohan —La peliazul me dio un beso en la frente desde el auto— Vendré por ti a la una

Una de la tarde, eran las ocho, lo que me daba cinco horas para cumplir mi cometido y regresar en punto antes de que se dieran cuenta de que falté a la escuela.

En cuanto divisé el descuidado auto perderse al dar vuelta en una esquina, me encaminé a esconderme detrás de un árbol, esperando que la llamada que hice en la mañana rindiera su fruto.

—¿No vas a entrar Gohan? —Preguntó una voz asustándome

—No puedo Videl, tengo algo qué hacer

Frunció el ceño y negó varias veces con la cabeza, convencerla de que no dijera nada fue difícil, al final quería que a cambio fuera a su casa un día. No sé para qué pero accedí con tal de que me dejara en paz.

No habían pasado ni cinco minutos desde que se fue cuando un automóvil se estacionó frente a mi sin apagar el motor. Un convertible rojo.

—Buenos días Gohan —Me saludó quien manejaba el auto al momento que abría la puerta del pasajero para que yo entrara

—Buenos días Señor Piccolo —Saludé mientras entraba

Cierto día me entregó su número telefónico y me pidió que lo llamara si necesitaba algo. En otra ocasión hubiera desconfiado y no me hubiera decidido arriesgar por algo tan tonto, pero en ese momento no sé qué era más grande, si mis ganas de partirle la cara a Goku por haber terminado con mamá o mi curiosidad de saber porqué lo había hecho.

Dad? «GoChi» [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora