Selena
Nick estaba quieto, con esa mirada cálida y esa sonrisa espectacular. Sus ojos marrones negros achinándose mediante esa sonrisa cautivadora que él tenía.
Nunca dudé de la belleza natural de Nick, él era absolutamente hermoso por donde lo vieras. Aunque lucía con más masa muscular en su cuerpo, fornido de espaldas y de fibrosos brazos.
Nick era ya un hombre, no era el adolescente que conocí cuando tenía quince años. Él había cambiado rotundamente y para bien.— ¿ Y? ¿ Que dices? — Extiende su callosa mano hacía mi. Sigue con esa maldita sonrisa en su pulido rostro masculino.
— Claro. — Murmuro, sintiéndose cohibida por las curiosas miradas a nuestro entorno.
— Venga Sel, te divertirás un rato. — Bromea. Rodo mis ojos y tomo su mano extendida. Al hacerlo un escalofrío recorrió toda mi vértebra dorsal.(...)
Desperté a la madrugada esa misma noche, no podía dejar de pensar en el inesperado encuentro con Nick, aún recordaba sus dulces palabras que me había brindado en la cena, su caballerosa manera de ser y actuar, su fragancia exquisita y su mirada llenadora. Era el hombre perfecto para cualquier mujer, excepto para mi. No lo podía ver con otros ojos aún cuando quisiera, de mi cabeza no podía apartar la voz, los ojos, los labios y el cuerpo de Justin.
Justin y Nick eran polos opuestos.
Nick era el color blanco.
Justin era el color negro.
Nick era el ideal marido de familia.
Justin era el imperfecto hombre de familia.
Nick era paz, amor y dedicación.
Justin era pasión, posesión y fervor.
Completamente diferentes.Y sabía que mi corazón pertenecía a Justin, sólo a él. Lo amaba con cada partícula de mi alma, esta metido hasta el fondo en mi corazón. Era el único hombre que quería en mi vida, ahora, hoy, mañana y siempre.
Cerré mis ojos luego de meditarlo, dudé en si mandarle un mensaje de buenas noches a mi novio, pero al final de la noche lo hice. Envié un dulce y empalagoso mensaje que no tardó nada en ser contestado y dejé que el sueño me envolviera por completo, con una enorme sonrisa surcando en mi cara y mi corazón desbordando de alegría, felicidad y amor.Al día siguiente me despierta una melodía musical, abro sólo un ojo por la molesta luz que entraba por la ventana, las cortinas estaban corridas y por allí entraba un rayo de sol que aniquilaba mi visión mañanera.
El móvil sigue vibrando en quién sabe donde con la música en alta voz, suelto un suspiro exasperante. Me levanto con pereza, mis pies arrastrándose por el suelo frío y sin cubrimiento.
Las baldosas blancas deslizan las suelas de mis pies con facilidad,cómo si fuese un zombie viviente en plena cacería comienzo a buscar el jodido celular, allí en un mueble de adorno y cerca de la televisión posaba el vibroso y musical móvil.— Dios,mi cabeza. — Susurro,con mis dos manos cubro mi rostro.
Agarro el móvil y sin ver de quién se trataba atiendo. Sip, últimamente siempre hago lo mismo, atender sin ver de quién era o trataba.
Cuando apoyo mi celular cerca del oído nadie contesta, sólo se oye una respiración pesada.Mierda. Ya estoy temiendo. Decido ver de quién era y me sorprende a ver el nombre de mi castaño favorito. Muevo mi cabeza divertida y con mi corazón palpitando con fuerza en mi pecho al fín digo su nombre y mi boca saborea cada sílaba.
Al escuchar su fría voz hablarme, supe que algo andaba mal,mi sonrisa iba decayendo al pasar los minutos, mis ojos comenzaron a nublarse por las lágrimas y mi voz a debilitarse, quedando así muda.— A la mierda todo, no puedo con esto. — Dijo con impotencia variando en su voz. Me finaliza la llamada luego de aquel tono, de su tosca y fría actitud.
Mi corazón partiéndose a añicos.