Me levanté con el sonido de la alarma del móbil. Lo cogí y la paré. Ví que Adrián había contestado mi mensaje de la noche anterior.
-"No te preocupes he ido a mi casa, por favor no me llames."
-"Vale"
No quería volver a tener que ignorar sus llamadas, peró tampoco quería preocuparle, así que decidí enviarle ese mensaje mientras me iba cuándo fué a pagar la cuenta.
Me vestí sin ganas y peiné mi cabello. Bajé a desayunar y ví que mi padre estaba sentado en la mesa bebiéndose una taza de café mientras miraba el móbil. Me preparé una taza de leche con cereales y fuí a sentarme en la silla de madera situada justo enfrente de él.
- Buenos días- le dije sin ánimo alguno.
- ¿Has dormido bién? Haces mala cara.
- No me encuentro muy bién la verdad.
- Si te encuentras mal puedes quedarte en casa por hoy. ¿Tienes algún examen?
- No.
- Pues ve a dormir un rato más y descansa, que estas muy pálida.
- De acuerdo.
La verdad es que debía tener muy mal aspecto para que mi padre me dijera eso. Me tiré en la cama nada más llegar y me puse los auriculares para escuchar mi carpeta de música tranquila. Me quedé dormida antes de que acabara la primera canción.
Cuando me levanté ya había pasado toda la mañana, estábamos a mediodía. No tenía muchas ganas de comer nada así que me quedé en la cama y abrí los mensajes. Reeleí el último mensaje que me había envíado Adrián. "Vale" ¿Estará enfadado?- me pregunté.
En seguida ví que alguien me llamaba, era Carlota. Cogí el móbil enseguida.
- Hola- dije.
- ¿Cómo es que no has venido hoy?
- No me encuentro bién.
- ¿Qué tienes?
- Nada, simplemente no me encuentro nada bién. Estoy cansada...
- Bueno pues nada, recupérate. Es que Adrián estaba muy preocupado y me ha dicho que te llamé porqué se ha dejado el móbil en casa- sentí un shhhhhh peró Carlota lo ignoró- Dí hola- dijo Carlota acercándole el móbil.
- Ho-ola- sentí que decía en un tono un tono un poco nervioso.
- Hola- le respondí también un poco incómoda.
- Bueno tenemos que colgar ya- cogió el móbil de nuevo Carlota- Mejorate este fin de semana. ¡Hasta el Lunes!
- Vale, adiós.
Colgué y una sonrisa sé formo en seguida en mi rostro. No me había llamado cómo le pedí peró le había pedido a Carlota que lo hiciera para saber como estaba.
- ¿Por qué eres tan bueno conmigo? No ves que no puedo estar enfadada contigo si haces estas cosas...- dije cúbriendome la cara con un cojín mientras sonreía.
Al cabo de nada ya eramos Viernes. Sonó el timbre. La última clase de la semana había terminado, por fin venía el querido fin de semana. Aunque tampoco era una gran alivio, me esperaban dos examenes el Lunes así que estaba un poco estresada. Peró eso no era lo que más me preocupaba, si no que aún no nos habímos dirigido la palabra con Adrián. Tampoco había tenido la oportunidad por qué no le había visto desde ese día. Peró había decidido ir a disculparme.
- Voy a ir a buscar a Adrián y le pediré perdón- dije bajito hablándo sola para automotivarme.
- ¿Ya volvéis a estar igual?- dijo alguién detrás mío. Me giré y ví que allí estaba Alexander.
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Déjà vu. Los ojos azul y verde.
RomanceMarnie es un chica de dieciséis años que decide ir al instituto Bellevue para cursar bachillerato, y tiene una característica poco común, el color de sus ojos. En ese año de instituto se enamora de Adrián, un chico con un corazón enorme. Pero una se...